"San José, Patrono de la ciudad de Posadas: Recuerdos"
San José es el santo patrono de la capital misionera. En este día del 19 de marzo la grey católica celebra su día.
La Catedral, que se levanta a orillas de la plaza 9 de Julio, lleva su nombre. Nombre impuesto desde el siglo XIX con fuertes raíces en los albores jesuítico.
Mucho antes de que la iglesia se erigiera, se emplazaba con el nombré José la guarnición paraguaya emplazada por Rodríguez de Francia, en el área que hoy ocupa nuestra populosa y hermosa ciudad de Posadas.
Asimismo, durante la guerra de la Triple Alianza se erigió un muro de piedra entre la rinconada del puerto y la Guardia, bautizada con el nombre de Trinchera de San José.
Según la tradición, al acampar allí el Batallón 24, su capellán improvisó una pequeña capilla y como buen devoto de San José la puso bajo esa advocación.
Los habitantes cambiaron el nombre del pueblo llamándolo en adelante Trinchera de San José. Algunos historiadores destacan que, en 1868, tropas brasileñas de la alianza ocuparon el sudoeste de Trinchera.
El 19 de marzo del año siguiente, el capellán de la unidad entronizó la imagen del patrono en una capillita que reunió tanto a “vivanderos” como a familias de la zona. Y así fue como el 19 de marzo quedó vinculado a los orígenes de la capital posadeña.
Entre otras referencias se dice que la devoción al Santo data de antes de la época del dictador paraguayo Gaspar Rodríguez de Francia, porque en la laguna cercana, y en el puesto de postas, habían elegido el nombre de San José.
A fines del siglo XIX cuando el batallón brasileño se retiró de Trinchera quedó la naciente población sin autoridad eclesiástica hasta que, en el año 1874, se decidió levantar un templo que el Concejo Municipal subordinó a la advocación de San José, fue la primera capilla
“Se trató -infiere la historiadora misionera Graciela Cambas- de una capilla levantada en un terreno donado por la comuna (donde está ahora la Catedral). Era un galpón con frente de material donde se le rindió veneración a una imagen”.
A principios de este siglo monseñor De la Lastra dispuso que se entronizase la imagen en la capilla del pueblo de San José. Se presume que se trataba de una escultura antigua pues, el historiador Casiano Carvallo, dio cuenta que debió reconstruirla Félix Martínez, reconocido alarife del pueblo. La parroquia de Posadas al principio debía atender todo el territorio y así fue que quedó bajo la tutela de San José.
Hubo otras capillas también dedicadas al santo; una muy antigua por Sarmiento y Buenos Aires, según dato ofrecido por descendientes de Francisco Goycochea, vecino pionero de Trinchera. Y otra en el barrio Molas; allí los vecinos aseguran que la imagen de San José fue trasladada a la Catedral.
De niños, para nosotros, la Iglesia Catedral y la plaza 9 de Julio fueron lugares de expansión espiritual y deleites. De expansión espiritual porque a la Iglesia concurríamos a clase de aprendizaje del catecismo en preparatoria para tomar la primera comunión. A la salida, los domingos por la tarde concurríamos con dos pesos, uno para la entrada del Salón Estrada, el cine pegado a la Iglesia donde ahora hay una librería, y contemplar entusiasmados las películas de Carlitos Chaplin y Laurel y Hardy. El otro peso, para degustar un submarino en la confitería La Palma, acompañado de un par de masas hechas por las habilidosas manos de Manolo Domenech y señora, sus propietarios.
En días hábiles el deleite para nosotros era salir a la plaza después del catecismo a correr entretenidos con aquellos juegos infantiles del “cachado”, la mancha, la escondida, o a la bolita y el trompo. Las niñas por supuesto a la rayuela o al pisa pisuela.
Por la tarde noche la plaza nos estaba vedada. Era la hora en que los mozos y las chicas yendo en recorridos contrarios, se mandaban miradas y suspiros en la vuelta del perro. Y en la sublime lírica de la expresión nocturna, la banda de los Catalano culminaba su actuación con La Marcha Nupcial de Aída, como despedida a los enamorados.
