Identifican una ancestral colección de líticos que alberga la cultura regional

El museo Cacique Bonifacio Maydana se enriquece y trae a la luz datos sorprendentes hasta entonces desconocidos sobre la cultura ancestral de comunidades originarias que habitaron la zona de San Pedro. Esto ocurre mediante un significante trabajo de clasificación, identificación e inventario de una colección arqueológica de líticos.

Precisamente, se trata de un grupo de herramientas elaboradas sobre piedra para un abanico de utilidades, como la caza, la defensa, alimentación y cultivo. El proyecto para poner en valor dicha colección atraviesa la etapa final y representa un logro que viene a complementar las demás colecciones del museo.

En este sentido, la colección que está presente en el museo, gracias al rescate de quien en vida fuera Hilda Gadea, se cree que está descubierta desde el 2006, sólo que no contaba con datos sobre su lugar de extracción, es decir sitio arqueológico.

Por sus características, en especial la materia prima de la que están compuestas las piezas, se puede estimar que fueron encontradas en algunas zonas dentro del departamento de San Pedro, por lo que el principal aporte del proyecto tiene que ver con la valiosa información obtenida para identificarlas y clasificarlas.

Según la información recabada, la ejecución de la rica propuesta comenzó en tiempos de pandemia. Uno de los primeros trabajos fue el de encontrar a un profesional que pudiera realizar las fichas individuales y el inventario de la colección. Para esa exuberante tarea, recurrieron a los conocimientos de la arqueóloga Lorena Salvatelli, directora del Museo Andrés Guacurarí, que con enorme compromiso, dedicación, responsabilidad y cariño con cada pieza logró concluir la etapa de clasificación.

Del trabajo realizado surge una muestra que complementa a las demás presentes en el museo y que hace referencia a la cultura de la zona tiempo atrás. “Un fructífero trabajo que permite exhibir, mostrar, contar en qué consiste cada una y como eran las comunidades que habitaban esta zona. Para el museo el avanzar en la gestión de un inventario de una colección más, es un gran logro así como poder articular con el museo Andrés Guacurarí”, indicó Mariana Palma, coordinadora de la iniciativa.

El componente cultural, dentro del varieté de elementos encontrados en San Pedro está expresado en el mural que está dentro del museo. Era algo en lo que restaba trabajo en detalle y pudieron lograrlo con este proyecto. “Veníamos sí con las colecciones biológicas, las fotos pero nos faltaba la parte cultural. Si bien no lo podemos relacionar directamente a alguna de las comunidades presentes en la zona, nos da la impronta para ver cómo se trabajaba la materia prima, que valor se daba, el trabajo con distintos tipos de basalto, la arenisca, ñaú y arcilla muy presentes en la zona”, resaltó Palma.

La colección cuenta con 88 elementos identificados donde se pueden observar objetos como puntas de flecha utilizadas para la cacería, herramienta de usos múltiples, bola de boleadora en la que se observa el surco, raspadores, afiladores, lascas, clavas, morteros y una de las piezas más llamativas es una cabeza hacha. Del total, algunas presentan perfecto estado de conservación, otras están fragmentadas y a algunas les faltan partes. El material del que están compuestas es basalto negro, arenisca y basalto rojo.

De esta manera, una vez concluida la etapa de clasificación e identificación, avanzan con el proyecto presentado por alumnos que cursan la cátedra Sociología, para generar material de difusión al presentar la muestra y ponerla en valor. Esto se realiza con la colaboración de los estudiantes Alan Cristóbal y Felipe Donadio de la Tecnicatura Universitaria en Guardaparque del Instituto Superior San Pedro y la incorporación de Elina Núñez como funcionaria en el museo.

Para el año próximo buscan programar visitas al museo con escuelas.

Próximamente una de las tareas es la digitalización del inventario y la colección con el armado de fichas de extensión para ser publicada en las redes sociales. Para los estudiantes, la posibilidad de conocer sobre la cultura de un pueblo, enriquece la formación según lo afirmó Felipe Donadio. “Es una hermosa oportunidad el tener contacto con estas piezas y utensilios de pueblos originarios, fue un privilegio. Dentro del trabajo del guardaparque está la idea de ser un nexo entre la parte natural de una región y la cultural”, expresó el alumno.

Asimismo, el estudiante agregó que muchas veces los parques o reservas están cercanos o tienen dentro de sí sitios arqueológicos o pueblos originarios con los que hay que saber entender conocer y comunicarse. En este contexto, sostuvo que está información cultural resulta muy importante en su trayecto de formación.

Por su parte, Alan hizo referencia a lo que más le llamo la atención de la colección. “Lo que más destacamos de las piezas líticas son los distintos tipos de basaltos. Hay materiales pulidos, los distintos raspadores que utilizaban y los métodos que utilizaban para preparar los líticos como las lascas que son como desprendimiento de piedras y los usos múltiples que le daban. Me sirve para divulgar información del patrimonio cultural”, apuntó.  

El resultado del proyecto, será primeramente difundido en las redes sociales y para el año próximo, buscan programar visitas con los establecimientos educativos. La población puede acercarse al museo a conocer la colección.