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Los cuatro policías se abstuvieron de declarar por el caso Luciano Villalba

miércoles 11 de diciembre de 2019 | 3:00hs.
El oficial señalado por los testigos cumplía funciones en la Comisaría Primera de Apóstoles.
 Jorge Posdeley

Por Jorge Posdeley fojacero@elterritorio.com.ar

Los cuatro policías detenidos en el marco de la investigación por el homicidio de Luciano Villalba (18) durante un procedimiento efectuado el jueves pasado en Apóstoles optaron por guardar silencio ante la Justicia y continuarán privados de su libertad mientras se analizan los respectivos pedidos de excarcelación que fueron presentados.

Tal como estaba previsto, los cuatro uniformados fueron trasladados durante la mañana de ayer hasta las instalaciones del Juzgado de Instrucción Cuatro de Apóstoles, donde debían comparecer en audiencia de declaración indagatoria ante el magistrado Miguel Ángel Faría.

En esa instancia, los involucrados tenían la posibilidad de brindar su versión de los hechos, aunque todos ellos optaron guardar silencio y abstenerse de declarar, tal como los ampara su derecho y sin que ello le signifique presunción de culpabilidad alguna.

En esa misma audiencia, las autoridades les notificaron a todos ellos los elementos que existen contra ellos a esta altura de la investigación y fueron imputados por el hecho, aunque todo podría modificarse a medida que avanzan las demás diligencias judiciales y pericias que permanecen pleno proceso.

De acuerdo a lo que se pudo saber, el hecho se investiga como homicidio y abuso de autoridad, aunque todavía resta definir la participación y la responsabilidad que tuvo cada uno de los involucrados en el caso y para ello será clave el avance del proceso.

En este contexto, las fuentes añadieron que mientras se aguarda que la Secretaría de Apoyo para Investigaciones Complejas (Saic) culminen las pericias y eleven el resultado de los estudios balísticos encomendados, por los pasillos del juzgado seguirán desfilando testigos que declararán sobre lo sucedido durante esa madrugada de terror.

Pero las testimoniales ya habían comenzado el lunes. Al menos una decena de personas que presenciaron el hecho fueron citados por la Justicia para contar qué fue lo que vieron y de sus declaraciones se extrajeron elementos más que importantes, según calificaron fuentes con acceso al expediente.

Es que de esa primera tanda de testigos sobresalieron testimonios que descartaron que Villalba haya estado armado al momento del procedimiento en el barrio La Cantera y, por otra parte, apuntaron contra el oficial subayudante de la Comisaría Primera como el autor del disparo que impactó en la víctima.

El primer aporte de los testigos serviría para dar cuenta de que efectivamente habría existido un exceso de parte de los uniformados, ya que en ningún momento habrían recibido disparos de parte de Villalba ni de sus hermanos. Sí recibieron piedrazos, cuestión que fue admitida tanto por vecinos como familiares de la víctima, pero ello no justificaría un accionar tal de parte de los efectivos. “Todo apunta a que se trató de un procedimiento en el cual un grupo de policías actuó por fuera del protocolo, por inexperiencia o por incompetencia, pero se hizo mal”, había especulado inicialmente un pesquisa consultado y la línea por el momento no se alejaría de allí.

En segundo término, el otro aporte clave de la primera tanda de testigos permitiría individualizar al autor del disparo mortal. Según detallaron las fuentes, los testigos señalaron que alcanzaron a ver el momento en que el oficial disparaba e inmediatamente después Villalba caía al suelo.

De igual forma, en este punto es que se aguarda el resultado de las pericias, aunque repitieron la complejidad de los estudios a realizar. Es que en el lugar del hecho se recolectaron al menos 15 casquillos que deberán peritados a la par de las armas reglamentarias incautadas de los uniformados, pero la complicación surge en detectar si el proyectil que causó la muerte también está entre los elementos secuestrados, ya que no quedó alojado en el cuerpo de Villalba.

Con este panorama, la Justicia continuará con la toma de más testimoniales, entre los cuales podrían estar los demás uniformados que esa noche estuvieron presente en el barrio La Cantera. Se cree que eran al menos ocho los efectivos que fueron hasta el lugar y hay que establecer que participación tuvo cada uno.

Las fuentes indicaron que también se solicitó a las distintas dependencias de la jurisdicción sus respectivos libros de guardia, los cuales fueron secuestrados y también fueron entregados a la Saic para pericias.

Por último, según pudo averiguar este matutino, en la víspera ya se presentaron sendos pedidos de excarcelación para los uniformados pero las solicitudes serán analizadas y recién hoy podría haber una resolución respecto a ello.


El caso

De acuerdo a lo que se pudo reconstruir, el jueves pasado, cerca de la medianoche, la Policía fue requerida por un ciudadano que denunció a dos hermanos del barrio La Cantera por haber intentado robar su motocicleta, aunque la familia asegura que el inicio de todo fue la gresca.

Ante ello, un patrullero acudió al llamado y después solicitaron refuerzos para avanzar hasta La Cantera, un precario asentamiento ubicado a unos tres kilómetros del casco urbano de Apóstoles.

Según la versión aportada por los uniformados intervinientes, una vez llegado al lugar se encontraron un hermano de Villalba, Ramón ‘Chueco’ Piris, un sujeto con varios antecedentes por diversos delitos, y procedieron a detenerlo, aunque allí fueron apedreados y golpeados con palos por un grupo de vecinos que intentó entorpecer el procedimiento.

También aseguraron que se sintieron superados en número y que vieron a Villalba “presumiblemente armado”. Por ello, decidieron realizar disparos intimidatorios al suelo y se fueron del lugar, pero horas después supieron que Villalba había llegado sin vida al hospital local.
Sin embargo, en la escena no se encontró ningún arma de fuego que pudiera pertenecerle a Villalba.

En el lugar, en tanto, sí se incautaron al menos quince casquillos -además de un cargador casi entero- de una pistola 9 milímetros
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