El camino de las Misiones

domingo 24 de marzo de 2024 | 6:00hs.

El Camino de Santiago de Compostela es uno de los viajes espirituales y culturales más antiguos y venerados de Europa. Por la mística que encierra y la cantidad de gente que cada año lo recorre, este destino de peregrinación es comparado con Roma y Jerusalén. Pero ¿de qué se trata? Básicamente de visitar la tumba de uno de los doce apóstoles de Jesús, Santiago de Zebedeo, también conocido como Santiago el Mayor. Con el detalle particular de que la visita tradicional se hace caminando o en bicicleta.

¿Qué tendrá esto que ver con Misiones? Días atrás estuvo en Posadas el escritor español José Tono Martínez. Vino a dar una charla sobre las historias de la ruta jacobea, sus tradiciones, mitos, simbolismos y al mismo tiempo presentó su libro El anillo de Giges. La noche previa a la presentación, Tono Martínez compartió una cena con escritores e intelectuales posadeños. Ahí, ya en la despedida, tiró como al pasar una idea: “La próxima vez que venga quiero hacer el camino de las Misiones”. Martínez hizo todos los caminos a Santiago de Compostela, es un experto en el tema y además le encanta caminar. Y sí, tiene razón: las misiones jesuíticas deberían tener su camino. Como ejemplo, se podría pensar en dos destinos finales o metas de peregrinación: Asunción, la Capilla de los Mártires en el colegio de Cristo Rey, donde están los restos (el corazón) de San Roque González de Santa Cruz o el Santuario del Caaró, Caibaté, Brasil, a menos de 100 kilómetros de San Javier. Allí fueron asesinados los sacerdotes jesuitas Roque González de Santa Cruz, Alfonso Rodríguez y Juan del Castillo. Y, de hecho, es actualmente un lugar de peregrinación local. Los puntos de partida podrían ser varios. Uno, la zona del Guayrá, en el Alto Paraná, donde se fundaron las primeras reducciones (de ahí el gran éxodo que refleja la película La Misión, con Robert de Niro y Jeremy Irons), pasando por los 30 pueblos para llegar al final al Santuario del Caaró. Además de otras variantes, como hacer parte de la peregrinación por el río Paraná y desembarcar en Corpus, para iniciar el recorrido a pie.

Pero para dimensionar esto es necesario volver al Camino de Santiago. Su origen se remonta al siglo IX cuando, según la leyenda, los restos del apóstol Santiago fueron descubiertos en un campo en Galicia, en el noroeste de España. Se cree que Santiago predicó el cristianismo en la península ibérica antes de ser martirizado en Jerusalén en el año 44 d.C. Este descubrimiento atrajo peregrinos de toda Europa, ansiosos por venerar los restos del santo y obtener indulgencias espirituales. Eso fue al inicio, cuando los caminantes se arreglaban por su cuenta y dormían en iglesias o donde les agarraba la noche. Con el paso del tiempo todo eso se profesionalizó, por decirlo de alguna manera. Hoy hay albergues privados y públicos en cada uno de los pueblos que atraviesan los caminos. Porque son varios: el camino del Norte, el camino Primitivo, el Francés, el de Portugal, por nombrar algunos de ellos, todos con distancia y recorridos distintos.

El detalle que tiene este tipo de alojamiento es que son a costos muy accesibles para los turistas/peregrinantes (aunque hoy día hay para todos los gustos), lo que define también un tipo de viaje, el turismo gasolero, al margen de la cuestión puramente religiosa. En España cada caminante gasta en promedio mil euros, es decir más de 1 millón de pesos en ese peregrinar que también es una forma de hacer turismo.

La idea de la creación del Camino de las Misiones ya tuvo algunos intentos años atrás. En octubre de 2017 se hizo una caminata simbólica para promover lo que justamente se denominó el Camino Internacional de las Misiones impulsado por un grupo de Santo Ángelo, Brasil. Partió de Corpus, pasó por las reducciones de Misiones y cruzó a Brasil en San Javier. También está como antecedente el recientemente creado Camino de Belgrano que de hecho transitó con su ejército el camino jesuítico originario que unía Candelaria con Concepción de la Sierra y San José. Partes de esos caminos antiguos se conservan aún hoy en algunos campos de Profundidad y Fachinal. La idea del Camino de las Misiones, más allá de que puede convertirse en una peregrinación religiosa, en un símbolo de unidad y encuentro entre personas de diferentes culturas y creencias, también puede ser otra forma de atraer el turismo no convencional, y con ello ingresos, más allá de los atractivos turísticos ya conocidos.

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