Hierba buena nunca muere

Domingo 2 de junio de 2013
¿La cura de varias enfermedades terminales está en la selva? Todavía no se sabe, pero lo seguro es que hay una avanzada de los científicos, laboratorios, empresas y el Estado hacía la fitomedicina o medicinal natural. El objetivo es conocer las propiedades terapéuticas y producir materia prima a gran escala.
Los laboratorios llevan años buscando respuestas y gastando millones en medicamentos sintéticos. Pero actualmente toda la industria farmacológica está mirando a la selva y en especial a la biodiversidad que tiene Misiones, para encontrar plantas con propiedades curativas y que sirven para aplacar las dolencias cotidianas.
El Territorio recorrió toda la cadena de la medicina natural. Desde la chacra, donde cada vez más colonos están plantando distintas especies y apostando a nuevos productos (ver páginas 10 y 11) hasta las farmacias de Buenos Aires donde las hierbas misioneras ganan cada vez más adeptos (ver página 12).
En el Mercado Modelo La Placita, de Posadas, los yuyeros resisten al paso del tiempo y mantienen vivo el conocimiento popular con el cual se curaron generaciones (ver páginas 8 y 9).
El conocimiento científico y popular se conjuga en la rica historia del doctor Guillermo Gaudioso (88), quien siempre recetó medicamentos naturales cuyo uso aprendió de una comunidad mbya de Pozo Azul (ver páginas 6 y 7).
El Estado provincial a través de la Biofábrica entró al negocio y hoy encara estudios, mejoramientos y producción a gran escala de 12 plantas medicinales (ver página 5).

Natural versus sintético
Los grandes laboratorios están en alerta y ven a esta tradición, que llevan miles de años, como el gran enemigo del futuro.
“La fitomedicina es utilizada por el 60 por ciento de la población mundial y va en crecimiento. La mayoría de los productos que se venden en las farmacias cubren patologías simples como úlceras, digestivos, que son afecciones siempre. Lo que la medicina natural viene avanzando y debe avanzar es sobre las afecciones severas como cáncer, diabetes, hipertensión arterial, colesteros, hay avances y eso preocupa a las multinacionales”, afirmó Carlos Yanquelevich, quien es farmacéutico desdehace 25 años y actualmente es responsable del área de medicinal natural de la Biofábrica.
“La medicina natural tiene un futuro muy grande y lo mejor es que está todo por hacerse. La medicina sintética se agotó”, disparó Yanquelevich.
Para el especialista “en la naturaleza están todas las respuestas y por eso hay una vuelta a lo natural y a investigar los principios activos y terapéuticos. Hoy hay muchas especies nativas que tienen un gran valor a futuro pero que no fueron validadas. Es más, corren el peligro de extinguirse y de que el conocimiento que hoy tienen las personas que trabajaron con plantas medicinales desaparezcan”, sostuvo.
Para Marcelo Peretta, quien se desempeña como secretario general del Sindicato Argentino de Farmacéuticos y Bioquímicos (Safyb), el acercamiento de la población a los medicamentos de origen natural responde básicamente a tres cuestiones fundamentales: “la primera es la conciencia social de que todos los medicamentos sintéticos tienen efectos secundarios o no deseados y pueden traer nuevas complicaciones a la salud de la persona, la segunda es el precio de algunos remedios que resultan inaccesibles para gran parte de la población y la tercera es una tendencia cultural hacia lo natural que se nota sobre todo en la clase media y media alta”.
Frente a la tendencia social de mayor consumo de plantas medicinales, hay una biblioteca a favor y otra en contra.
Los que la promueven, destacan las propiedades naturales que están presentes en todos los vegetales y su llegada a todos los sectores sociales, principalmente a la gente más pobre que no tiene dinero para curar sus males con remedios caros. Los que la atacan, advierten que son flojas de controles estatales específicos y que al no conocerse certeramente su composición se puede estar frente a preparados en los que el remedio puede ser peor que la enfermedad.
“Yo prefiero pararme en el medio de esas dos posturas extremas. No creo que la medicina natural tenga la respuesta farmacológica para todas las enfermedades pero muchas veces puede significar una herramienta alternativa al alcance de la persona que la necesita” explicó el doctor Peretta.
Seguidamente dijo que “el uso de las plantas como medicamentos es bueno para la salud y de hecho ése fue el origen de todos los remedios. Un producto natural siempre será más sano y efectivo que uno salido del laboratorio. Pero en este punto es importante destacar que la efectividad dependerá de cómo y cuánto se consuma”.
En este punto el doctor Peretta  explicó que “lamentablemente con los medicamentos naturales sucede lo mismo que con los sintéticos, en el sentido de que las personas lo toman como quieren y cuando quieren”.

Explorando la fitomedicina
La Biofábrica a través del programa medicinal estudia y produce 12 especies en sus modernos laboratorios, donde lograron clonar y mejorar las plantas.
“Lo que nosotros hicimos es tomar el saber popular, el conocimiento que se trasmitió por generaciones y darle un valor agregado e industrializarlos para hacer materia prima de calidad y a gran escala”, explicó Carlos Yanquelevich, responsable del área.
“Lo que Biofábrica hace es tratar de que con cada especie se forme un círculo virtuoso y todas tienen que cumplir un proceso de trazabilidad para llegar a un proceso productivo exitoso. Y eso se logra con la programación a industrias de materia prima continua, cosa que en el mercado informal no hay”, agregó el funcionario.
Con sus productos (hierbas seca o en jarabe) la Biofábrica ganó el mercado nivel nacional y tiene como clientes a arboristerías, laboratorios de fitomedicamentos y el mercado interno. Los productos de mayor penetración son la Carqueja, Menta y Ambay.
“El proceso en Carqueja es muy exitoso y hoy es el producto emblema y tiene mucha penetración en el mercado para afecciones hepáticas y estomacales y se utiliza en miles de productos”, indicó Yanquelevich.
“Con la Carqueja hemos tenido excelentes resultados en laboratorio y mejores resultados en campo y esta secuencia metodológica nos permite programar y tener mejor materia prima”, agregó el investigador.
Todas las plantas son nativas y su estudio es para preservar las especies, con trabajo interdisciplinario que incluye ingenieros agrónomos, genetistas, bioquímicos, ingenieros químicos, recolectores y productores, entre otros.
Sobre las plantas que están estudiando dijo “hoy estamos trabajando con especies que no son muy conocidas como el Sarandí Blanco que se usa para la diabetes, otra es la Cangorosa que es para las ulceras y el Caá taí, que es una especie que se va a estudiar para luchar contra el cáncer”.




Caá Taí
Polygonum punctatum
Uso popular medicinal:  Como antisépticas. También se usan para las picaduras y hemorroides.
Propiedades farmacológicas: antiinflamatorias, antiviral y antidiarreica.

Guaco
Mikania glomerata
Uso popular medicinal: para casos de fiebre, reumatismos, depurativa, antigripal y antiespasmódicoa Se usa como agua tónica, como estimulante del apetito, antigripal y antiespasmódica.
Propiedades farmacológicas: Expectorante, antitusivo.

Pasionaria
Passiflora spp
Uso popular medicinal: Las hojas se usan como sedativos en caso de insomnio. La cocina moderna la presenta en exquisitos postres y también para bebidas.
Propiedades farmacológicas: en estudio.


Por Pablo Lizarraga
twitter@@pablolizar


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