El ingeniero argentino, Edmundo Ramos trabaja en el proyecto desde 2008
Creó un sistema de combustión que es impulsado por basura
El proyecto ofrece una alternativa ecológica al combustible de petróleo. Funciona con un sistema gasificador que usa residuos orgánicos para impulsar su camioneta

El ingeniero cordobés, Edmundo Ramos causa revuelo con su proyecto “Auto a Basura. Drive on waste” que se impulsa utilizando desechos orgánicos y ofreciendo una alternativa ecológica a los tradicionales modelos de combustión de petróleo.
La historia tiene sus inicios en 2008, cuando Ramos regresó a la Argentina desde los Estados Unidos, con un importante capital a invertir que le otorgó estabilidad económica y tiempo libre sin responsabilidades.
“Me dije: me puedo poner a mirar televisión todo el día y a tomar cerveza como Homero Simpson, o aprovechar mi experiencia para hacer algo útil para la humanidad y sin fines de lucro’”, reflexionó el ingeniero.
Con el objetivo de dejar su huella, buscó aportar una alternativa a una temática preocupante para la humanidad. “Pensé en qué sucederá cuando se terminen los combustibles fósiles, cómo funcionarán las maquinarias agrícolas que siembran y cosechan nuestra comida”, reflexionó. Luego agregó: “El petróleo se acaba mientras que la basura no, incluso podemos terminar tapados de basura si seguimos así. Busqué en internet ‘auto a basura’ y no encontré nada. Así fue que tuve que empezar de cero”.
Fue así como trabajó en el proyecto durante doce años y finalmente en 2018 terminó de fabricar un gasificador de residuos que funciona como combustible, y ahora está en la recta final para patentar esta modalidad de transporte sustentable a nivel mundial.
“El Gasura es monóxido de carbono con hidrógeno y oxígeno que se disocia por termólisis a 1.700ºC con el agregado de unas gotas de agua. Cada vez hay más basura o residuos industriales y por lo general son gratis. Incluso en otoño, la naturaleza se deshace de una gran cantidad de cosas que produjo en el verano, como frutos, semillas, cascaras y carozos. Este sistema funciona con la aspiración del motor, no hay ningún recipiente sometido a presión como ocurre con los tanques de GNC, ni tampoco tiene un tanque con algo explosivo, como la gasolina”, explica el manual que creó el ingeniero.
La experiencia del cordobés de 67 años con su Ford Falcon Ranchera modelo 1983 demostró que cualquier vehículo puede funcionar a basura sin modificar el motor y circulando hasta los 115 kilómetros por hora. Una alternativa sustentable en medio de la escalada de contaminación que acecha al planeta a cada minuto.
En 2019, el proyecto superó las expectativas y alcanzó una velocidad de 120 kilómetros por hora, para poner a prueba la distancia que podría recorrer el vehículo, el ingeniero decidió ir de la Quiaca a Cabo Vírgenes. Y así fue como llegó a recorrer 5.000 kilómetros utilizando sólo residuos orgánicos para que su Ford Ranchera intervenida pueda funcionar.
“Hay gente que copió mi sistema y lo utiliza para distintas cosas: en Suecia lo usaron para vehículos, en Estados Unidos para hacer generadores eléctricos, en África, en Paraguay, en Bolivia y hasta en Birmania. Poco a poco, esto toma impulso”, contó.