Violencia entre jóvenes: la nocturnidad, otra vez en discusión

domingo 16 de febrero de 2020 | 7:00hs.
Violencia entre jóvenes: la nocturnidad, otra vez en discusión
Violencia entre jóvenes: la nocturnidad, otra vez en discusión

Por Esteban Bueseck interior@elterritorio.com.ar

Una fiesta, un momento de dispersión que se combina con alcohol y azarosamente un cruce que se convierte en gritos, insultos y todo se “resuelve” a las piñas. 
Desde su inicio, este verano estuvo marcado por situaciones muy violentas que involucraron a jóvenes. El asesinato de Fernando Báez Sosa a la salida de un boliche en Villa Gesell a mano de otro grupo de jóvenes sin duda acaparó la atención pública de todo el país. Pero en Misiones los hechos violentos también estuvieron a la orden del día. 
La noche de Navidad en Posadas hubo fuertes enfrentamientos en Villa Blosset que incluyeron piñas y botellazos lanzados al aire. Aunque no hubo heridos graves, por presión vecinal se decidió suspender en Año Nuevo cualquier celebración al aire libre.
Al Norte de la provincia, en San Antonio, una discusión que involucró a personal de seguridad, la vendedora de entradas de un boliche y dos jóvenes se resolvió a los tiros la madrugada del 2 de febrero último. Resultando estos últimos gravemente heridos por los impactos de balas.
Y en Apóstoles, la madrugada de este 9 de febrero, un joven de 17 años terminó internado y debió ser operado como consecuencia de las severas lesiones que tuvo tras ser atacado a golpes de puño y patadas por otros seis jóvenes a la salida de un boliche, con quienes habría mantenido una discusión minutos antes dentro del local bailable. 
Esa misma noche en el Complejo La Aventura de Posadas un confuso y violento episodio entre jóvenes que se encontraban en una fiesta culminó con detenidos, heridos y policías sumariados acusados de “abuso de autoridad y violencia de género”.
Pero la violencia en la noche no es cosa de ahora. La capital misionera tiene dos negros capítulos en su historia que marcaron lo que vendría después y generaron leyes que siguen hoy vigentes. Una de ellas fue la muerte de Francisco ‘Pincha’ Centeno (19), quien falleció el 22 de septiembre de 2002. El muchacho había tenido un encontronazo con dos jóvenes en un boliche de calle Córdoba, pero regresó a su casa y al mediodía empezó a sentirse descompuesto. Su familia lo llevó al hospital, pero ya era tarde. Los médicos señalaron la causa de muerte como una hemorragia digestiva pero no se le practicó autopsia, lo cual complicó esclarecer si el deceso tuvo relación con las lesiones sufridas.
Hubo una causa penal y los implicados fueron imputados por el delito de “homicidio preterintencional”, es decir, fueron acusados de haber matado a Centeno sin intenciones de hacerlo, pero ante la falta de conclusiones de autopsia todo culminó en falta de mérito.
A nivel normativo, el hecho marcó un antes y un después, al punto que a partir de ahí comenzó a gestarse el Código de Nocturnidad que se sancionó finalmente en 2004 e implicó un mayor control sobre la presencia de menores en locales bailables y su cierre a las 6 de la mañana, entre otras cuestiones.
Pero lo peor de la noche volvió a evidenciarse el 19 de marzo de 2006, cuando Iván Mercol tuvo graves lesiones de parte de otros jóvenes durante una pelea dentro de un boliche de la avenida Corrientes y falleció poco después en un sanatorio.
Por el caso hubo un juicio a fines de 2014 y culminó con una sentencia de cuatro años de prisión efectiva por homicidio en riña para los dos implicados, Sebastián Ruiz y Diego Cantallops, aunque en 2016 el Superior Tribunal de Justicia revocó parcialmente la pena impuesta previamente y fijó para ambos una condena de tres años de prisión en suspenso, por lo que nunca fueron a la cárcel.
El debate sobre qué hacer y cómo actuar ante estos casos se pone otra vez en consideración. Hay quienes exigen penas más severas, fuertes controles y patrullajes. Por otro lado hay quienes hablan de la degradación de valores en la sociedad. La ausencia de adultos responsables para contener y dialogar con los jóvenes que atraviesan una de las etapas con más cambios e incertidumbres de su vida. A continuación una serie de voces a las que consultó El Territorio para abrir la discusión.

Fuertes controles
En Apóstoles la comuna junto a las fuerzas de seguridad decidieron aplicar desde este fin de semana a rajatabla la ley de Nocturnidad vigente. De esta forma, los boliches que tengan un menor dentro del local serán pasibles de multas y después de la tercera sanción serán clausurados. En diálogo con la prensa, la intendenta Marí­a Eugenia Safrán sostuvo que “habrá un estricto control del consumo de bebidas alcohólicas en espacios públicos y del expendio en bares, estaciones de servicio y kioscos fuera de los horarios permitidos”.
Anunció que se van extremar los controles sobre el consumo de bebidas alcohólicas en la ví­a pública y también se reforzaron los controles de alcoholemia en todo el municipio. “Si bien hay responsabilidad familiar, nosotros también debemos cumplir con los controles porque los padres así lo piden”, reconoció Safrán en Radioactiva 100.7. 

En Posadas la movida arranca los miércoles

Actualmente en Posadas hay unos 25 pubs o locales bailables habilitados en el ejido urbano.
En ese sentido, Santiago Campos, director de Control Comunal de la ciudad, sostuvo en diálogo con El Territorio que los controles aplicando el Código de Nocturnidad vigente se realizan de lunes a domingo, pero la actividad más fuerte arranca los miércoles.
Afirmó que “hay buena predisposición por parte de los comerciantes que se preocupan por hacer bien las cosas” y que los propietarios ya están acostumbrados a la normativa en rigor desde 2004, por lo que se detectan infracciones que logran regularizarse rápidamente.
“Lo que más detectamos son carnets de manipulación de alimentos vencidos, matafuegos vencidos, botellas y vasos de vidrio en la pista, algo que está prohibido. Otras cuestiones más graves no estamos encontrando. No estamos detectando menores en los boliches, pero ese es un trabajo en conjunto con la Policía”, indicó Campos al tiempo que aclaró: “Si se encuentra un menor, lo que dice el Código de Nocturnidad es que se debe proceder a la clausura del espacio”. “Pero a nosotros lo que nos interesa es que el contribuyente esté regular, no perjudicarlo”, insistió.
Por otro lado expresó que dentro de la dirección que conduce hay un grupo de inspectores abocados a “detectar y controlar las denominadas fiestas privadas. Nos estamos ocupando de eso de forma intensiva porque sabemos que es una irregularidad que tenemos que controlar. Hay un promedio de dos o tres que se detectan por semana”, explicó y detalló que para hacer uno de estos eventos “hay que pedir autorización previamente, un trámite que se hace en la municipalidad y el lugar tiene que contar con habilitación”.
Comentó que este verano “la noche está tranquila, con poco público, pero estimamos que es normal por la época de vacaciones”. Y cerró: “El lineamiento que recibimos del intendente Leonardo ‘Lalo’ Stelatto es que debemos garantizar la seguridad de la noche”.