Exudando carisma, Juan Ingaramo pasó por Posadas en una noche que se esperaba más calurosa para principios de noviembre, tal como reflexionó el cantautor.

Su presentación se llevó a cabo en el auditorio del Instituto Montoya, en un clima de verdadero intimismo, haciendo sentir al público como si realmente estuvieran uno a uno compartiendo un ensayo en su casa, el artista dio mucho más que un repertorio con anécdotas personales.

Genuino, humilde, contagiando entusiasmo, bromeó todo el tiempo como buen cordobés.

“Me da pudor parece que uno viene a mostrar el cuerpo” alegó -al sacarse la camisa de cuero- ante el reclamo de que esperaba más calor en el norte del país y plenamente consciente de que su sex appeal también garpa.

Canciones simples y hits en versión acústica, pifiadas que generaron risas y más empatía y hasta desafíos que surfeó googleando acordes (como el pedido cumplido del público de Cuando acaba el placer de Alexander Pires) hicieron un show distendido de pleno disfrute.

Haciendo referencias siempre a Posadas, las canciones se fueron sucediendo con total naturalidad y llenas de historias.

Contó que su cercanía con el Nea, por ejemplo, lo marcó en sus inicios luego de que un festival de rock de Corrientes lo terminó acercando a Adrián Dargelos y todo el mundo consagrado del rock nacional.

También habló de sus orígenes rockeros de adolescente y el descubrimiento del pop de Miranda que cambiarían su rumbo. Todo dio cuenta de un Juan cercano (que busca bases en YouTube para crear) y alentó, de alguna manera, a que todo el mundo puede llegar, si tiene esa chispa.

Constantes pedidos de acompañamiento que el público respondió, canciones que nunca hizo solo o el último hit ‘Ya borré tu número del celular’ se estrenaron por primera vez en vivo con sede en la capital misionera.

“Ya estuvieron en casa, la próxima salimos toda la banda”, invitó sinceramente y tras bajarle 10 cambios a un par de cuartetos y cumbia clásicos. Un exponente pop que potencia esa impronta de “El potro cool” con una energía única y que necesita ese feedback y la mano del público para poder irse a dormir satisfecho.