Necroturismo: Lugares fascinantes más allá de la muerte

domingo 14 de abril de 2024 | 6:00hs.
Necroturismo: Lugares fascinantes más  allá de la muerte
Necroturismo: Lugares fascinantes más allá de la muerte

El turismo contemporáneo ha evolucionado más allá de las típicas vacaciones de sol y playa. Entre las múltiples modalidades emergentes, una que ha capturado la atención es el “dark tourism” o turismo oscuro. Esta forma de viajar se centra en destinos marcados por la muerte, la tragedia y el sufrimiento humano, como Chernóbil, Alcácer, Auschwitz, Hiroshima y otros lugares significativos.

El término “dark tourism” fue acuñado por Malcom Foley y John Lennon en 2000, y desde entonces, ha crecido en popularidad y debate. Este tipo de turismo no se limita a la curiosidad morbosa; abarca motivaciones complejas que van desde el aprendizaje experiencial hasta la conexión personal con la historia y la cultura.

Uno de los subtipos intrigantes de este turismo es el “necroturismo” o turismo de cementerios. Este segmento se sumerge en la riqueza arquitectónica, histórica y cultural de los cementerios, explorando desde las tumbas de figuras ilustres hasta la belleza paisajística y las leyendas asociadas con la muerte.

En Europa, esta forma de turismo ha cobrado impulso con la creación de la Ruta Europea de Cementerios, reconocida por el Consejo de Europa. Esta ruta no sólo une los cementerios más relevantes del continente, sino que también fomenta la conciencia sobre su valor como parte integral del patrimonio cultural.

Aunque este tipo de turismo ofrece nuevas perspectivas y oportunidades para comprender nuestro pasado, también plantea desafíos éticos, como la necesidad de respetar los lugares de memoria histórica y evitar la trivialización de la tragedia. La discusión en torno al turismo “dark” continúa, destacando la complejidad y la profundidad de las motivaciones humanas detrás de nuestras elecciones de viaje.

El turismo “dark” y el necroturismo representan una forma de explorar aspectos profundos de la historia y la cultura, pero requieren sensibilidad y respeto para no desdibujar la línea entre el turismo y el tributo adecuado a los eventos y personas que marcaron estos lugares.

Cementerio de Colón, La Habana

Cementerio de Colón, La Habana
En La Habana hay alrededor de 21 cementerios, pero el de Colón, situado en el barrio del Vedado se destaca.

En La Habana hay alrededor de 21 cementerios, pero el de Colón, situado en el barrio del Vedado, es el mayor de ellos donde se entierra a 8 de cada 10 habaneros que fallecen. Tras cruzar la impresionante puerta de entrada de estilo bizantino, el visitante penetra en una especie de pequeña ciudad de calles amplias pobladas por 56.000 mausoleos aproximadamente. A través de algunos de ellos, aunque también en las tumbas más humildes, se pueden conocer algunas de las historias que mejor definen a los habitantes de La Habana, como Alberto Yarini, Eugenio Casimiro o Amelia Goyri.

Cementerio judío de Praga
El barrio de Josejov de Praga esconde este pequeño cementerio de una hectárea de superficie en el que hay enterrados unos 100.000 judíos con un total de 12.000 lápidas. Una de sus particularidades que más destaca es la cantidad de lápidas acumuladas, ya que debido a la costumbre judía que no permite eliminar antiguas tumbas a lo largo del tiempo se ha ido enterrando a los nuevo difuntos sobre de los anteriores.

Greyfriars en Edimburgo
Muy a menudo y debido al clima escocés, las nubes grises acechan el cielo de Edimburgo. Cuando se da esta circunstancia, parece todavía más apetecible acercarse a conocer el cementerio de Greyfriars, en el que se organizan vistas guiadas y donde casi cada una de sus sepulturas esconde bajo tierra una leyenda. Uno de sus símbolos más conocidos es un pequeño y fiel perro, Bobby, que lloró la muerte de su dueño durante años. Sin embargo, también sobrevuelan el cementerio otras presencias menos amigables como la de Bloody Mackenzie (el sanguinario Mackenzie), conocido por su terrible fama de torturador cuya tumba es conocida como el Black Mausoleum (Mausoleo negro)

Azael Blanco, Tulcan (Ecuador)
Las tumbas blancas de este cementerio ecuatoriano contrastan con el profundo verde de los cipreses moldeados que las envuelven y las protegen del viento. El árbol funerario por excelencia, toma un nuevo protagonismo en este camposanto de la mano de Azael Franco. Desde 1936 han emergido de las tijeras de este hábil jardinero innumerables figuras de animales, dioses incas y mayas y figuras egipcias, griegas y romanas que han otorgado a los cipreses, siempre asociados al dolor de la muerte, un renovado papel de decoración.

Alegre, Sapantza (Rumanía)

Alegre, Sapantza, Rumanía
El cementerio de Sapantza es uno de los más peculiares del mundo.

El colorido arte del cementerio de Sapantza resulta sorprendente, y por ello se ha convertido en uno de los más peculiares del mundo. En las lápidas de los fallecidos, además del nombre y la fecha de defunción, figura también un epitafio y un dibujo que cuenta algún hecho característico de sus vidas, una idea que surgió de un artesano local tras la Segunda Guerra Mundial y que ya se ha convertido en una tradición.

Cementerio de Sengaku-Ji, Tokio
La leyenda de los 47 Ronin, uno de los mitos más famosos de la cultura japonesa, llena de una aura de misterio el cementerio tokiota de Sengaku-ji. La historia cuenta que, durante el periodo Edo, un daimyo (señor feudal) agredió a un miembro del gobierno y se vio obligado a cometer seppuku (un ritual de suicidio). Los vasallos decidieron vengar la muerte de su señor, y tras llevarla a cabo los 47 ronin (samuráis sin señor) también debieron enfrentarse al seppuku. Admirados por su lealtad y valentía, su historia se extendió por todo el país, convirtiéndose en un símbolo de la tradición japonesa.

Cementerio del Oeste de Tucumán
Ubicado en el predio del Parque Avellaneda, el Cementerio del Oeste es uno de los más antiguos de la provincia. En él descansan los restos de muchas de las personalidades que hicieron la historia política, económica y cultural de la provincia. Entre ellas, la escultora argentina Lola Mora y los exgobernadores Silvano Bores y Domingo Martínez Muñecas, cuyos monumentos fueron declarados de Interés Histórico y Artístico Nacional.

Cementerio de la Recoleta
El predio del Cementerio de la Recoleta es famoso en el mundo entero por su imponente arquitectura, la historia que alberga, y las personalidades que descansan allí. Está ubicado en el barrio de la Recoleta y la entrada principal es un pórtico formado por cuatro columnas de orden dórico griego, concluido durante una de sus grandes reformas ordenada en 1881 por el entonces intendente de la Municipalidad, Torcuato de Alvear. El predio era propiedad de los monjes recoletos hasta 1822, año en el que se los expulsó por la reforma eclesiástica. Ese mismo año se encargó el trazado de un cementerio público.

Cementerio El Salvador, Rosario
El Cementerio El Salvador abraza una importante cantidad de obras e intervenciones de carácter artístico y simbólico con gran influencia tradiciones arquitectónicas y urbanísticas de Europa. Inaugurado en julio de 1856, el se encuentra frente al Parque Independencia, en el corazón de la ciudad de Rosario.

San Cosme, Corrientes
Caminar las calles de San Cosme es adentrarse en el pasado. Su arquitectura del siglo XVII, su capilla histórica, y su cementerio traen al presente las costumbres de la historia. En noviembre de 2011 el Senado de Corrientes convirtió en ley la declaración de sitio histórico de interés arqueológico al Cementerio de San Cosme de las Ensenadas.

Cementerio La Piedad Posadas
En Posadas se ofrece un circuito que permite hacer un viaje por la vida y obra de las personalidades más destacadas de la historia de Posadas y de Misiones. Arte, deporte, política, arquitectura se recrean mediante audiovisuales y realidad aumentada permitiéndote vivir una experiencia única en primera persona. El recorrido guiado de la mano de dos guías te llevarán a conocer no sólo la historia si no también las leyendas del lugar.

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