El fenómeno se potenció en pandemia vía redes sociales
Desinformación en tiempos electorales y la amenaza de la inteligencia artificial
El combate diario para descubrir publicaciones engañosas y el avance de las tecnologías genera preocupación en verificadores. Los casos de México, Alemania y Perú

Combatir la desinformación es una premisa que persiguen varias organizaciones no gubernamentales en el mundo y a esa lucha, se están acoplando varios medios de comunicación con la formación de equipos especiales para verificación de hechos. Las denominadas fake news que proliferan en redes sociales, se potenciaron en pandemia y aparecen con mayor fuerza justo en períodos electorales, donde el uso de la inteligencia artificial es una amenaza aún mayor por su poder para modificar imágenes, videos y voces.
La asociación de entidades periodísticas argentinas (Adepa) junto a Google News Initiative vienen capacitando a profesionales de medios de todo el país (de la que participó El Territorio), fomentando la verificación ágil de los hechos en las redacciones.
La mecánica que ya viene incorporada en la construcción de cualquier producto noticioso, hace tiempo que requiere de un análisis posterior más minucioso.
La viralización de hechos que inundan grupos de WhatsApp, se replica en otras redes masivas y terminan impactando en medios de comunicación; no siempre son reales, actuales y en algunos casos esconden intencionalidades de las más variadas. Desde económicas, por convicciones o simplemente por ignorancia, noticias falsas circulan y detener los envíos, es un compromiso que los medios periodísticos asumen para sostener su credibilidad y el espíritu permanente de servicio.
Olivia Sohr de la ONG Chequeado asegura que “cualquiera puede opinar de lo que quiera, pero no debe ser difícil acceder a los datos para comprobarlo”.
Y si bien desde esa organización sin fines de lucro trabajan con el objetivo de “mejorar el debate público”, admite que el periodismo es importante pero no suficiente para luchar contra la desinformación. “La inteligencia artificial da terror, preocupa por su avance”.
Andrés D’Alessandro, director ejecutivo de Adepa, sostuvo que “todos estamos saturados de diagnósticos con respecto a la desinformación, pero los medios deben comenzar a hacer cosas más allá del contexto electoral”.
En tanto, Juan Manuel Lucero de Google News Initiative recordó que “existen innumerables herramientas que ayudan a la verificación de hechos no sólo al alcance de los periodistas y están disponibles en Google”.
Desde tiempos inmemoriales, la desinformación tuvo presencia en medios de comunicación y quizás una serie de publicaciones del New York Sun en 1835, fue el primer registro. La existencia de vida en la luna citando declaraciones de un reconocido astrónomo de aquel momento (Jon Herschel), generó un escándalo bautizado como el “gran engaño de la luna”, en agosto de aquel año.
Para los contemporáneos, la propagación del virus Sarcs-Cov-2 que provoca el Covid-19, trajo aparejado un rebrote de noticias falsas a gran escala que viajaron por todo el mundo. Desde un teléfono celular o una computadora, se generaron un sinfín de publicaciones que la prensa fue desactivando a una velocidad menor que las alarmantes publicaciones que se fueron viralizando.
Antivacunas e ignorantes de los impactos de la enfermedad dominaron la escena y los mecanismos para descubrir los engaños, obligó a los periodistas a un ejercicio tan propio de la profesión, que se fue potenciando: el chequeo.
“La desinformación son contenidos falsos o engañosos que circulan por redes sociales. Allí se mencionan cosas que no sucedieron, sacadas de contexto o tergiversadas para cambiarle el sentido”, definió Olivia Sohr.
Crecen en campaña electoral
Desde que comenzó el año, la Argentina atraviesa un proceso electoral con comicios cada mes en sus diferentes distritos y con la definición más importante pendiente para octubre, en la primera vuelta presidencial.
El terreno se muestra muy fértil para contenidos falsos, “porque la desinformación es parte de un ecosistema que se expande. Algunas figuras públicas no son creíbles, hay exceso de información, poca confianza en las autoridades y muchos amplificadores de contenidos falsos”, explicó Sohr.
Las noticias falsas se presentan en formato de parodia o sátira, con contenidos engañoso, presentando a impostores, noticias fabricadas, conexiones falsas, contexto que no coincide con el actual y deliberadamente manipulado. Desde memes, videos viejos recuperados para insertarlos en la actualidad o fotos, se nutren los fabricantes de fake news.
“La desinformación aprovecha temas sensibles y explota los prejuicios, por ejemplo, con temas de género o minorías. Es muy común que trascienda en días de elecciones noticias sobre extranjeros que vienen a votar”, subrayó la directora de Chequeado.
Con especial énfasis, Olivia Sohr recordó que “la desinformación vino para quedarse. Lo único que se puede hacer es generar el menor impacto posible, porque pensar en medidas más drásticas, se entraría en un terreno donde se atenta contra la libertad de expresión”.
Afirmó que como lo hace Chequeado en Argentina y otros países, varios medios ya tienen equipos de verificación. Organizaciones en el mundo descubren cuándo una notica o parte de ella es falsa, exagerada o con datos erróneos, “rápidamente deja de compartirse por las redes, porque nadie quiere quedar como el que difunde noticias falsas”.
Uno de los grandes enemigos que viene asomando es la Inteligencia Artificial, que permite alterar voces y rostros, “todavía detectable a simple vista, pero a medida que vaya calibrando sus intervenciones, será cada vez más difícil identificar cuándo es real y cuando es falso y eso es algo que me da terror”, admitió Sohr. Por el momento la herramienta también es utilizada por los medios que mediante algoritmos pueden identificar un contenido engañoso “pero es un elemento que va a crecer cada vez más”.
Existen iniciativas para incorporar marcas especificas en fotos y videos para confirmar su autenticidad, “pero con el avance de la Inteligencia Artificial, no sé qué vamos a hacer”, completó.
Noticias falsas como estrategia de campaña
Desde 2010 existe en México un medio nativo digital, que se inició publicando investigaciones relacionadas con violencia, corrupción y desigualdad. Se llama Animal Político y su director editorial, Daniel Moreno recordó que “hace 10 años arrancamos el proyecto de desinformación porque en México, al igual que en muchos otros países de América Latina, la clase política usa la mentira como una herramienta fundamental de comunicación, de propaganda, de búsqueda de apoyos y sobre todo de ataque a los adversarios”.
Creó un equipo especial de verificación de hechos para desmentir informaciones falsas, “porque creemos que la desinformación atenta contra la libertad y la democracia. Y no se trata sólo de perseguir noticias falsas, sino de investigar el origen y de entender y asumir que no es la ocurrencia de alguien, sino una estrategia deliberada”.
Moreno y su equipo trabajan en la misma línea que Deutsche Welle de Alemania, generando contenidos para desmentir noticias engañosas, explicando al público que no está tan familiarizado con cuestiones políticas y publicando todos los materiales en sus medios y redes.
“En el caso de México creo que es fácilmente documentable que la estrategia de comunicación del gobierno se dirige hacia la propaganda y la mentira como ejes de su política de comunicación. A pesar de ello, los niveles de popularidad que tiene es muy alto, alrededor del 60% y evidentemente ha sido una estrategia exitosa”, aclara Moreno.
En el caso del gigante alemán, “la verificación de datos se convirtió en una parte importante de la agenda desde 2020”, reconoció Rachel Baig, redactora y presentadora del equipo de verificación de Deutsche Welle. “Fue cuando la pandemia de Covid azotó al mundo”, agregó.
Nació para desmentir falsedades sobre la enfermedad “pero también otras noticias que surgen diariamente”, aclaró.
Observó que “en todo este tiempo hemos visto un cambio en el enfoque sobre cómo los usuarios generan información y esas noticias falsas se desplazan hacia videos en Tik Tok, Instagram y Facebook, lo que nos obliga a generar contenidos de verificación de datos hacia esas plataformas, porque todo el tiempo tenemos que estar activos para contrarrestar la desinformación”, dijo Raig.
El medio alemán se convirtió casi en una agencia de verificación de datos, porque la audiencia envía material para chequear, incluso de otros medios, y Deutsche Welle se encarga de confirmar su veracidad.
En Perú, por ejemplo, el medio Ojo Público que realiza investigaciones periodísticas, generó un apartado de verificación “con la intención de adelantarnos incluso a la desinformación en tiempos electorales”, dijo la periodista Gianella Tapullima.
Con explicaciones muy sencillas, “exponemos las mentiras y los engaños más comunes e incluso las falsas encuestas, los alegatos de fraude sin sustento o versiones falsas de fallecidos que van a votar que contribuyen a generan confusión en el electorado”, remarcó.