Darle valor a lo inmaterial

La historia posadeña está ligada al río Paraná, a la ribera, a los barrios aledaños (que experimentaron una transformación con la subida de la cota) y por supuesto a la querida Placita. Varios integrantes de este punto referencial de la ciudad se juntaron y presentaron un proyecto para que se nombre como patrimonio inmaterial a aquello que con solo nombrarlo se convierte en un ícono: no solamente todo tipo de ropas, electrónicos, herramientas y el pasillo donde encontramos los yuyos más preciados que curan el empacho, los dolores y hasta pomadas que vienen con sugerencias de la sabiduría del boca en boca. Una de las residentes es Secundina Acosta (84), que trabaja desde hace 53 años y está feliz de celebrar un aniversario más de este legendario lugar,  toda una vida en la Placita.