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Comunidad en carnaval

martes 11 de febrero de 2020 | 6:30hs.
Comunidad en carnaval
Comunidad en carnaval
Agustina Rella

Por Agustina Rella sociedad@elterritorio.com.ar

“No todo es fiesta. Mi casa no es mi casa, está todo patas para arriba”, refiere Mariana Saracho, coordinadora de Beisha Carioca, la comparsa de Itaembé Miní. 

Es que esta fecha moviliza a toda la comunidad y en diferentes barrios de Posadas, como el interior de Misiones, se replican los batuques, las plumas, las corridas por terminar un bordado o llegar a tiempo a los ensayos. 

El carnaval es una de las celebraciones más populares y que, en muchos casos, sigue revistiendo de gran importancia para visibilizar los talentos ocultos, los intereses reales de la sociedad y obviamente, un espacio de refugio y sana alegría.
“Es una comparsa inclusiva. No le cerramos las puertas a nadie”, explica Saracho y anuncia que las condiciones del grupo es que no se puede sumar vicio alguno durante los ensayos. No se permiten alcohol ni drogas. 

“Se intenta que sea un espacio de contención y durante el año hay encuentros una o dos veces por semana” agrega la coordinadora. Ya en diciembre la actividad empieza a ser más intensa, hay rifas, ventas de todo tipo para reunir recursos que permitan la compra de instrumentos y accesorios. Incluso hasta participaron de un curso contra drogadicciones que dictó la Policía, ya que Saracho insiste en que es uno de los flagelos contra el que más pelean desde el foro de seguridad, que también integra. 

“Con la comparsa lo que queremos es mostrarle a la sociedad que no es malo el carnaval sino que es gente de bien”, suma la mujer que  no sólo se presta a coser pantalones y dirigir la batuta sino que igualmente es parte del cuerpo de baile.  

Madre Selva es la temática que eligieron este año los más de 80 que integran Beisha. Hay niños desde los 4, adolescentes, bahianas de cinco décadas y hasta un bastonero de 64. La mayoría son del barrio y otros se sumaron a la propuesta por afinidad. Algunos caminan largos trechos para llegar al ensayo, vienen de San Isidro y alrededores. 

Con el foco en los jóvenes,  Saracho remarca que el espacio pretende enaltecer buenos valores. 
“Demostrarles que pueden ser útiles, que son importantes, que pueden divertirse haciendo otras cosas, tocando un instrumento, bordando. Que se pueden hacer cosas lindas y buenas”, entiende. 

Por otro lado, para este año idearon sumar a varios integrantes de un club de abuelos, sin embargo, tras una confusa movida proselitista, debieron dar marcha atrás y  para evitar malentendidos, desde la organización municipal de los carnavales decidieron ubicar en una comparsa independiente, fuera de competencia, a los adultos mayores. A pesar de todo, Beisha tiene un staff propio que ya es parte del grupo.
La idea de que “no todo está perdido” y la comunidad se solidariza con un bien común es lo que más resuena en esta agrupación de Itaembé, que cumplió 12 años. Hay mucho sacrificio previo antes del despliegue de glamour en las calles, y se requiere de un gran presupuesto para los trajes, el sonido y la banda que va sobre la carroza. 

“No te das una idea lo que se gasta para poder salir a la calle” afirma Saracho. “Este año nos tocó reciclar un montón, desarmar trajes para armar otros porque los precios de las cosas se multiplicaron cuatro veces”, profundiza y refiere que entre todos se ayudan para bordar, para juntar fondos, buscar sponsor. Aún quienes no son parte se sienten dentro. 

“Hace muchos años practicamos en la calle y los vecinos nunca se quejaron. Hacemos ruido durante meses y estamos agradecidos por el aguante”, resume la directora de quienes tienen la responsabilidad de representar a todo Itaembé Miní.