La mayoría de los implicados está actualmente en libertad

Elevaron a juicio la megacausa por contrabando de granos a Brasil

En total son doce imputados por asociación ilícita, quienes según la Justicia eran liderados por el empresario Santiago Marino. También será juzgado un jefe de GNA
viernes 29 de septiembre de 2023 | 10:45hs.
Elevaron a juicio la megacausa por contrabando de granos a Brasil
Elevaron a juicio la megacausa por contrabando de granos a Brasil

El 5 de noviembre del 2021 un gran despliegue de diferentes fuerzas concretó allanamientos y detenciones en varias partes de la provincia para desmantelar una prolífica organización que explotaba tal vez el negocio más grande surgido en la pandemia en Misiones: el contrabando de granos a Brasil. Un negocio multimillonario e ilegal.

La conmoción se multiplicó cuando este diario reveló que entre los detenidos estaba quien entonces era el jefe del Escuadrón de Gendarmería Nacional en Oberá, entre otros funcionarios públicos y varios empresarios de alto perfil de la provincia. Se trató de una investigación llevada adelante por la Policía de Seguridad Aeroportuaria y coordinada por el Juzgado Federal de Oberá.

Según pudo saber El Territorio, luego de un proceso complejo, con muchos actores y apelaciones, en los últimos días finalmente la causa fue cerrada por el juez Alejandro Marcos Gallandat Luzuriaga y enviada a instancia de juicio al Tribunal Oral Federal de Posadas.

Serán los jueces quienes establecerán una fecha para la realización del debate oral y público, aunque siempre cabe la posibilidad de que los involucrados acuerden un juicio abreviado, instancia en la que deberán admitir su culpabilidad en los hechos investigados.

La mercadería era acumulada en galpones cercanos a la costa del río Uruguay.

Los acusados son doce en total -la mayoría en libertad-, destacándose la presencia del empresario Santiago Marino (55) -dueño de un complejo turístico en la ruta costera 2 que estuvo en carrera para ser intendente de Mojón Grande- y Marco Antonio Duette (51), quien hasta su detención era jefe del Escuadrón de Oberá, uno de los más importantes de la provincia y con jurisdicción en El Soberbio, punto clave de la maniobra.

Según la documentación exclusiva a la que tuvo acceso este medio, Marino será juzgado como organizador de una asociación ilícita, contrabando de exportación agravado por la intervención de tres o más personas para cometerlo y la participación de un agente de la fuerza de seguridad y cohecho activo en concurso real en carácter de coautor.

A Duette, en tanto, se lo acusada por asociación ilícita en concurso real con contrabando de exportación agravado por la intervención de tres o más personas organizadas para cometerlo y la participación de un agente de la fuerza de seguridad en carácter de coautor en concurso real con los delitos de cohecho pasivo y abuso de autoridad e incumplimiento de los deberes de funcionario público en carácter de autor.

Los demás son Ricardo Fabián Gómez (48) - también efectivo de GNA que ofició de guardaespaldas de Marino -; la pareja de Marino, Juan Carlos Tivano (69); en cambista Francisco Eladio Morel (62); los empresarios/comerciantes (aunque varios dicen que son agricultores) Marcelo Rubén ‘El Mago’ Da Silva (45) Ricardo ‘Caco’ Hildebrandt (47), Fabio Sebastián Escher (38), Juan Carlos ‘Cacho’ Skavinsky (57), Antonio Adelmo Dos Santos (44) y los camioneros Edgardo Elizer ‘Cacho’ Skraba (56) y César Fernando Díaz (44).

A los dos últimos se les imputan los delitos contrabando de exportación en grado de tentativa, en concurso real con el uso de documento falso, mientras que los demás serán juzgados por asociación ilícita, en concurso ideal con el de contrabando de exportación agravado por la intervención de tres o más personas organizadas para cometerlo y la participación de un agente de la fuerza de seguridad, en carácter de coautor.

Skavinsky también suma falsificación de documento público y Gómez el delito de incumplimiento de los deberes de funcionario público en carácter de autor.

Acusaciones

El procesamiento señala que “se logró identificar que Marino Santiago era quien oficiaba de líder de la organización, quien conseguía los proveedores de la soja, organizaba el transporte de los camiones, emitía documentación propia o también a través de terceros para esos envíos, establecía los lugares de carga y descarga, de ocultamiento o acopio, para lo cual contaba con depósitos o utilizaba el de terceros, que luego a través de un sistema de ‘campanas’, y hombreadores y paseros, lograba enviar la soja y otros granos al país vecino de Brasil”.

Amplía que el hombre era quien “coordinaba y tenía pleno dominio de toda la actividad ilícita llevada a cabo” y que para eso contaba con el apoyo de las fuerzas de seguridad, especialmente de Antonio Duette, quien era jefe del Escuadrón de Gendarmería Nacional IX de Oberá.

La evidencia que obra en el expediente apunta a que Duette, uno de los jefes más importantes de la fuerza federal en Misiones, respondía a Marino. Era su subordinado en la organización y se encargaba de cumplir a todas las demandas para que el empresario no tuviera inconvenientes en el transporte de su mercadería.

En varias oportunidades quedó de manifiesto su obsecuencia cuando le preguntaba si estaba todo bien y ante la respuesta le decía, “si vos estás tranquilo yo estoy bien”. En una ocasión, sabiendo que Marino estaba sin luz en su casa, se puso a disposición para lo que necesitara. El hijo de Duette trabajaba en el complejo de Marino y hay evidencia de que el gendarme recibió cubiertas, además de una promesa de una casa sobre la costa del río Uruguay.

Una conversación transcrita en el expediente revela la relación que tenían, en una oportunidad que ambos estaban en la localidad de El Soberbio. Duette le comentó que estaba trabajando “a full” en allanamientos en la localidad a lo que Marino le respondió: “Que no sea en los galpones de cereal jajaj. Si estás por la zona te busca Ricardo y vení a comer con nosotros”.

Ricardo es Gómez, a quien Duette le alivió las tareas para que sea chofer y guardaespaldas de Marino. Con jerarquía de sargento, a Gómez se le asignaron varias tareas en toda la maniobra, desde cobrar hasta ser puntero de camiones. Por su cercanía con el jefe de la banda el sargento sabe mucho e incluso en varias oportunidades amenazó con “prender el ventilador”.

La Justicia considera que para el éxito de la maniobra Duette se encargó de liberar las rutas nacional 14 y la costera 2, dejando solamente un control fijo en el ingreso a Guaraní. De esta forma, se aseguraba que los camiones circulen sin inconvenientes, con lo que implica una “zona liberada” en una provincia como Misiones: no se controlaba la soja, pero tampoco contrabando o narcotráfico.

En tanto, si un camión era detenido, el comandante se comunicaba directamente y ordenaba que se libere el vehículo sin notificar a autoridades judiciales o tributarias. Algunos efectivos de la fuerza declararon en sede judicial que fueron trasladados arbitrariamente luego de hacer procedimientos de este tipo.

“Asiste razón al Juez al valorar que la intervención de Marino Santiago y Juan Carlos Tivano resultó decisiva para el éxito de la organización desde los diversos roles que ambos cumplían. En el primer caso, como jefe de la asociación ilícita diseñando la adquisición, el transporte, ingreso a la provincia de Misiones, acopio, fraccionamiento y traslado de la mercadería a la costa del río para ser exportada por pasos no habilitados. En ese cometido, los diversos diálogos telefónicos mantenidos con el Jefe del Escuadrón 9 de Gendarmería y las directivas que Marino Santiago impartía eran lealmente acatadas por el funcionario público encargado de liberar las rutas para asegurar el éxito del paso de los camiones vinculados a la organización investigada”, señaló la Cámara Federal de Apelaciones en una resolución de diciembre del año pasado.

Incluso, Marino le ordenaba que tenía que detener e incautar cargas que no le pertenecían. Se reproducen en las conversaciones que le enviaba las patentes de los vehículos y el comandante procedía. También fueron solicitadas reuniones con otros jefes de la fuerza y la liberación de tres tractores traídos de Brasil de forma ilegal -que le valió un traslado al funcionario a cargo-.

Pese a que Marino se mostró dispuesto a pagar 300.000 pesos para recuperar esos vehículos, la autoridad de GNA no pudo responderle debido a que ya estaba todo judicializado.

El empresario también determinaba, aunque no de forma directa, a dónde quería a efectivos de confianza. Hace dos años le dijo al jefe del Escuadrón IX: “Te consulto, tenés la posibilidad de dejar a X -el nombre se preserva- en San Vicente. Entendió rápido la consigna”, a lo que el comandante le contestó: “Sí, tengo que planificar eso, pero sí”. 

En otra oportunidad le reclamó: “Me moviste a mi pollo de San Vicente”, a lo que el gendarme le contestó que habían sido “órdenes de arriba”.

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