Del dolor a la lucha por justicia y la gesta de un cambio en el paradigma de víctima

domingo 30 de junio de 2019 | 6:30hs.
Del dolor a la lucha por justicia y la gesta de un cambio en el paradigma de víctima
Del dolor a la lucha por justicia y la gesta de un cambio en el paradigma de víctima
Jorge Posdeley

Por Jorge Posdeleyfojacero@elterritorio.com.ar

Resignificar una pérdida y transformar el dolor en una inagotable fuente de energía para luchar por justicia, es lo que hoy las lleva a recorrer el país para ayudar a otras personas que hayan sufrido igual que ellas y así generar un cambio en el paradigma de una víctima de un delito.
Ellas son Jimena Aduriz y Nilda Gómez, dos mujeres que atravesaron el peor dolor de sus vidas, pero pudieron resignificarlo en una causa en común: justicia y cambio cultural.
Ambas fueron golpeadas por dos casos de mucha repercusión a nivel nacional. La primera de ellas es la madre de Ángeles Rawson, la adolescente de 16 años que en 2013 fue asesinada por el portero Jorge Mangeri, mientras que Gómez es madre de Mariano Alexis Benítez, una de las 194 víctimas de Cromañón en 2004.
Hoy en día, las dos son integrantes activas del Observatorio de Víctimas de Delitos, un organismo que monitorea la situación de familias afectadas por distintos crímenes y que fue creado a partir de la Ley de Víctimas 27.372, sancionada en 2017.
Dicho Observatorio es presidido por el ministro de Justicia de la Nación, Germán Garavano, y se puso en marcha desde fines de mayo del año pasado con una serie de dispositivos legales habilitados las 24 horas para quienes sufren delitos y que garantiza derechos de asesoramiento, asistencia, representación, protección, verdad, acceso a la Justicia, entre otros.
Es en este marco que tanto Aduriz como Gómez llegaron este fin de semana a Posadas para participar de una charla-capacitación en el Colegio de Abogados de Misiones, para difundir y poner al alcance de los letrados las nuevas herramientas con las cuales se cuenta a partir de la Ley de Víctimas.
En un respiro tomado entre actividades y viajes, las dos recibieron a El Territorio y reflexionaron tanto de sus casos particulares como del trabajo en común que llevan adelante para que muchas familias que ahora estén atravesando situaciones similares sepan que pueden contar con apoyo, asistencia y asesoramiento.

La ley, al alcance de todos
“Venimos a difundir y dar una charla sobre la Ley de Víctimas a futuros fiscales y jueces. Es una enorme posibilidad de sensibilizar y de llegar a la Justicia desde un lugar más humano y con un abordaje más comprensivo e integral”, expresó al comienzo Aduriz.
A su tiempo, Gómez, quien es docente pero después de Cromañón estudió abogacía -entre otras profesiones- para continuar su lucha por justicia, añadió que “nuestra venida a Posadas tiene que ver con todo el trabajo que se está haciendo en todo el país porque la ley, como es nacional, es federal, con lo cual, si bien muchas cosas se realizan en Buenos Aires, para nosotros es sumamente importante poder llegar a cada rincón del país”.
Y juntas continuaron adentrándose un poco más en lo que significa y en lo que implica esta nueva legislación.
“Durante mucho tiempo las víctimas no fuimos tenidas en cuenta. Es un cambio cultural y, como todo cambio, lleva su tiempo. Esto es poner a la par los derechos de las víctimas con los derechos que tienen los imputados, que son constitucionales y tampoco hay que quitarlos. El agresor cuando apenas provoca un hecho tiene un abogado defensor, al cual se le paga con el impuesto de todos, mientras una víctima a veces no tiene para pagar un abogado. Entonces, a través de la ley queremos eso, esa equiparación entre la víctima y el agresor, que tengamos paridad de armas en cuanto eso”, señalaron.
Y Aduriz profundizó además en otros aspectos también abordados en la ley para con el acompañamiento a las víctimas y familiares de víctimas. La madre de Ángeles explicó que “una víctima no es un número, un papel o un expediente”, por lo cual resaltó que en medio de la dramática experiencia que significa la pérdida de un ser querido en el marco de un delito, el acompañamiento del Estado es fundamental y esa esa otra cuestión que aborda la legislación.
Por ello, destacó el funcionamiento de la Línea 149, que depende del Centro de Asistencia a las Víctimas de Delitos (Cenavid) -también creado a partir de la Ley 27.372- y que es una herramienta que funciona a toda hora y todos los días del año. “Es una línea de orientación, asesoramiento, contención y donde también hay psicólogos, trabajadores sociales y abogados que van conteniendo a la víctima”, dijo.
Allí retomó la palabra Nilda, que se puso en lugar de familias damnificadas en Misiones y dio ejemplos de qué situaciones pueden resolverse o agilizarse mediante una intervención del Observatorio y el Cenavid.
“Es acompañamiento y algo más porque desde el Cenavid se mandan oficios, se reclama a los jueces para ver cómo está una causa. No es lo mismo en una provincia que está acostumbrada a hacer lo que quiera que llegue un reclamo desde Nación exigiendo ver la causa y las medidas que se tomaron. No tenemos intromisión dentro de las provincias porque cada una es autónoma, pero si falta alguna medida se aconseja y una mirada desde Nación a veces es importante porque esa víctima no está sola luchando, a veces y depende del caso, con hijos del poder, por ejemplo”, expresó.

Cambio de paradigma
Cuando habla de la ley y su aplicación, Gómez entiende que además de todo debe haber un cambio cultural o de paradigma y un convencimiento a la hora de llevarlo adelante.
“Todo es parte de un cambio cultural, por eso vamos a todos lados a hablar de la Ley de Víctimas, del Observatorio, del Cenavid, a hablar de los nuevos derechos y de ofrecer estas herramientas, para que la gente sepa que puede acceder al expediente, que puede aportar pruebas, que debe ser informada de la situación procesal del condenado en todo momento”, indicó quien también preside la asociación civil Familias por la Vida.
Y en tono crítico continuó: “Si bien la ley es de orden público y hay que aceptarla como está, cada provincia desde su autonomía puede modificar algunas cosas y de hecho tiene que modificar el código procesal penal. Entonces, para cumplir con la ley tiene que modificar algunas cosas y a veces las provincias argumentan no tener fondos, cuando no necesariamente se gasta plata. Lo importante es el hecho de que vos tengas que saber quién es el fiscal, quién es el juez, que te atiendan, que te traten bien, que te expliquen cómo son las cosas. Para eso no hace falta que se modifique el código, sino que se entienda que este es el nuevo concepto de víctima, que es un cambio de paradigma y esto no genera costos”.
Aduriz intervino y destacó las bondades que genera la ley. “Es impresionante cómo se empoderan las víctimas cuando empiezan a tomar el control de la ley y de los derechos que ellos tienen. La ley vino a emparejar algo, para subsanar algo que no estaba bien, que estaba desequilibrado”.
Y también resaltaron que sería fundamental la continuidad de todo el proyecto independientemente de los cambios de gobierno y los contextos políticos. “Tenemos la necesidad de que este nuevo paradigma se afiance, no importa qué gobierno siga o lo que pase después, son derechos nuevos que hemos adquiridos y no hay que renunciarlos. Es importante aprenderlos y usarlos”, culminó Gómez.


Una fuerza que todo lo puede

Aduriz y Gómez tienen dos cosas en común que pueden ser contradictorias pero en realidad son consecuentes: el dolor y la fuerza.
Son dos madres que perdieron a sus hijos de un momento a otro, en formas traumáticas y violentas, tras lo cual sus vidas dieron un giro de 180° difícil de explicar para quien no lo atravesó.
Ambas coincidieron en que el dolor nunca se supera, pero sí se lo resignifica y eso ayuda a seguir adelante.
Aduriz graficó cómo se da el paso de ser familiar de una víctima a este nuevo rol en el cual ahora se encuentra junto a Gómez. “A las víctimas nos queda todo ese dolor cuando vos no terminaste de criar a ese hijo, porque es el proyecto de hijo que se te trunca, no sólo la persona, todo eso que proyectaste queda trunco. Entonces, toda esa energía, dolor, bronca y desgarro, tiena una fuerza impresionante. Si vos la resignificás en una causa, le ponés una impronta en la que no te para nadie, porque a vos ya te pasó lo peor”, expresó.
Y Gómez contó su historia. “En mi caso nosotros inmediatamente que nos pasó lo de Cromañón formamos una asociación civil porque nos dimos cuenta de que nos estábamos enfrentando a tres poderes: el político, el económico y el judicial. Creamos Familias por la Vida y nos juntamos. Yo siempre digo que si no te animás a ir al frente de nosotros, vení y vamos juntas o vení atrás, pero no te pongas adelante para pararnos porque te pasamos por arriba. No hay vuelta atrás, hay un objetivo que es la justicia y la memoria, y si vos te vas a interponer entre eso y una madre que perdió un hijo, te llevamos puesto”.
Por eso, Aduriz destacó la ley y el acompañamiento que se puede recibir a partir de ella. “Es importante que ante la pérdida terrible que uno tiene, la granada que te explota en la cara, la vida tal cual se la conoce cambia y ahí la contención del Estado es importantísima, aunque uno sepa que ya no va a volver a ver a ese hijo”, señaló por último.