Agentes advierten dificultades a la hora de apresar inmigrantes

miércoles 17 de julio de 2019 | 5:00hs.
Agentes advierten dificultades a la hora de apresar inmigrantes
Agentes advierten dificultades a la hora de apresar inmigrantes
Dos agentes de inmigración habían estado estacionados afuera de una vivienda desde antes del amanecer cuando su objetivo, un mexicano condenado por conducir ebrio en 2015, parecía salir mientras el sol iluminaba un cielo gris. “Voy a detener un vehículo”, afirmó un agente por la radio. “Estoy justo detrás de tí”, dijo otro mientras prendía la luz y le ordenaban al conductor que se detuviera en el estacionamiento de una licorería.
El hombre al que le pidieron detenerse no era el que buscaban, pero también estaba ilegalmente en el país, fue deportado. El arresto hecho ayer en San Diego ilustra cómo la promesa del presidente Donald Trump de deportar a millones de inmigrantes que están en Estados Unidos sin permiso es harto complicado. 
Para el Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE) detener a la gente es una tarea que requiere tiempo, mucho trabajo y no siempre es exitosa. Con frecuencia, para arrestar a un solo inmigrante es necesario vigilarlo durante días. A la vez, el ICE tiene un presupuesto limitado y poco espacio de detenciones. Y más y más agencias policiales, en especial las de las grandes ciudades, están negándose a apoyar a la agencia dentro del creciente movimiento “santuario”, lo cual hace que arrestar a los inmigrantes sea aún más lento. 
Trump anunció que las redadas se hacen en diez ciudades para detener a las familias que se encuentran ilegalmente en el país. El mandatario afirmó que el operativo comenzó exitosamente.
 En el reciente operativo en San Diego, los agentes efectuaron 20 arrestos en cinco días. Portaban chalecos blindados, utilizaron camionetas sin identificar y le ordenaban de inmediato a los detenidos apagar sus teléfonos para que sus familiares y amigos no pudieran rastrear sus movimientos. 
Gregory Archambeault, director de operaciones del ICE en San Diego, dijo que vigilar a las personas que se desea detener puede ser como ver cómo crece el césped. “Hoy ocurrió con bastante rapidez, pero otras veces puede llevarse varias horas. Tenemos que regresar en días distintos”, afirmó. Cerca de 11 millones de personas están en Estados Unidos ilegalmente, incluidas 525.000 que enfrentan órdenes de deportación, consideradas prófugas.   
De su parte, la agencia para los refugiados de Naciones Unidas (Acnur) está “profundamente preocupada” por las eliminaciones y restricciones impuestas por Estados Unidos a las solicitudes de asilo, alegando que ponen en riesgo a las familias vulnerables.

Demandan al gobernador de Florida

La ciudad de South Miami y una coalición de defensores de los inmigrantes demandaron ayer al gobernador de Florida, Ron DeSantis, por una nueva ley que obliga a las policías locales a cooperar con las autoridades federales de inmigración. Según la demanda iniciada por los abogados del Southern Poverty Law Center, la nueva ley atenta contra la confianza en las fuerzas del orden y conduce al “encasillamiento racial”. Se asegura que las personas de color estarán sujetas al acoso porque se las podría percibir como extranjeras. DeSantis sancionó la ley el mes pasado para prohibir las políticas de “santuario”. La nueva ley prohíbe a los gobiernos municipales aplicar medidas que protejan de la deportación a los inmigrantes que se encuentran en el país sin autorización. Se obliga a los agentes de la ley a acatar las órdenes de detención de inmigrantesno autorizados que son arrestados o condenados por algún crimen. Exime de esto a víctimas y testigos.