Tres pueblos donde los colores cuentan historias
¿Cuál es mejor color en el mundo? Todos ven algo que por alguna razón gusta más, representa a alguien, forma parte de la historia, sentimientos o pasión. Ahora, más allá de un color en particular, hay destinos en el mundo que siempre sorprenden, por su cultura, sus paisajes, su gente, e impacta en los sentimientos generando sensaciones especiales, identificación o amor a sus expresiones, al alma de su gente, a su arquitectura y a su color.
Es así que una marca de pintura identificó tres destinos donde los colores primarios son los grandes protagonistas y son ideales para incentivar la creatividad, las tendencias y experimentar sus sensaciones.
Chefchaouen, Marruecos
El pueblo azul. Un lugar encantador donde sus viviendas están pintadas de azul, representa al cielo y constituyen un símbolo de libertad respirando frescura y todo su misticismo.
Su arquitectura es de diseño mediterráneo, se destacan las puertas centenarias, su decoración mágica despertando el placer y la fantasía.
Sin embargo, el encanto y atractivo de Chefchaouen va más allá de su cautivadora silueta, porque cuenta con un patrimonio cultural muy rico. El punto de partida en una visita turística a esta ciudad de 42.000 habitantes tiene que ser la Medina, donde el viajero puede convivir con los locales y disfrutar del animado bullicio que se percibe mientras se detectan aromas a especias o a productos culinarios de la zona recién preparados.
En Marruecos, Chefchaouen también está considerado un destino privilegiado para los que aman la naturaleza, porque abundan los senderos que invitan a caminar por las montañas circundantes. Todo un descubrimiento que pervivirá, por su belleza y encanto, en el corazón del viajero.
Una de las primeras cosas que hay que ver en Chaouen es la Kasbah, que se encuentra en el centro del casco antiguo y cuenta con unos jardines exuberantes que permiten descansar del ajetreo y del ir y venir de la intensa actividad comercial de las vías urbanas que la rodean. Tiene un museo que también merece la pena visitar, porque tiene una importante colección de armas antiguas, fotografías históricas de la ciudad y valiosos textiles.
La Gran Mezquita data del siglo XV y en ella sobresale una torre o alminar octogonal que es muy poco común en las mezquitas de Marruecos.
Izamal, México
El pueblo amarillo, lleno de energía. En él conviven tres períodos históricos: el espíritu sagrado de los mayas con sus pirámides mirando al cielo, su convento cuyo silencio deriva de la influencia religiosa española y sus calles, plazas y arquitectura armoniosa que representa el legado de la cultura.
Ciudad tranquila y pintoresca, sus calles son de adoquines, iluminadas por sus farolas clásicas, no te podés perder “La Luz de los Mayas” un evento interactivo que nos transporta a un pueblo vivo que conserva sus tradiciones.
Actualmente, toda pintada de amarillo y blanco por voluntad de autoridades y vecinos, mantiene una imagen de elegancia y encanto de épocas pasadas que la singularizan y definen con aire señorial en el contexto regional. En sus pulcras calles estampadas, calesas tiradas por caballos llevan al visitante por un recorrido de encanto por sus plazas y parques y sus históricos suburbios. De noche, la ciudad ofrece una experiencia singular, al contemplar una estrellada bóveda celeste recortada por los perfiles de sus pirámides, templos y casonas coloniales; sombras que parecen despertar de un sueño de centurias.
Izamal se localiza a 72 km al oriente de la ciudad de Mérida.
Al visitar Izamal se debe visitar sus talleres artesanales, el Convento con el segundo atrio cerrado más grande del mundo, adentrarse a leyendas e historias antiguas, caminar por sus calles y encontrarse con un pasado tan vivo como el presente. Izamal Pueblo Mágico de México, Izamal Ciudad de las Tres Culturas, Izamal Continuidad Maya en una Ciudad Histórica, tan nuestra, tan tuya, conócela y enamórate de ella.
Roussillon, Francia
Cualquiera se paraliza ante el impactante tono fueguino de Roussillon, de color rojo, asentado en la cima de una colina, ha sido nombrada como una de las más bellas aldeas de Francia.
Representa un viaje para agudizar los sentidos e impregnarse de nuevas sensaciones, se puede recorrer visitando deliciosos vinos locales en dos bodegas en la región disfrutando de una mezcla de tiempo libre y guiado en hermosos pueblos medievales llenos de historia.
Reconocida por sus magníficos acantilados rojos y canteras de ocre, que conforman un paisaje lleno de rojos, amarillos y marrones logrando una combinación perfecta con el verde de los bosques que cercan el pueblo.
Este pueblo, caracterizado por los cálidos tonos ocres de sus rocas, es uno de los más encantadores de la región de Luberon. Las casas del Roussillon y sus alrededores se funden gracias a los múltiples tonos rojizos y ocres de la tierra extraída de las canteras cercanas. El resultado es un pueblo de mil colores, que, bajo la fuerza de la luz del sol, se ilumina y destaca sobre el azul del cielo despejado, rodeado de verde naturaleza virgen.
Durante el paseo por el pueblo, se descubre la Place du Pasquier, la Place de l’Abbé Avon y la Place de la Forge. A la altura de la antigua puerta de la muralla medieval, está el campanario reconstruido en el siglo XIX. A la izquierda, se puede llegar al antiguo camino de ronda, el Castrum, desde el que hay unas vistas preciosas del pueblo y el campo circundante.
Cuenta la leyenda que esta tierra se volvió rojiza a causa de la sangre derramada por el suicidio de la bella Sirmonde, esposa de Raymonde de Aviñón. La doncella se arrojó desde lo alto de los acantilados por pena, después de que su marido matara a su amante, un joven y gallardo trovador provenzal. De hecho, este rincón del Luberon albergaba la mayor cantera de ocre de Europa. Una vez abandonada, fueron el tiempo, el clima y la erosión atmosférica los que crearon un paisaje mágico que parece modelado por la mano de un escultor. En el Sentiero delle Ocre todas las tonalidades de rojos, naranjas y amarillos han encontrado refugio en los suelos y rocas que componen el Valle de las Hadas y los Riscos de los Gigantes.
Con sus casas de colores, sus paisajes verdes y sus antiguas canteras, es un destino ineludible de la Provenza. En verano, el pueblo está tomado por asalto, pero por la noche se vacía casi por completo. Para vivir plenamente el encantador ambiente provenzal, se puede elegir un hotel con encanto o un B&B en este pueblo atemporal. También se puede visitarlo en una excursión de un día, utilizando Aviñón como base, que está a sólo 1 hora en auto.