Se verá hoy, el 2 y 9 de diciembre, a las 21.30 en el Galpón de la Murga de la Estación

‘El Herrero y la Muerte’, una apuesta renovada por los vecinos murgueros

La obra estrenada por el grupo en el 2001 vuelve a escena con una vuelta de tuerca. Adaptada a estos tiempos, con una gran puesta en escena, numeroso elenco y funciones a la gorra
sábado 11 de noviembre de 2023 | 6:00hs.
‘El Herrero y la Muerte’, una apuesta renovada por los vecinos murgueros
‘El Herrero y la Muerte’, una apuesta renovada por los vecinos murgueros

Un relato popular llevado a escena de manera colectiva y gestado en comunidad. Adaptada a los tiempos que corren -tras más de 20 años de su estreno original- y teñida de vocabulario e idiosincrasia regional, El Herrero y la Muerte regresa a los escenarios para relatar una historia cargada con el imaginario histórico, sociopolítico, afectivo y vecinal de nuestro día a día.

La propuesta, apta para todo público, llega una vez más de la mano del grupo de teatro comunitario Murga de la Estación, con funciones hoy y el 2 y 9 de diciembre, siempre a las 21.30, en el galpón de la Murga (Pedro Méndez 2260). Las funciones se llevan a cabo con salida a la gorra y las entradas se pueden conseguir a través de Alternativa Teatral.

El relato hace hincapié en la historia de Miseria, un hombre de pueblo y considerado buen vecino que, sin querer queriendo, termina envuelto en algunas peripecias divinas que desencadenan algunas consecuencias y problemas a nivel social. Es que a la casa del herrero llegan San Pedro y Nuestro Señor para pedirle un poco de agua y el hospitalario vecino los atiende con amabilidad.  Por el favor recibido le es otorgada la posibilidad de cumplir tres deseos y es allí cuando comienzan los problemas: sus pequeños e individuales pedidos desatan una oleada de problemas.

La presentación se destaca por un gran elenco comunitario compuesto por unos 70 vecinos. Fotos: Víctor Hugo Paniagua

“La obra transcurre a partir de todas las consecuencias que traen sus deseos. Sus anhelos lo exponen a situaciones de suerte y también de conflictos, generando un caos en el mundo. Llegado el momento, deberá encontrar una solución para que la vida continúe”, resumió Sara Motta,  directora artística de la Murga, en diálogo con El Territorio, sobre la puesta en escena.

Ahora bien, como se trata de una obra estrenada en 2001 por el grupo -en los primeros pasos del colectivo teatrero que rumbea los 25 años de trayectoria- el guión y algunas canciones sufrieron adaptaciones.

“La situación político y social es diferente a la de hace 20 años, por eso cambiamos algunas cosas”, explicó Motta asegurando que “le dimos una vuelta de tuerca a algunas canciones que nos parecían muy machistas, por ejemplo, considerando los tiempos que corren y teniendo en cuenta el vocabulario regional, haciendo fuerza al contexto social de hoy”.

También señaló que “para nuestro sistema de trabajo, desde lo comunitario, había algunas cosas por cambiar en el guión porque hoy no están bien vistas. Capaz que en otra época eran chistes que causaban gracia pero ahora no nos reímos de eso. No sé si seguirán funcionando o no, pero nosotros decidimos adaptarlo porque son cosas de las que no nos queremos reír. Aprendimos a no reírnos de algunas cuestiones y está bueno sostener eso y reforzarlo también desde el arte”.

Una apuesta comunitaria

Para montar la puesta, además de las adaptaciones en el libro, el grupo viene trabajando hace ya varios meses en la producción, escenografía, vestuario, iluminación, sonido y todas las demás aristas que contribuyen a la buena presentación sobre el escenario. Y, aunque lograron reciclar el telón original y la casa del herrero preparado para las primeras funciones de la obra -tarea que también se llevó a cabo con ahínco y cuidado- los recursos, materiales y todo el trabajo detrás de escena precisaron de compromiso, responsabilidad y colaboración de todos los vecinos. “Trabajamos a pulmón y un montón. La mano de obra, los materiales y todo lo necesario para montar la obra se lleva a cabo de manera comunitaria y con mucho amor”, resaltó Motta.

El trabajo de producción y puesta en escena también es gestado en equipo.

Y por fortuna, además de responsabilidad y trabajo en equipo, la Murga de la Estación cuenta con muchas manos, ya que desde la pandemia a la actualidad “no habíamos sido tantos como hasta ahora, el grupo creció”, aseguró la directora artística celebrando también la convocatoria y el esfuerzo de los vecinos por sostener el arte comunitario.

Con la numerosa cifra de unos 70 artistas en escena, la obra -como todas las de la Murga- se caracteriza por contar con algunos papeles protagonistas que van contando la historia y otras presentaciones grupales, en las que un montón de vecinos copan el escenario.

Asimismo, el grupo trabaja con las dobles versiones, una propuesta que permite que los personajes vayan rotando. “Así más de uno puede interpretar el o los papeles más relevantes de la obra. Ello bajo la premisa de que nadie es indispensable y todos somos igual de importantes”, enfatizó.

Así, con espíritu comunitario y trabajo en equipo, la Murga sigue gestando, sosteniendo y defendiendo el arte construido por y para los vecinos, con presentaciones originales y de gran calidad artística.

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