Lo tienen desde hace un año
Simulador de vuelo: una ventana al mundo aeronáutico desde las aulas
Imaginá estar en plena clase, rodeado de monitores y controles, con la adrenalina de un piloto pero la seguridad de estar en tierra firme. Así es la experiencia que viven los estudiantes de quinto y sexto año de la Epet 37 Benjamín Matienzo, de Posadas, cada vez que se sientan frente al simulador de vuelo que tienen en la institución.
Este dispositivo, más allá de ser una herramienta educativa, se convirtió en el punto de encuentro entre la teoría y la práctica, donde los futuros técnicos aeronáuticos se enfrentan al desafío de sumar aprendizajes en lo referido a las aeronaves.
La implementación de este simulador fue posible gracias a un premio económico obtenido por los estudiantes en las Olimpiadas Técnicas organizadas por el Instituto Nacional de Educación Tecnológica (Inet) en 2022. La directora de la institución, Liliana Pacheco, recordó con orgullo cómo este logro permitió la compra del equipo: “Con los 5 millones de pesos que ganamos, decidimos invertir en este simulador, que llegó el año pasado. Aunque aún falta acondicionar un aula específica para su uso, ya está siendo utilizado por los alumnos para poner en práctica todo lo que aprenden en la teoría”.
El año pasado los chicos volvieron a ganar esta competencia, aunque el dinero del premio no les fue otorgado aún. Con él planeaban hacer ese acondicionamiento que planteó la directora.
Puente entre teoría y práctica
El profesor Facundo Arias, docente de la secundaria y a cargo de la instrucción de los chicos, subrayó la importancia del simulador en su formación técnica.
“Este simulador permite a los alumnos representar lo que es el vuelo, especialmente en lo que respecta al uso instrumental. Aunque aún no está homologado, nuestra intención es que en el futuro pueda ser utilizado como un simulador terrestre para vuelos por instrumentos”, explicó Arias. Este enfoque práctico permite que los estudiantes no sólo comprendan los principios teóricos de la aeronáutica, sino que también se familiaricen con los sistemas y parámetros que encontrarán en el mundo laboral.
Para los alumnos el simulador es una herramienta invaluable. Fabricio Nimeth y Máxima Benítez, ambos de 18 años, destacaron cómo este equipo complementa su formación.
“Es muy útil, es un material de estudio que ayuda de forma visual. La teoría la tenemos bien sabida, pero esto es una ayuda grandísima. Ya nos estamos habituando desde el secundario para el campo laboral”, comentó Fabricio. A lo que Máxima añadió: “Nos deja tener distintas perspectivas, no sólo desde el lado técnico, sino también como un experimento piloto”.
“Al principio no me llamaba mucho la atención, pero poco a poco fui agarrándole el gusto. Me marcó bastante y ahora estoy decidido a seguir una carrera relacionada con la aeronáutica”, comentó el adolescente respecto a su formación en esta escuela. “Me gustaría también seguir la parte aeronáutica y sacarles provecho a estos seis años”, concluyó Máxima.