Ñande Reko Rapyta (Nuestras raíces)

Chamamé Valdez

sábado 06 de enero de 2024 | 6:00hs.

El chamamé como ritmo musical de esta parte del país superó ampliamente la frontera correntina para erigirse como genuino representante del Litoral, a punto tal de haber sido designado como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco en el año 2020.

El camino fue largo, más que centenario, durante décadas fue considerado “orillero” y de “menchos y tapes” -utilizando despectiva y peyorativamente estos dos sustantivos sinónimos del hombre de campo de la Mesopotamia argentina-. A pesar de esas consideraciones cargadas de discriminación e ignorancia existieron personas que lo cultivaron, lo enriquecieron y lo hicieron una filosofía de vida; un ejemplo de esto fue Jorge “Chamamé” Valdez.

Nació en La Cruz, Corrientes,  a principios de la década de 1930, fue bautizado con el nombre de Jorge Argentino Monaje Goya, desde niño mostró una vocación ligada a la música regional, a los festivales, a la animación artística; superada la etapa escolar comenzó a trabajar en la Empresa de Correos y Telecomunicaciones, su gusto por la actuación lo llevó a participar en varios radioteatros, en la época de oro de ese medio; supo incorporarse a otra actividad cultural popular de entonces: el circo, aunque por poco tiempo.

Llegó a Misiones en el año 1949, siendo jovencito y “por un tiempo”, se quedó para siempre; retomó la actividad de los radioteatros, no sólo mediante el medio de comunicación sino también como parte de las Compañías que recorrían ciudades y pueblos, llevando el teatro a los lugares más recónditos.

Apenas iniciada la década de 1960 ingresó a la vieja LT4 cuando todavía la llamaban Radio Splendid y costaba instalar el nombre de Radiodifusora Misiones, el micrófono, los operadores y el público hicieron el resto; años después pasó al staff de LT17 Radio Provincia de Misiones y su impronta dejó de serle propia para transformarse en sinónimo de la Tierra Colorada, de las madrugadas misioneras y del norte correntino; su voz fue la compañía de miles de personas en sus hogares, en la mateada madrugadora, en el camino, a través de programas como ‘Chamameseando’ o la inolvidable ‘Ruta 17’ .

Cuando LT85 Canal 12 se sumó a la vida cotidiana de la región, Jorge condujo ‘Litoral de mi país’ y a la voz inconfundible y tan conocida le sumó su estampa tan particular; siempre fiel a la cultura de esta parte del mundo, inquieto y versátil formó el conjunto regional ‘Estampas Correntinas’ con la voz privilegiada de Adelita Vidal.

Fue autor y coautor de numerosas obras musicales con Gregorio Molina, Lucas B. Areco, Ramón Méndez, Luis Ángel Monzón, Cacho Grismado, Lalo Doretto, Luis Tufani, Lacho Sena y la mencionada Adelita, aunque es posible que algún nombre se escape a la memoria.

Jorge animó la mayoría de los festivales y fiestas populares de Misiones y del norte y centro correntino, casi los vio nacer, acompañó a esos pequeños grupos de idealistas que pujaban por homenajear la música y sus cultores locales, a través de un escenario que diera a conocer el arte y la tierra que lo abrigaba; el Festival del Docente, el Festival de la Música del Litoral, el Festival del Auténtico Chamamé Tradicional en la ciudad de Mburucuyá son solo ejemplos de tantos otros, en los que volcaba sus dotes de animador exquisito y gran conocedor de las costumbres locales y la trayectoria de los artistas.

En alguna oportunidad fue funcionario del área de prensa, pero su espíritu fue más fuerte y prefirió el micrófono a una confortable oficina.

Fue profeta en su tierra elegida, fue reconocido y homenajeado por la Sociedad Argentina de Autores y Compositores (Sadaic), por la Comisión del Festival Homenaje a Andrés Guacurarí de la ciudad de Garupá, por los miembros del Festival de Mburucuyá, fue “récord Guinness” por las maratones de permanencia transmitiendo en vivo un programa radial, fue declarado Ciudadano Ilustre de la ciudad de Posadas, fue amigo de sus amigos, leal e incondicional a sus principios y por sobre todas las cosas fue él.

A finales del 2014 se tomó un descanso, más obligado por su salud que por su voluntad, el 17 de febrero de 2015 falleció, dicen que se fue con la tarde, con el alma silbando un chamamé; los músicos regionales lo acompañaron en sus últimos instantes con el ritmo que corría por sus venas.

Los habitantes de la noche, los trabajadores noctámbulos, los madrugadores perdieron un amigo entrañable, la voz que durante años fue compañía segura… en ese punto del dial; con él se fue una época y las madrugadas cambiaron definitivamente.

El año pasado, como parte de la celebración del Día de la Música, los vecinos de la ciudad de Mburucuyá inauguraron un busto de Jorge, justo y merecido homenaje a quien fuera el presentador oficial del festival que dio trascendencia nacional a ese pueblo; el proyecto presentado dos años antes fue impulsado por Carlos Monaje -hijo de Valdez-, Rubén Uset, Hugo Báez y Sonia Ramírez; se encuentra en el denominado Patio Chamamecero, junto con un escenario y una placa conmemorativa que invitan “a despuntar el vicio” del canto y el baile, a pocas cuadras del Anfiteatro Eustaquio Miño, sede permanente del Festival Nacional del Chamamé Tradicional como se denomina actualmente.

Jorge Valdez dejó su semilla en Posadas, su hijo Carlos y sus nietos, dejó su marca indeleble en la radiofonía litoraleña y así se quedó para siempre en algún sapucai, en la oscuridad de alguna madrugada o en el rayo tímido de un amanecer misionero.

¡Hasta la semana que viene!

¿Que opinión tenés sobre esta nota?