Ñande Reko Rapyta (Nuestras raíces)

La Cancha de Barberán

viernes 18 de agosto de 2023 | 6:00hs.

El barrio es la unidad social más pequeña de un pueblo o ciudad, sus habitantes poseen un claro sentido de pertenencia; cada barrio tiene sus características propias, forma una comunidad que une a los integrantes por lazos afectivos y personalizados, cada vecino es importante y cuenta.

En el barrio la gente se saluda -aunque no se conozcan cabalmente-, se ayuda, la niñez en uno de estos espacios es sinónimo de las primeras amistades, casi con los primeros pasos, a veces de compartir la etapa escolar en la escuela del lugar; en casi todos, la plaza del barrio es el ombligo y el corazón del vecindario - porque marca en origen y es el punto de encuentro -.

Cada barrio tiene una historia propia y única, que se desarrolla en ese específico lugar geográfico; su formación responde a diferentes causas, en nuestro medio, en general, surgieron alrededor de una fuente de trabajo; desde mediados de la década de 1960 cuando se impuso la construcción de barrios por administración pública se los “planeó” en algún escritorio de Buenos Aires; en Misiones la creación del Instituto de Desarrollo Habitacional Iprodha, en 1978, abrió una nueva etapa en la conformación barrial y la construcción de la represa de Yacyretá implicó el surgimiento de los “barrios de relocalizados”.

El barrio más antiguo de la ciudad de Posadas, allá por el siglo XIX, fue el formado por el caserío existente dentro del recinto amurallado determinado por la Trinchera de San José - que actualmente constituye el Centro o casco histórico de la ciudad -; después surgió el barrio Bajada Vieja con las viviendas y pequeños comercios ubicados a cada lado de esta ancestral picada que finalizaba en inmediaciones del río Paraná, del Cementerio(s) de acuerdo a las distintas ubicaciones de los camposantos antes de 1879, se denominaron así los surgidos en inmediaciones de la actual Escuela Normal Mixta Estados Unidos del Brasil, en la Chacra N° 42- algunos historiadores sostienen que fue en la Chacra 47 en realidad-, en los alrededores de la Plaza 9 de Julio existió un cementerio, se lo trasladó en dos oportunidades y fue el origen del actual La Piedad a partir del 1 de noviembre de 1879 y uno más en cercanías de la antigua Estación del Ferrocarril; para finalizar esta etapa también se menciona al barrio El Brete, aproximadamente en la zona donde se encuentra la playa que lleva el mismo nombre.

El barrio “Madariaga” de la ciudad capital, es un claro ejemplo; alejado del centro y de “las cuatro avenidas”, creció en la zona de Miguel Lanús - en las tierras que algunas fueron de Francisco Fouilliand - hasta construir su identidad peculiar; la presencia del primer neuropsiquiátrico de la ciudad educó en la inclusión y la tolerancia antes que estos conceptos se pusieran de moda, después el Hospital Monoclínico de Geriatría acentuó el carácter solidario de la zona; del otro lado, el viejo Patronato de Menores dejó el espacio para el Tacurú Golf Club, la antigua oficina telefónica sobre la Ruta Nacional 12 fue imprescindible para mantener la comunicación con el resto del mundo, después la majestuosidad del Campus de la Universidad Nacional de Misiones delineó la fisonomía actual.

Dentro de los primeros pobladores que se instalaron en esas tierras, recordemos a Carlos Barberán y su vasta familia; a partir de 1958 se dedicó a darle forma al barrio, acompañado por sus hijos, secundado por algún otro poblador y casi siempre en soledad, con machete, pala y azada dedicó sus horas libres “a hacer progresar” la zona; la municipalidad le facilitó un plano para la demarcación de las calles y la manzana destinada como espacio recreativo, la batalla campal fue con la capuera, pero al final Barberán ganó la guerra; en el espacio verde se improvisó una cancha de futbol, en realidad fue un potrero y el tesón de don Carlos dio frutos en el equipo de fútbol del barrio que se llamó “9 de Julio”, el lugar se transformó en un punto de encuentro para los vecinos;.

Después de muchas notas y esperas de pasillo, Barberán consiguió que el servicio de energía domiciliaria llegue al barrio, la colocación de los postes para el servicio fue motivo de alegría y curiosidad de la gurisada que no se perdió detalles de la obra; en el año 1989 se inauguró el alumbrado público, en realidad circundaba la “cancha de Barberán” como se la conocía y conoce aún; casi al mismo tiempo se formó la primera Comisión Vecinal presidida por don Carlos.

También fue este vecino, atento a las condiciones socioeconómicas de muchas familias, quien puso en funcionamiento un Comedor Comunitario, su esposa María Auxiliadora López fue fundamental en el servicio diario, con su voluntad infinita incapaz de mostrar cansancio o desazón; la Unidad Básica “Juan Domingo Perón” tuvo mucho que ver en el progreso vecinal, particularmente en momentos de tormentas o condiciones climáticas extremas.

Barberán bregó no sólo por difundir el deporte en el barrio como medio para “mantener a raya los vicios”, gestionó documentos de identidad, colaboró en trámites jubilatorios, fue mediador, a veces enfermero, arbitró improvisado y por sobre todos los roles alma mater de la zona durante décadas.

Una de las hijas de Carlos, Elsa Raquel publicó, en 2022, “Entreverado” un libro de poesías y vivencias, desde sus páginas conocemos detalles de la niñez en el barrio: “(…) En los días de lluvia, en mi casa de madera, solían filtrarse las gotas y formaban manchas en la pared, (…) personificaba a cada una de ellas, haciendo de esas noches de tormenta un juego en mi mente.

Mi cama era simple, compartida con mis hermanas, las patas agrietadas porque mi juego preferido era saltar en ella cuando mi madre no me observaba (…). Crecí en un barrio pequeño de calles terradas, lleno de árboles, espacios y mucha naturaleza. No existía el teléfono, ni ninguna red social. El disfrute era encontrarse con los vecinos, jugar a las tocaditas y las escondidas.

No puedo decir a las muñecas, poque no las tenía, en esa época los comercios quedaban muy lejos de donde vivía y la escases muchas veces empañaba los gustos. Era un goce sentarse bajo el mango, en aquellas siestas (…) y deleitarse con un rico tereré de agua con menta.

Recuerdo que no usaba zapatos (…) solía andar descalza todo el día (…) era una niñez simple, pura, con muchas alegrías (…)”

El 17 de noviembre de 2022 el Concejo Deliberante aprobó el nombre de “Carlos Barberán” para el espacio verde del barrio Madariaga, alguna vez será la plaza que tanto sueñan los vecinos, mientras eso sucede esperan que la municipalidad coloque un cartel con la designación, un homenaje simple para una persona que dejó su ejemplo y su huella en la zona de Miguel Lanús.

Gracias Raquel Barberán por ese amor incondicional a la familia y tu vocación docente.

¡Hasta el próximo viernes!

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