Margarita Belén y otra herida a casi 43 años de la masacre

sábado 16 de noviembre de 2019 | 5:00hs.
Margarita Belén y otra herida a casi 43 años de la masacre
Margarita Belén y otra herida a casi 43 años de la masacre
Las secuelas de la última dictadura militar en Argentina continúan presentes en heridas difíciles de cerrar para los familiares de los miles de asesinados y desaparecidos durante la época más infame de la historia del país. En Posadas, por ejemplo, se encuentran las familias de Arturo Franzen y Manuel Parodi Ocampo, quienes hace dos semanas sufrieron un nuevo golpe al comprobarse que los restos de sus seres queridos fueron intercambiados por el Ejército al momento de la entrega de los cadáveres. 
A esta confirmación se llegó a partir de un exhaustivo trabajo pericial realizado por el Equipo de Antropología Forense, cuyos especialistas se encargaron de analizar los restos óseos de ambas víctimas. 
Los estudios finalmente establecieron que los cadáveres fueron intercambiados, por lo cual la familia Franzen despidió los restos de Parodi y viceversa, y ahora nuevamente deben proceder a la exhumación de los féretros para que ambos, a casi 43 años de sus ejecuciones, puedan ser despedidos como corresponde. 
Tanto Franzen como Parodi Ocampo fueron víctimas de la denominada Masacre de Margarita Belén en Chaco y sus restos están sepultados en distintos cementerios de Posadas. 
Al conocerse los resultados del último trabajo del Equipo de Antropología Forense, quien habló sobre la situación fue Graciela Franzen, hermana de Arturo, amiga de Parodi y también ex presa política. 
“Realmente para nosotros son momentos muy duros, muy difíciles, pero también emotivos”, expresó Graciela en diálogo con Radioactiva 100.7 y luego explicó por qué solicitaron los estudios que ahora terminaron confirmando que habían despedido los restos Parodi y no los de Arturo. 
“Tuvimos la duda de que realmente sean sus cuerpos porque ya en el caso de Carlos Alberto Duarte su familia pidió a los antropólogos que investiguen y ahí establecieron que no era el cuerpo de Duarte, sino el de otra persona que aún no sabemos quién es y por lo tanto ahora tampoco sabemos dónde está Duarte. Entonces ante esa duda, hace dos años pedimos a los antropólogos para tener estas certezas y la semana pasada nos informaron que el cuerpo de Arturo estaba en la tumba de Manuel y el cuerpo de Manuel en la tumba de Arturo”, continuó.

Masacre y herida abierta
De acuerdo a lo que se pudo reconstruir, tanto Franzen como Parodi fueron fusilados el 13 de diciembre de 1976, mientras que sus restos fueron sepultados algunos meses después en Posadas en ceremonias realizadas bajo la vigilancia de las fuerzas. 
Por ese entonces, Graciela estaba detenida y no pudo estar presente, pero recuerda todo lo que sus padres luego le contaron. 
“Yo en ese momento estaba detenida, secuestrada en la cárcel de Villa Devoto y después vino la Masacre de Margarita Belén, donde murieron alrededor de 29 compañeros de acá, de todo el Litoral. Fue una masacre porque sacaron personas de distintos lugares de detención. Arturo y Manuel estaban a disposición del Poder Ejecutivo Nacional por un decreto, en una cárcel legal, registrados, todo, pero también sacaron personas de centros clandestinos de detención. Fue ahí que después de un día de tortura hacen un simulacro de fusilamiento porque todos prácticamente ya habían muerto en la tortura o estaban inconsciente cuando los llevan a este lugar, a unos 30 kilómetros de Resistencia, y en la ruta, en un descampado, los acribillan a balazos”, narró Graciela, quien en Misiones fue delegada del Inadi y continúa militando junto a organizaciones sociales. 
Y continuó: “Después de la masacre, a los compañeros que quedaron en la cárcel les dan una visita y a mis familiares no se animaban a decirle que habían matado a Arturo. Entonces van mi hermana, mi hermano y mi papá, pero no lo encuentran en ninguno de los lugares hasta que van al regimiento y ahí les dicen que por telegrama habían informado que él intentó fugarse y por eso lo mataron”.
Después de ello, los cuerpos fueron entregados a sus familiares y trasladados a Posadas, pero las dudas siempre estuvieron presentes. 
La entrevistada narró: “Mi hermano aparentemente no tenía ninguna herida de bala, era como que le habían inyectado algo en cerebro para matarlo. Ellos piden dos cajones blindados y así los entregan y así los traen a Posadas e inmediatamente tenían que enterrarlos porque había mucha custodia policial, según me contó después mi mamá”. 
Largos años después, tanto el padre de Arturo como el de Manuel fallecieron y sus cuerpos fueron enterrados junto a los de sus hijos. Esos restos también fueron utilizados ahora por los antropólogos forenses para llevar adelante los estudios genéticos. 
“Para estos estudios se toma una muestra de los cuerpos. Ellos  llevaron un pedazo de pierna de mi papá y de Arturo, dientes de ellos, y también les tomaron muestras de sangre a mis hermanos. Con eso se pudo comprobar que los cuerpos habían sido cambiados, pero también estamos esperando informes para ver en qué estado estaban esos cuerpos”, detalló Graciela. 
La mujer señaló que ahora aguardan a que el Juzgado Federal de Resistencia ordene que los antropólogos puedan realizar los cambios de féretros para que cada familia se despida de sus seres queridos como corresponde. 
“Las familias vamos a estar juntas, como estuvimos siempre en estas fechas y vamos a ir así como cuando sacaron el cuerpo de Arturo. Vamos a acompañarnos en todos los lugares”, expresó Graciela, quien contó que justamente ayer se encontró con una cuñada de Parodi durante las movilizaciones en Posadas en contra del golpe de Estado que actualmente se registra en Bolivia. 
Por último, citó la frase del himno argentino que refiere a “coronados de gloria vivamos o juremos con gloria morir” y ante ello afirmó que tanto Arturo como Manuel “murieron con gloria y por eso a los compañeros se los entierra con una bandera, porque dieron su vida por la Argentina y porque la patria es cada uno de los ciudadanos y acá ellos dieron su vida luchando por un país mejor”.