Ñande Reko Rapyta (Nuestras raíces)

Titino y la provincialización

viernes 15 de diciembre de 2023 | 6:05hs.

En el último tramo del Territorio Nacional de Misiones, y por aplicación de la reforma constitucional de 1949, tuvimos dos Delegados en el Congreso de la Nación con voz pero sin voto: Elena Aída Fernícola y Octavio Agustín “Titino” Ríos; la primera era miembro de una familia tradicional, sufrió los embates de ser “peroncha”, de la proscripción política y la persecución ideológica, pero, posiblemente, por ser misionera sobrevivió en la historia contada de la provincialización, el segundo… pareció diluirse.

Titino era curuzucuateño, tenía unos treinta años cuando llegó a Misiones con el título de Profesor de Matemática bajo el brazo para desempeñarse en la Escuela Normal Mixta, el Colegio Nacional y la Escuela Industrial -donde también fue Secretario-; casado con Ana Rita Pernigotti, fue padre de Octavio Paulino y Ana Lía, adhirió al Partido Laborista apenas surgió en la escena política argentina en 1945, fue Interventor de la CGT local y Senador en 1955 junto con Ramona Idasa Pereira de Keiler -otra olvidada-, los primeros en ocupar ese lugar por Misiones.

Su denodada labor militante y su protagonismo en la provincialización no son reconocidos aún… pero, a veces, aspectos de los acontecimientos pujan por fluir desde el ostracismo; algo así pasó con Titino cuando el Archivo de este diario “reveló” una entrevista que se le hiciera en el año 2005; con ochenta y seis años, la memoria intacta y las convicciones incólumes, vivía en un pequeño departamento en el barrio de Flores, en Buenos Aires. Rememoró la llegada a la Tierra Colorada, el principio de su trabajo gremialista en la “Indu” -actualmente Epet N° 1-, afirmó “en ese entonces en Misiones existían gremios que tenían verdadera y auténtica gravitación social y económica, como el sindicato de los marítimos, que contaba con más de 5.000 afiliados, y el de los obreros de la madera que agrupaba a más de 3.000 sindicados. Pero como la mayoría de los dirigentes gremiales de la época provenían de un anarco-sindicalismo, había una fuerte oposición para marchar hacia el nuevo sistema que el general Juan Perón imponía a la organización del movimiento obrero argentino”.

En febrero de 1949 vivía en una modesta casa ubicada en San Luis y Bolívar, en Posadas, el interventor de la Confederación General del Trabajo Regional Jorge Di Ruso se apersonó y le ofreció su cargo en pos de lograr la unificación de los gremios en funcionamiento, tarea en la que varias gestiones habían fracasado, Titino aceptó el ofrecimiento y juntos viajaron a la Capital Federal para legitimar ante José Espejo, el Secretario General de la CGT Nacional; fue Espejo quien le presentó al Presidente de la República en la Casa Rosada y fue Ríos quien sostuvo que “la revolución” no había llegado a Misiones, la respuesta fue contundente: para conseguir esa transformación “había dos obstáculos por vencer: primero, destrozar un antiguo anacronismo político conservador que pretendía seguir manteniendo los territorios nacionales tal como si fueran pequeños feudos, y segundo, los intereses económicos que se movían en torno de las producciones locales explotados por los viejos políticos corruptos”.

Después conoció, en la sede la Fundación, a Eva Duarte, quien se puso a disposición con los medios a su alcance; volvió a Misiones con el respaldo necesario para la tarea asumida, convocó a un Plenario y por votación fueron elegidos cuatro representantes para secundar la gestión de Octavio, ellos fueron Faustino Esquivel, Claudio Horrisberger, Dolores Márquez y Eugenio Franco -otros “olvidados” de la historia regional y sindical-; según la entrevista, tanto el gobernador del Territorio Almeida como Ángel Borlenghi, Ministro del Interior, complicaron esos primeros pasos de la organización; en noviembre de 1949 se designó a Eduardo Reguero como gobernador y la cosa pareció encaminarse, pero… la pasión desmedida de este funcionario favoreció una sucesión de excesos que la mayoría de la población no toleró.

Cuando a Titino se le solicitó opinión sobre un posible reemplazante para Reguero, sin dudar nombró a Claudio Arrechea, hombre probo y de gran aceptación popular; poco tiempo después Arrechea fue designado y la tarea militante se encaminó hacia la meta que por medio siglo se perseguía: la provincialización.

Recordó que “en el mes de marzo del 53 le hice conocer detalladamente al gobernador Arrechea la firme determinación del general Perón de transformar a Misiones en una provincia y empezamos a delinear una estrategia para lograr la transferencia total de todos los muebles y propiedades del Estado nacional a la nueva provincia”; para entonces él se desempeñaba como Delegado ante el Congreso de la Nación -el diploma enmarcado que acreditaba esta función, presidía el living de su departamento-, agregó también que “junto al gobernador Arrechea mantuvimos una reunión con Perón en la que nos manifestó que en homenaje al pueblo de Misiones, voy a firmar acá, el proyecto de ley que le dará nuevo destino a esa provincia y a su pueblo”, proyecto que se aprobó finalmente en diciembre de ese año.

Ríos hizo un encendido discurso en aquella sesión, en la entrevista se resaltó de la alocución: “Si el ilustre San Martín pudiera hablar para pedir algo al Congreso de la Nación Argentina, ese algo sería, precisamente, la provincialización de Misiones (…). La Constitución proclama que todos los argentinos somos iguales. En las escuelas nos enseñan que los mismos derechos nos asisten a los nacidos en La Quiaca, Buenos Aires o Tierra del Fuego. Pero la verdad es otra. Los que vivimos en los territorios nacionales somos una especie de paria dentro de nuestra propia patria porque se nos niega la participación que nos corresponde en la elección de nuestros propios gobernantes (…) La población total del territorio de Misiones es de 310.000 habitantes, de los cuales hay 49.407 extranjeros y 260.500 de población nativa. Existen actualmente 44 plantas industriales de terciado y cerca de 1400 establecimientos de molinos de yerba mate, fábricas de aceite de tung, almidón de mandioca, dulces, productos cítricos, tabaco y té”.

En las primeras elecciones democráticas llevadas a cabo en Misiones, en marzo de 1955, para elegir a las primeras autoridades constitucionales, Titino se consagró Senador Nacional, integró la Comisión de Agricultura y Ganadería y de Industria, en septiembre de aquel año se concretó un golpe de Estado que cambió el rumbo institucional del país…otra vez.

El último cargo público que Octavio Ríos ocupó fue el de Interventor del Partido Justicialista de la provincia de La Rioja, en 1974. Posiblemente ya no esté entre nosotros pero sus desvelos no fueron en vano.

¡Hasta el próximo viernes!

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