2020-04-10

"Esta es la cruz que hoy sigue demostrando amor y sufrimiento"

En la soledad del viernes santo, desde la Iglesia Catedral San José se llevó a cabo la celebración de la adoración de la cruz y la Pasión de Cristo. La celebración fue presidida por Monseñor Juan Rubén Martínez, acompañado por algunos sacerdotes y por jóvenes del Seminario Diocesano Santo Cura de Ars.

El día viernes santo es el único día del año que no se celebra la misa, pero sin embargo la Iglesia de igual manera recuerda la pasión de Cristo y reparte la Eucaristía. Esta celebración fue transmitida por los medios de comunicación.

La homilía después de la meditación de la Pasión de Cristo fue dada por el padre Alonso Freiberger, párroco de la Iglesia Catedral de Posadas, quien resaltó: "Hoy queridos hermanos meditamos la Pasión de Cristo, como lo hicimos el domingo de Ramos, sin embargo, hoy no hay ramos, no hay cantos de alabanza, no hay alegría. Hoy solo hay una cruz frente a nosotros y una mujer".

"Una mujer madre, cuyo corazón está atravesado por el dolor de la violencia, de la injusticia, de la calumnia, del ultraje. Atravesado por el dolor de la corrupción, de no hacer mía la injusticia que padecen los demás. Un corazón de madre y de mujer atravesado por el dolor de la muerte. Delante de nosotros en esta tarde santa, se levanta una cruz. Cruz que se levanta en medio de nuestras cruces y que nos muestra una gran verdad: el Dios en el que creemos padece con nosotros. Nuestro Dios no es un Dios impasible, que no se turba por lo que aplasta y mata la vida de sus hijos. No, él no es un Dios lejano, distraído, ausente e conmovido", agregó.

"La cruz nos recuerda que Dios sigue padeciendo, en nuestros asentamientos la falta de una vivienda digna. La cruz nos recuerda que Dios sigue sufriendo en tantas mujeres golpeadas con la violencia. La cruz nos recuerda que Dios sigue sufriendo en la vida de tantos niñas y niños que padecen abusos de nuestra sociedad, en tantos adultos mayores abandonados por sus seres queridos, manoseados por políticas mezquinas. La cruz nos recuerda hoy que Dios sigue padeciendo en la vida de tantos trabajadores cuya situación laboral es precaria, que sigue padeciendo en la carne de tantos jóvenes que, sin la esperanza de un mundo mejor, están sumergidos en la droga, en el alcohol, en la violencia, que padecen la muerte que solo es capaz de sembrar el narcotráfico entre nosotros y su hermana la corrupción", indicó.

"La cruz que levantamos hoy frente a nosotros nos recuerda que Dios padece aún hoy en el lecho de tantos enfermos, en la vida de tantísimos médicos, enfermeros y enfermeras que hoy en medio de esta pandemia le están haciendo frente a la muerte en cada paso que dan. De los hombres y mujeres que salen a las calles para cuidarnos y ayudarnos a hacerle frente a un virus que nos ha mostrado su rostro más cruel. Esta cruz nos recuerda que su dolor es nuestro dolor y nos lanza una invitación. Porque la cruz en esta tarde nos invita a asumir en nuestras vidas las cruces de tantos hermanos nuestros que viven a nuestros alrededores. Este viernes santo deberíamos poder preguntarnos, que significa la imagen del crucificado. Tan presente entre nosotros. ¿qué es la cruz para mí? Tendremos que ser capaces de ver a esas cruces en el rostro, en la piel de los que están al lado. En su sufrimiento, en su soledad y abandono. Deberíamos preguntarnos en esta tarde, qué sentido tiene llevar una cruz para nuestras vidas si no sé cargar la cruz de mis hermanos, de los que están alrededor mío", resaltó.

"De que serviría hermanos hoy, besar esa cruz si no despertamos en nosotros sentimientos de ternura y de amor a la vida de quienes están con nosotros.
En esta tarde santa, el crucificado y su madre van a desenmascarar nuestras mentiras. Y de nuestras cobardías. Ellos quieren sacudir nuestra fe, muchas veces aburguesadas y cómoda, que prefiere relacionarse con Dios que con los hermanos, olvidándonos de los que sufren y padecen a diario. Desde el silencio de la tarde, desde el silencio dela cruz, ellos serán nuestros jueces firmes y dulces que buscarán poner en jaque nuestras vidas. Que nunca seamos como Pilatos y nos lavemos las manos frente al dolor de los hermanos", finalizó.




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