La ciencia de hacer arte

domingo 19 de julio de 2020 | 5:00hs.
La ciencia de hacer arte
La ciencia de hacer arte
Por Silvia Godoy

Por Silvia Godoy sociedad@elterritorio.com.ar

El pediatra Daniel Ernesto Tabbia (64), con 35 años de trayectoria en el campo de la salud, es igualmente reconocido por su aporte a la cultura de la región.  
Escritor, músico, compositor, pintor, el Tabbia médico y el artista necesita un día de 48 horas, como pide en broma en una charla con El Territorio, en el taller de arte Vida que dirige su esposa, la profesora Viviana Horrisberger, y que actualmente no recibe estudiantes por la cuarentena.
Tabbia contó que en medio de la pandemia no hace consultorio debido a que se encuentra dentro del grupo de riesgo. 
Lejos de ser un tiempo aliterado, reparte sus jornadas pintando, componiendo música, ensayando, respondiendo por Whatsapp preguntas de sus pacientes y realizando un curso de actualización en neumonología pediátrica a distancia desarrollado por el Hospital de Niños Doctor Ricardo Gutiérrez, de Buenos Aires.
“A la 6 de la mañana ya me vengo al taller para comenzar a pintar, mi señora también hace sus trabajos de pintura  y escultura. Compartimos el espacio, escuchamos música, el tiempo se pasa volando, siempre le digo que me gustaría tener un día de 48 horas y de alguna manera la cuarentena me dio más tiempo para trabajar en la pintura, ya que no estoy haciendo consultorio”, expresó. 
En estos más de cien días de aislamiento, ha finalizado una veintena de obras y la mayoría fueron vendidas. Al mismo tiempo, completa de a poco una gran tela de 2,20 por 7 metros, que contiene su particular visión de la provincia, su naturaleza e historia y los rostros de su gente. “Este mural lo empecé hace unos diez años, y lo despliego en el taller cuando puedo y lo voy haciendo como una línea de tiempo, con una lógica que no es rígida en épocas y geografía. Salta desde mis recuerdos, mis sensaciones, mi visión de ser misionero”, explicó acerca de la obra que es un registro de algunos hechos y paisajes que quedaron en el pasado, como la bajada del puerto capitalino o el viejo colectivo conocido como la bañadera. 
“Lo plasmado son todas cosas que vi, que presencié o me contaron, no hay algo que desconozca. Está la Posadas antigua donde yo crecí, el arenero Primero de Mayo, que estaba en la Laguna San José, a donde mi papá me llevaba a pescar, están las lavanderas de Villa Blosset. Está la selva, las ruinas de San Ignacio, la fauna. Es un homenaje desde lo que me nace y me emociona de nuestra tierra”, enumeró. 
Tabbia se refirió a la dualidad que implica ser un hombre de ciencia y del arte. Ambas manifestaciones de la cultura “son perfectamente compatibles, la medicina me apasiona, me gusta mi trabajo de atender y cuidar la salud de los niños, por muchos años recibí a los bebés recién nacidos trabajando en conjunto con obstetras. Cuando soy médico, mis sentidos y mi responsabilidad están de lleno en esa actividad. Y el arte es otra cosa, es disfrutar desde otro lugar y a veces detener los pensamientos, enfocarse en dibujar y en los colores y el detalle”, relató.
En perspectiva, hiló que fue antes artista que médico y se mostró además orgulloso de haber legado a sus hijos el amor por el arte y el conocimiento.
“Pinto y hago música desde chico. Pinto desde los 12 años siempre como autodidacta. Fui parte de una de las primeras bandas de rock en Misiones, llamada Prana. Ahora tengo una banda con mi hermano Teio, mi hija Mónica y Fabián Osorio y Federico Palé que se llama Retorno Rock Clásico, estamos ensayando cada uno en su casa porque no podemos juntarnos por el momento”.
Acerca del parate que supone la cuarentena, consideró que “uno se siente un privilegiado de poder tener en esta cuarentena un techo, estar bien. Hay muchas personas que la están pasando mal, además de la cuestión económica, escucho a los profesionales de la salud mental que señalan que crecieron los cuadros de depresión, ansiedad, la violencia intrafamiliar”.
Y reflexionó: “Si pudiera decir algo, es que más allá de todo lo que nos afecta esta pandemia  y todo lo que trajo aparejado -los médicos que no estamos trabajando en consultorio también tenemos un lucro cesante importante-, encontrar una actividad de disfrute ayuda muchísimo a distraer la cabeza de las preocupaciones, la creatividad es una herramienta”.