Una opción para no guardar la vestimenta con un solo uso
Crece la búsqueda de alquiler de vestidos ante los altos costos
Cada vez más chicas eligen alquilar un vestido para la recepción en lugar de comprarlo. Se trata de una tendencia por la que optan cada vez más egresadas pensando, por un lado, en ahorrar dinero y por el otro, en reducir el consumo de una prenda que probablemente no volverán a usar. La compra de una vestimenta hecha a medida para la recepción puede variar entre $200.000 y 300.000, mientras que el alquiler cuesta entre $60.000 y $80.000.
En diálogo con El Territorio, Yésica Bravo, dueña de Espacio Cateí, contó que en los últimos años se impone la moda del alquiler por dos cuestiones: “Uno porque culturalmente cambiamos nuestra forma de pensar con respecto a comprar algo para guardar en el ropero y no volver a usarlo nunca más y por otro lado por los costos un vestido de fiesta”.
A su vez, mencionó que el beneficio de alquilar un vestido o un traje de fiesta es que se amortiza ya que no se tiene guardado en el vestidor por muchos años. El precio es otro de los factores ventajosos teniendo en cuenta que se puede acceder a un vestido importado o de diseñador a un costo bajo.
“Los montos que se involucran en el precio de un alquiler son el arreglo -si se requiere- y en nuestro caso tenemos a una modista para esa tarea. También involucra al mantenimiento, el costo de tener un local con todos los servicios y con personal que trabaja en orientar al cliente de la mejor manera”, explicó.
Asimismo, añadió que por el precio de la compra de una prenda de gala, toda la familia se puede vestir para la ocasión alquilando los trajes y vestidos. En su local, la propietaria de Cateí ofrece una amplia gama de prendas para damas y caballeros y en cada época las tendencias van cambiando.
“Hoy un día un vestido de fiesta cuesta unos $300.000 o más y alquilándolo se paga un máximo 80.000 pesos, incluimos tres accesorios y la tintorería posevento. A diferencia de otros años, este año noté la particularidad de que cada vez se alquila más y considero que se da por dos razones: porque nos estamos haciendo más conocidos en el mercado y, por otro lado, por los costos que tiene hoy comprar un vestido”, sostuvo Bravo.
Sobre la metodología de trabajo, detalló que los interesados pueden ir hasta el local con tres meses de anticipación, señar con la mitad del valor y dos días antes del evento retiran con la otra mitad.
“Hacemos alquileres no sólo a las personas de Posadas sino también del interior de Misiones, viene mucha gente de Paraguay y de Corrientes también. En este caso la persona que alquila es la que gestiona el transporte”, cerró.
De igual forma, Mariela Garay, propietaria de Ríe Vestidos. ubicado en el centro posadeño, coincidió en que cada vez más chicas alquilan el vestido para la recepción.
“Hoy en día mandar a hacer un vestido es muy costoso y cuando hablamos de recepción hablamos no solo de la chica que se recibe, sino de la mamá, de la hermana y hasta de la abuela que desean compartir ese momento con la joven. También está el hecho de que existen excelentes modistas pero al mandar a hacer un vestido de un modelo soñado a la hora de la realidad no siempre se cumple”.
En esa línea, dijo que el poder probarse un vestido ya confeccionado facilita la elección de compra.
“Nuestro servicio de alquiler incluye tintorería antes y después. También tenemos la opción de compra de los vestidos, esto es bueno para aquellas personas que viven en el interior y no puede estar buscando los vestidos en el tiempo estipulado y devolviéndolos entonces tienen la opción también a un costo muchísimo menor de poder adquirir vestido y llevarlo”.
Tanto en Ríe como en Cateí ofrecen junto al alquiler el servicio de asesoría de imagen. Los alquileres no se retiran mucho tiempo antes, sino que se reservan cerca de la fecha del evento y se retiran unos días antes.
“El alquiler de un vestido de recepción podría costar aproximadamente $60.000 o $70.000 y un vestido realizado con una modista cuesta más de $200.000. El vestido se suele utilizar una sola vez y luego queda guardado, salvo que los quieras vender y es otra movilización para venderlo”, indicó.
Por su parte, Liz Sato, también emprendedora del rubro de alquiler de prendas para fiestas, dialogó con el programa Acá te lo contamos por Radioactiva 100.7 y comentó: “Yo me dedico a la asesoría de imagen y al alquiler de trajes y vestidos para eventos. Mi emprendimiento no sólo se limita a fiestas sino que ofrece un servicio nuevo para viajes donde puedes alquilar pareos, pañuelos, sombreros y otros accesorios, permitiendo al cliente viajar con estilo sin gastar tanto”.
“Si alguien viene con una idea específica podemos confeccionar a medida, y así cumplir el sueño de tener el vestido perfecto sin gastar una fortuna”, añadió.
En cuanto a los precios, Liz comentó que no tienen una tabla fija, ya que cada caso es único y se ajusta a las necesidades y deseos del cliente.
“El precio de alquiler de un vestido de fiesta puede ser significativamente menor que el de confeccionar uno desde cero. Además, ofrecemos la ventaja de que, si algo le pasa al vestido durante el evento, sólo cobramos el costo de la tela para repararlo, no hay garantías adicionales”, aclaró.