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Asesinaron a machetazos a una mujer frente a sus cuatro hijos

Paulina Portillo (27) fue ultimada a machetazos en la casa donde vivía con el agresor y sus cuatro niños, de entre 2 y 9 años. El femicida, Maximino B (29), huyó del lugar pero fue capturado por la Policía poco después.
miércoles 19 de abril de 2017 | 6:00hs.
Asesinaron a machetazos a una mujer frente a sus cuatro hijos
Asesinaron a machetazos a una mujer frente a sus cuatro hijos
Una mujer de 27 años fue asesinada a machetazos el lunes a la noche en esta localidad y por el hecho detuvieron a su pareja y padre de los cuatros hijos menores que tienen en común, quienes incluso habrían sido testigos directos del brutal ataque.
Primero fue Micaela (21) en Entre Ríos, luego fue Ornella (16) en Tucumán y también fue Adela (56) en Buenos Aires. Todas estas mujeres fueron víctimas de cruentos femicidios en las últimas semanas y Misiones tampoco escapa de este triste contexto nacional.
Cuando en la agenda provincial todavía se encuentra latente el crimen de María Belén Rivas (16), cometido a principios de mes en Puerto Iguazú, ayer se conoció otra dramática historia de violencia de género que terminó de la peor manera.
Paulina Portillo (27), madre de cuatro niños de entre 9 y 2 años, fue asesinada a machetazos el lunes a la noche en la vivienda que compartía con el padre de sus hijos, Maximino B. (29), en el barrio Virgen de Itatí (ex Carayá), ubicado en el kilómetro 3 de Eldorado.
El femicidio se conoció cerca de las 23, cuando un vecino escuchó los dramáticos pedidos de auxilio de la víctima y decidió alertar a la Policía a través del 911.
Emanuel Rojas vive a unos pocos metros de la casa de Paulina y fue el primero en alertar a la Policía. Relató que luego de llamar al 911 intentó intervenir pero se cruzó con el sospechoso huyendo con un machete en sus manos.
Para ese momento, otros vecinos también habían oído los desgarradores gritos de la víctima. Una de ellas fue Vanesa Pucheta, quien ayer dialogó con El Territorio y recordó que ella salió a la calle cuando otra mujer le dijo: ‘Maxi le está pegando a la señora’.
Ellas también dieron el aviso a la Policía, que a los pocos minutos llegó al lugar del hecho e inició los rastrillajes para dar con el presunto autor.
Todos habían oído lo mismo, por lo que la desesperación fue el sentimiento común entre los vecinos.

Escalofriante escena
Al lugar acudieron efectivos de la comisarías Segunda y Tercera de la Unidad Regional III, pero Vanesa insistió y logró ingresar a la casa en búsqueda de Paulina. Lo que vio fue realmente escalofriante: “En la entrada, alumbrando con linternas, nos encontramos con manchas de sangre y la funda de un machete al lado de la puerta. Ahí nos pusimos a revisar las piezas buscando a Paulina y en una de las piezas estaban los hijos. Dos nenes escondidos debajo de la cama y la nena más grande con la más chiquita en brazos en una de las camas”, describió Vanesa.
La mujer socorrió a los menores y, como si todo esto fuera poco, le tocó oír una pequeña voz que le dijo: ‘Papá mató a mamá’.
De inmediato, uno de los oficiales intervinientes encontró a Paulina y pidió urgente una ambulancia, aunque ya era tarde. La joven no tenía signos vitales, producto de una brutal tunda de golpes e innumerables heridas cortantes localizadas principalmente en las zonas del rostro y tórax.
Si bien las primeras versiones hacían referencia a al menos 50 lesiones punzocortantes en el cuerpo de la joven, se supo luego que el médico policial que examinó el cadáver constató de forma efectiva un total de 25 heridas, de las cuales seis habrían sido catalogadas como fatales.
Las fuentes indicaron que el cadáver estaba envuelto en una frazada, por lo que los pesquisas sostienen que el homicida habría tenido intenciones de trasladar y ocultar el cuerpo en algún otro lugar pero se vio impedido por el accionar de los vecinos y de la Policía. 

Operativos y captura
La situación mantuvo en vilo a gran parte del barrio durante esa medianoche, ya que por esas horas había un femicida libre.
En base al relato y las descripciones físicas aportadas por los vecinos, los uniformados comenzaron a seguir las pistas dejadas por el prófugo.
La primera de ellas llegó cuando se constató que una cámara de seguridad captó al sujeto por la avenida San Martín y calle Bertoni, mientras deambulaba con aparentes intenciones de abordar un remís.
Los efectivos rodearon la zona y sobre calle Matienzo avistaron a Maximino, quien intentó escabullirse en un monte ubicado a 2.000 metros de la escena del crimen pero igualmente fue capturado tan sólo media hora después del hecho.
Por su parte, el personal de la División Científica de la UR III realizó las pericias en la escena y en la vereda del lugar hallaron el cuchillo presuntamente utilizado en el hecho. El machete, en tanto, fue hallado en horas del mediodía en un cantero ubicado sobre la calle Macedonio Fernández, en el barrio Iprodha, también del kilómetro 3.
La causa quedó en manos del Juzgado de Instrucción Dos de Eldorado, a cargo de la magistrada Nuria Allou, quien en las próximas horas decidirá cuando citará al detenido a declaración indagatoria.

Los niños, las otras víctimas

Tras el crimen, una de las principales preocupaciones de los vecinos fue el estado de sus pequeños, quienes estuvieron presentes en la casa durante el hecho. Inicialmente, los menores quedaron a resguardo en la casa de Elena, quien vive enfrente y tiene una relación casi de abuela con ellos.
En ese lugar, los menores de 9, 8, 6, y 2 años, permanecieron con custodia policial y recibieron la atención del equipo del Cepromu (Centro Provincial de la Mujer), encabezado por la licenciada Celeste Ciancia.
Con respecto a esto, desde la mencionada entidad señalaron que los niños iban a quedar junto a Elena hasta la tarde, momento en el cual los familiares de Paulina iban a pasar a buscarlos para luego quedar al cuidado de la madre de la víctima, quien reside en el kilómetro 8. Allí continuarán con las asistencias que disponga la Justicia.
Por su parte, docentes de la Escuela 896, adonde asistían los menores, iniciaron ayer una campaña solidaria con el fin de colaborar con dinero y donaciones a la persona que quede a cargo de ellos.



Una vida en silencio por el miedo y los tormentos  
ELDORADO (Corresponsalía). Ayer a la mañana, la Justicia ya había entregado los restos de Paulina a sus familiares, por lo que en horas de la tarde recibió el último adiós y fue sepultada en el cementerio La Piedad.
Entre el duelo y la bronca, Marcelo Portillo, hermano de la víctima, aceptó charlar con este matutino y manifestó la impotencia que le genera que otra persona le haya quitado la vida a su hermana.
Rodeado de sus familiares más cercanos, Marcelo señaló que su hermana y el detenido ya habían protagonizado escenas de violencia, pero ellos tampoco estaban muy al tanto de todo porque no se veían de forma asidua.
A pesar de ello, coincidieron en que nunca imaginaron un descelance como el que se registró el lunes a la noche. “Es una situación muy difícil. No entendemos cómo un hombre es capaz de hacerle eso a una mujer y atacarla de esa manera”, sostuvo ante los grabadores de El Territorio.
Paulina vivía con el ahora detenido desde que tenía 14 años. Voceros involucrados en la investigación indicaron que en primera instancia no encontraron denuncias previas registradas contra Maximino y desde la Línea 137, en tanto, añadieron que la víctima tampoco solicitó ayuda de ningún tipo.
Sin embargo, vecinos y familiares consultados coincidieron en que las discusiones no eran ajenas a la pareja y recordaron varios indicios que harían suponer de la existencia de hechos violentos que se cometían contra la mujer detrás de esas paredes de madera.
La mayoría indicó que en ocasiones notaron que subían el volumen de la música en medio de las discusiones y que varias veces vieron a Paulina con golpes en el cuerpo, aunque ella atribuía esos moretones producidos por accidentes domésticos y juegos con sus pequeños.

Más violencia
Por su parte, en diálogo con el portal local Stop en Línea, una vecina identificada como Mercedes fue más allá y emitió declaraciones más que contundentes.
“Paulina nunca contó que era golpeada ya que él no le dejaba hablar con nadie”, dijo y añadió que en una oportunidad la víctima acudió a un encuentro del Cepromu donde reconoció que el hombre le prohibía “hasta su forma de vestirse”.
“Cuando llegó el patrullero él salió a correr con el machete, por eso ningún vecino se metió porque le tenían miedo. Los vecinos tiraban piedras, silbaban para que Maxi pare de maltratarla. Escuché los gritos desagarradores de Paulina, hasta el ruido de los machetazos sobre su cuerpo. Al no conformarse con los machetazos, la acuchilló en el corazón por la espalda. Él tenía intención de matar a sus hijos también”, manifestó por último.
Si bien es pronto para esclarecer las circunstancias en las que se produjo el ataque, ayer los vecinos plantearon que Paulina habría sido asesinada tras impedir que el hombre abusara de sus hijos.