Qué es la Agenda 2030 de la ONU y las críticas de Milei

miércoles 24 de enero de 2024 | 6:00hs.

La Agenda 2030 ONU es un plan de acción global adoptado por 193 países miembros de las Naciones Unidas en septiembre de 2015, hace ocho años. Su objetivo principal es abordar los desafíos mundiales más acuciantes y construir un futuro sostenible para todos los próximos humanos. Esta Agenda 2030 integra 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (llamados ODS) y 169 metas específicas, encarando una amplia gama de cuestiones socioeconómicas, desde la erradicación de la pobreza hasta acciones climáticas.

Es un documento que revela la creciente preocupación de las Naciones Unidas por la creciente depredación de la naturaleza que los humanos estamos generando con varias actividades contaminantes o generadoras de injusticias sociales, con escaso control de los estados nacionales.

Obviamente, Milei, que en nombre del liberalismo reniega de las acciones estatales, cuestiona todos estos lineamientos de las Naciones Unidas ‒que sería un estado de los estados del mundo‒ y que yo entiendo que merecen ser analizados brevemente para que cada lector saque sus propias conclusiones.

Los citados ODS incluyen metas relacionadas con: 1º) la erradicación de la pobreza, 2º) el hambre, 3º) la salud, 4º) la educación, 5º) la igualdad de género, 6º) el agua limpia, 7º) la energía asequible, 8º) el trabajo decente, 9º) la justicia social, 10º) la paz y 11º) la acción climática, entre otros. Cada objetivo tiene un conjunto de metas específicas que los países (incluida la Argentina) se han comprometido a alcanzar para el año 2030.

También la ONU ha destacado la importancia de la participación de otros múltiples actores interesados; incluyendo gobiernos, sector privado, sociedad civil y ciudadanos, en la implementación de estos objetivos.

Personalmente, creo que ‒sociológicamente‒ muchos de nosotros tendemos a pensar sobre nuestro futuro sin incluir a nuestros próximos descendientes (hijos, sobrinos, nietos, bisnietos, etcétera), los que deberán convivir con las condiciones naturales y sociales que les dejaremos todos los que hoy estamos vivos y actuamos en el comercio, las empresas, la comunicación, la investigación, el arte, el sindicalismo o la política.

También creo que muchos de nosotros, en la actualidad, estamos siendo partícipes del uso y consumo de modernos sistemas de comunicación y novedosos artefactos tecnológicos, muchas veces sin el debido control de su uso por menores de edad, encandilados por las novedades, y empeñados en una suerte de carrera por adquirir cada vez más y mejores artefactos.

Con motivo del pasado encuentro de Davos ‒al que asistió nuestro presidente‒ el link ámbito.com ha publicado el informe que los cinco individuos más ricos del mundo: Elon Musk, de Tesla y SpaceX; Bernard Arnault, del gigante francés de artículos de lujo LVMH; Jeff Bezos, de Amazon; Larry Ellison, de Oracle; y Warren Buffett, de Berkshire Hathaway, han aumentado desde 2020 (apenas en tres años) su riqueza en U$S 3,3 billones ‒o un 34%‒ y sus fortunas se han expandido tres veces más rápido que la tasa mundial de inflación, según Oxfam.

Oxfam es un movimiento global independiente formado por personas que trabajan juntas para combatir la desigualdad económica; trabaja con miles de organizaciones socias y aliadas en cerca de 70 países prestando apoyo a comunidades para que puedan mejorar sus vidas.

Primera conclusión de Oxfam: Impuesto a la riqueza: un reiterado pedido que formuló en Davos, ya que Oxfam acusa al poder corporativo de hacer crecer la desigualdad humana.

Segunda conclusión (mía): la Agenda 2030 ONU es un formidable programa de reorientación de las actividades dañinas del medio ambiente y deterioro de la igualdad social mundiales, que todos los seres humanos debemos apoyar y estimular a nuestros dirigentes políticos, empresarios e institucionales que presten atención a sus metas específicas por el bienestar de las próximas generaciones humanas.

Davos es una palabra que mucha gente desconoce qué es (una sigla, una ciudad, un apellido) ni qué intereses asisten a sus reuniones anuales como la que se hizo la semana pasada. Su nombre es Foro Económico Mundial (FEM).

El doctor Gabriel Merino, investigador del Conicet, afirma en un video que “a los foros de Davos, iniciados por los años 70, asisten grandes capitales internacionales, grandes empresas del Norte (especialmente de los EE.UU. y Japón) y politólogos de derecha, a fin de difundir y promover políticas económicas neoliberales. 

Según Mario Riorda, cordobés ‒uno de los analistas en comunicación política más prestigiosos del mundo‒: “en la visión de Milei el mundo tiene un ‘marco teórico equivocado’. Desde la época de 1800, todo el mundo occidental se equivocó menos él y sus ‘teóricos’ libertarios. Se equivocaron todas las ideologías políticas, todos los medios, todas las universidades, toda la multilateralidad internacional”.

También fue muy enfático en defender al gran empresariado: “Empresario como benefactor social”. Literalmente: “el gran empresario como héroe”, mantuvo una postura explícita en defensa de los monopolios y definió al estado como un actor coaccionador por su rol distributivo.

Riorda afirma que “Milei planteó un delirio típico de darwinistas económicos de la escuela austríaca, una secta de sociópatas. Un discurso de pichón de dictador oscurantista que pretende volver a un estadio previo a la existencia del Estado, lejos de todo contrato social. Es peligroso en serio”.

“¡Bizarro! ¡Con él no se salva nadie!”, le dijo a La Nación con flema inglesa un empresario británico antes de eclipsarse. “Es un delirio absoluto”, acotó su vecino de fila, un periodista alemán que no conseguía creer lo que acaba de escuchar de boca de Milei. Otros dos puntos causaron asombro: la afirmación de que el sojuzgamiento de la mujer es un invento de los enemigos de la libertad, así como el peligro que representa la defensa del medioambiente.

Mi conclusión es que el 55% de los votantes argentinos han optado por un presidente insólito, verborrágico… y peligroso.

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