Productos premium casi sin espacios ante segundas marcas

miércoles 10 de abril de 2019 | 5:00hs.
Productos premium casi sin espacios ante segundas marcas
Productos premium casi sin espacios ante segundas marcas
Victor Piris

Por Victor Piris vpiris@elterritorio.com.ar

El avance de las segundas y terceras marcas ha promovido también el retroceso o hasta incluso la desaparición de marcas o productos premium en las góndolas de supermercados.
El consumo en épocas de recesión también agrega así la presión para que los comercios releven constantemente la rotación de marcas y presentaciones.  También se destacan en los últimos años la aparición de envases con menor contenido, que pueden ofrecer así “precios más reducidos”.
Para grandes comercios, la modalidad es normal ante la crisis. Para negocios barriales, la tendencia pasa por dejar de exhibir varios productos y enfocarse casi con exclusividad en los más económicos. 

Algo previsible en crisis
Así, Fernando Aguirre, vocero de la Cámara Argentina de Supermercados (CAS), reconoció que los consumidores hoy privilegian las segundas y terceras marcas por su menor valor. Y por ello es entendible que se deje de lado los productos de mayor valor o los considerados premium.
“En general hoy las segundas marcas están teniendo mayor aceptación por una cuestión económica. Es algo que ya pasó en otras épocas y cuando se recupera un poco el salario se vuelve a las primeras marcas”, comento el directivo nacional.
Destacó en tanto que se observa como tendencia que “las marcas propias de los supermercados están creciendo. Pero es algo previsible por los menores costos que pueden ofrecerse en una crisis como esta”.
Ante la mayor competencia por el espacio en las góndolas, el directivo opinó que hoy los supermercados tienen una abundante oferta de pymes fabricantes de productos de todo el país. “Los supermercados tenemos una permanente relación tanto con grandes marcas como con marcas regionales. Ahora que se habla de la necesidad de una ley de góndola para asegurar espacios, nosotros creemos que no hace falta”.
Y explicó que “de forma constante se relevan proveedores y hay una cantidad enorme de empresas que nos acercan sus propuestas, es algo normal para la actividad”, dijo a El Territorio.
Desde CAS se evaluó que la competencia entre presentaciones y marcas siempre está. Así se indicó que hay un constante relevamiento para ofrecer posibilidades al consumidor. Por ello se tienen en cuenta presentaciones de distintas marcas y en cantidades de producto.
“Hay de todo tipo de productos, muchas veces hay segundas marcas que son de tan buena calidad o mejores inclusos que las primeras marcas. Sabemos que una pyme del interior del país puede tener un buen producto y a un precio competitivo y por eso siempre tiene la oportunidad de darse a conocer”, explicó el representante del supermercadismo nacional. 

“La gente no los busca”
Para Nelson Lukowski, propietario supermercados en la ciudad, el consumidor hoy prioriza precios y por eso hay productos que se dejaron de ofrecer.
“La gente directamente no busca los productos premium. Hay algunos enlatados de primeras marcas, algunas mantecas o presentaciones de aceite de oliva, quesos especiales en algunas variedades que no se piden. Se podrán encontrar en las góndolas pero no tienen rotación”, comentó.
Y enfatizó que en su caso “seguimos trayendo algunos productos, pero en muy poca cantidad. Y los tenemos que relevar para que no lleguen a su fecha de vencimiento”.
Cómo cambios en los hábitos de consumo recordó que por ejemplo “hay presentaciones de aceite de oliva de 500 centímetros cúbicos (cm3) que no se venden porque son muy caros. En cambio si se piden los de 250 cm3. También hay productos que se dejaron de consumir, hay paquetes de fideos de 70 pesos, que la gente no los lleva porque compara que hay otras marcas casi a mitad de precio”.
El comerciante local acotó que en el caso de los vinos también se observó un derrumbe de consumo en las marcas más caras.
 “Los vinos subieron mucho el año pasado, este año casi nada. Pero han subido tanto que la gente no los lleva, el consumo cayó un montón”.

Más productos superan los $1.000 por kilo

En las góndolas de los supermercados, se pueden encontrar varios productos que sin ser premium o de lujo tienen precios que superan los 1.000 pesos por kilo. Un ejemplo es el queso rallado: el paquete de 80 gramos de la marca La Serenísima se vende en las grandes cadenas a 85,20 pesos , lo que da como resultado un valor de 1.065 pesos por kilo. Otro producto de consumo cotidiano, citado en un relevamiento de Infobae, es el atún al natural La Campagnola, con un precio de 134 pesos por lata de 120 gramos que da un total de 1.124 pesos por kilo. Y los aceites de oliva de las marcas más premium van de los $1.196 a los $1.238 por litro. En tanto el frasco de 100 gramos de café soluble La Virgina tiene un precio de 139 por 100 gramos y 1.390 pesos por kilo.


El vino con menor consumo y más competencia

Carlos Díaz es director general de la bodega mendocina Familia Falasco y recientemente estuvo en Posadas para la presentación de un torneo de golf realizado entre Los Caminos del Vino y la Ruta de la Yerba Mate. En su visita dialogó con la prensa y analizó el difícil presente que atraviesa la bebida nacional con un consumo decreciente. Destacó que en un contexto de crisis es muy importante buscar estrategias para seguir siendo competitivos.
“Hoy hay una sumatoria de cosas que nos preocupan, los altos costos, nos preocupa la falta de financiación y lo más importante es que no tenemos consumo. Además, el vino no es un producto de primera necesidad, ante ello tenemos que buscar las formas para ser más competitivos, estar en las góndolas y que nos elijan”, comentó el directivo.
Díaz explicó a la prensa que el consumo del vino ha caìdo cerca de un 25% en el país de forma interanual. Y preocupa en el sector el traslado a bebidas sustitutas. De allí el interés en buscar alternativas para incentivar el consumo en diversos públicos.
Ante la posibilidad de generar más exportaciones para compensar la merma del consumo interno, el directivo explicó a la prensa que el comercio exterior lleva su tiempo para desarrollarse. “Es interesante tener un dólar competitivo, pero ocurre que no es tan fácil ganar mercados. Ser más baratos no significa que automáticamente vamos a exportar más. Más si en los últimos años no se atendió la demanda internacional como debe ser. El crecimiento no se da de un día para el otro”, recordó. Apuntó por otro lado que constantemente están evaluando los cambios que pide el consumidor nacional. “El consumo del vino se da en general entre mayores de 25 años, son los consumidores a los que el vino apunta. Comparativamente con otras bebidas se tarda más en llegar a su consumo y además tiene su cultura”, diferenció.