El correcto registro e inventario de un bien es esencial, también las formas de exhibición

“Desde que entra una pieza al museo ya requiere seguridad”

Liliana Rojas, directora del Museo Cambas, contó sobre los actuales paradigmas para protección de objetos, no sólo ante posibles robos, sino para su conservación
domingo 21 de abril de 2024 | 6:05hs.
Liiana Rojas, directora del Museo Regional Aníbal Cambas. Foto: Guadalupe de Sousa
Liiana Rojas, directora del Museo Regional Aníbal Cambas. Foto: Guadalupe de Sousa

La conservación de las colecciones museográficas requiere atender a diferentes aspectos de la seguridad para los objetos que conforman estos acervos y también para toda la infraestructura de una institución.

De esta manera, para hablar del cuidado de una pieza de museo que forma parte del patrimonio cultural, histórico o natural de un pueblo hay que tener en cuenta su correcto registro e inventario a su ingreso, la exhibición en condiciones óptimas para el resguardo de los factores externos que puedan desgastar o deteriorar como la luz, humedad, ataque de insectos, entre otros. Asimismo, cuando los elementos que integran las colecciones no están expuestos en sala deben estar en un depósito debidamente organizado tal como si fuera un recinto más para visitar.

Con todo ello, según los estándares utilizados para el montaje de los museos modernos el único riesgo para un objeto de valor patrimonial que suele ser insustituible no consiste en el hurto o extravío sino que su cuidado demanda un protocolo integral de mantenimiento y limpieza de los objetos, atender al material de los muebles y vitrinas para exposición, contar con alarmas y cámaras de seguridad, entre una batería de requerimientos.

Acerca de esta nueva concepción o paradigma para el diseño y montaje de las instalaciones museográficas charló con El Territorio Liliana Rojas, historiadora, docente, investigadora y directora del Museo Regional Aníbal Cambas.

Rojas se desempeñó también entre 1991 y 1995 como directora del área de Museos de la Provincia, etapa en la que tuvo a su cargo la administración de los museos provinciales, mientras que desde hace 16 años está al frente del Museo Cambas.

El paso uno y fundamental para cuidar las colecciones de los museos, es asentar su ingreso con el mayor detalle posible, es el momento de otorgar un DNI a un objeto de museo. “¿Por qué es importante hablar de cómo ingresa el objeto al museo? Porque desde el momento en que entra una nueva pieza, una nueva colección al museo ya requiere una cierta seguridad y custodia”, advirtió.

“Dentro de los museos tenemos colecciones, que las instituciones han recibido a través del tiempo y que han ingresado de diferentes formas”.

Las colecciones pueden ser adquiridas como colecciones o pueden ser objetos que llegan a integrar una colección y las formas de adquisición pueden ser por compra, donación, excavación arqueológica si se trata de un museo con característica antropológica o arqueológica y otras. “La mayor cantidad de los bienes que ingresan al museo lo hacen por donación”, aportó.

¿Cómo es este proceso de registro?
Ese objeto tiene una identidad y si al momento de entrada no se registra todo eso, es información que se puede perder. En el museo tenemos un libro de registro, que es el primer paso, ahí le das al objeto su documento de identidad, le das fecha de entrada. Después le ponés un número de inventario y todo lo demás, pero las primeras características o descripción que le das a ese objeto es en ese libro de registro. Y ya en el inventario ampliás la información al describir ese objeto, su historia, las observaciones, si ha tenido intervención y toda la información que puedas recabar como bibliografía, fotografía. Y esto es muy importante, porque es la forma en que el museo registra cómo adquiere el bien y que ese bien le pertenece y lo tiene documentado, si surgiera algún conflicto allí hay un respaldo para reclamar.

Pasó por muchos años que este paso no se hacía en los museos o no se llegaba a hacer totalmente, ¿y cómo se hace para reclamar si no se cuenta siquiera con una ficha de inventario que justifica la procedencia y propiedad del bien? Esas son las normas que hoy día hay que cuidar mucho para asegurar que esas piezas no se vayan perdiendo.

Este cuidado al momento de registrar el ingreso, ¿no siempre fue así?
Muchas colecciones o parte de colecciones en nuestros museos se han perdido porque los objetos ingresaban sin hacer este tipo de documentación. Claro que eran otros tiempos, había muy buena voluntad, ganas de mostrar y exponer, pero sin pensar en el objeto en sí. Y el objeto tiene una historia para contar y esa es la historia que hay que registrar, por eso la documentación de las piezas es muy importante, más si se tiene una pieza que puede llegar a tener un alto valor, no estoy hablando de dinero, sino de un valor cultural.

¿El cuidado de los objetos es parte de la seguridad en un museo?
Claro, el cuidado en el sentido de conservación y mantenimiento es parte de la seguridad en un museo. Porque cada objeto en un museo hay que cuidarlo, hay objetos que pueden llegar a deteriorarse con el tiempo. Por ejemplo, una olla de cobre, vos la exponés brillante, con un color precioso y con el pasar del tiempo tu objeto se volvió verde… ahí le faltó limpieza, cuidado, mantenimiento. Y en el caso de los tejidos, digamos de la cultura aché guayakí, si no lo protegiste con los elementos necesarios para que no entren los enemigos externos, como pueden ser insectos, polvo, te quedás sin pieza, esa pieza se puede perder, entonces ahí no hubo seguridad en el museo, no hubo cuidado.

Estamos hablando de seguridad en cuanto a cuidado y preservación de los objetos, ¿y qué medidas se toman para evitar hurtos o robos?
Hoy en día los museos se montan con todo un dispositivo de seguridad, que involucra alarma, cámaras de seguridad, también puede ser personal de seguridad, que es para cuidar el predio y los bienes del museo en general y que hacen a su funcionamiento, más allá de las colecciones.

Y si te hablo del Museo Cambas, además de todo esto, nuestra mayor seguridad es la forma de exposición de las piezas. Las personas pueden entrar al museo y recorrer las salas y mirar los objetos que están expuestos en forma tridimensional y desde todos sus ángulos, pero no estamos con el temor de que se puedan llevar algo, primero porque se ingresa sin mochilas ni bolsos, tampoco termo y mate, eso se deja en la entrada. Y esto es porque tenemos las vitrinas que son bases con cúpulas, entonces el visitante puede dar vuelta alrededor del objeto, observar en detalle, pero nunca va a tener acceso a la pieza, porque este sistema de cúpula requiere todo un dispositivo para abrirse. Entonces, hoy hay que asegurar las piezas; antes si no tenías el mobiliario adecuado, exponías como se podía, pero de ese modo se necesitan muchos ojos cuidando. En el Cambas prestamos atención a qué piezas son las más pequeñas, las que requieren más cuidado.

¿Todas estas medidas de seguridad tienen que ver con un nuevo paradigma en el cuidado de los museos?
Con el Museo Cambas ganamos un concurso para capacitarnos con profesionales del Icom, que es una organización internacional de museos y profesionales de museos, y estamos realizando un reordenamiento de las salas y depósitos del museo. Comenzamos esta tarea con las salas de las Primeras Culturas y Aché Guayakí, para estas colecciones los depósitos se ordenaron para poder ser exhibidos a los visitantes y poder mostrar más información. Y ahora estamos trabajando en el depósito organizando la colección de armas, que antes estaban todas guardadas pero se hizo un trabajo para exhibirlas en las paredes, con su designación.

¿Hoy el depósito de los museos es una sala más?
Exactamente, el criterio de hoy es que las colecciones en depósito deben estar expuestas, entonces el depósito no es un simple espacio para la acumulación de objetos, como era el concepto que existió hasta hace poco tiempo. En la actualidad, mundialmente se trabaja con lineamientos del Icom que enseñan cómo los museos tienen que ordenar sus depósitos, y cómo estos espacios pueden aportar información y conocimiento a los visitantes. Y nosotros estamos en este proceso, no sabemos cuánto tiempo nos va a llevar, ni si vamos a contar con todos los recursos, pero vamos paso a paso y es un trabajo de hormiga.

¿En el Museo Cambas ha pasado de sufrir el robo o sustracción de algún objeto?
Nosotros tuvimos un caso de hurto, que se han llevado armas que estaban en desuso por supuesto, fue antes del 2010, no recuerdo bien la fecha, un chico entró por la ventana que tenía rejas, era en el edificio viejo, antes de la remodelación, pero se lograron hallar las piezas y las devolvieron, eran objetos de finales del siglo XIX y principios del siglo XX. Por eso digo que el valor cultural de las piezas en invaluable. (La noticia sobre el robo en el Museo Cambas fue publicada por El Territorio el 25 de junio de 2008 con el título Dos niños robaron reliquias de armas del museo Aníbal Cambas.)

Con internet, el mercado negro para el arte y las piezas arqueológicas se ha potenciado al parecer, ¿es importante que la sociedad esté sensibilizada sobre el rol de los museos en la preservación del patrimonio compartido?
Para mí es muy difícil pensar en los objetos de los museos como un valor monetario. Si bien sabemos que hay todo un mercado negro, los bienes culturales tienen un valor incalculable, porque son justamente objetos que testimonian un momento, una etapa en la historia de una comunidad, de una cultura, y los museos son muy ricos en esa memoria colectiva, son lugares de enseñanza y que complementan a las escuelas por ejemplo.

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