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En poco más de un año ya se robaron más de 10 lanchas en San Ignacio y la última era de Prefectura

Sólo del predio del Club de Pesca y Deportes Náuticos de la citada localidad, en poco más de un año ya sustrajeron nueve motores. Este fin de semana le robaron una lancha a la Prefectura Naval Argentina
martes 11 de julio de 2023 | 6:00hs.
En poco más de un año ya se robaron más de 10 lanchas en San Ignacio y la última era de Prefectura
En poco más de un año ya se robaron más de 10 lanchas en San Ignacio y la última era de Prefectura

 

Vecinos y propietarios de terrenos de la costa del río Paraná, en San Ignacio, vienen alertando desde hace meses el sistemático robo de motores de lanchas. Incluso, sólo del predio del Club de Pesca y Deportes Náuticos de la citada localidad, en poco más de un año ya sustrajeron nueve motores. Por indicios y hasta registros de cámaras de seguridad del lugar, la principal hipótesis avanza sobre el accionar de una o varias bandas delictivas con base en Paraguay, aunque no se descarta la participación de locales que aportan datos que posibilitan los ilícitos.

Pero el pasado fin de semana la situación llegó al extremo cuando desconocidos robaron un bote de Prefectura Naval Argentina (PNA) que se hallaba amarrado en la Subdelación de San Ignacio, con jefatura en Puerto Maní, localidad de Corpus. El hecho fue alertado el domingo a las 10 por el encargado de Prefectura San Ignacio, quien precisó que entre las 4 y las 5 de la madrugada desconocidos sustrajeron la embarcación BP-5107 del amarradero.

La información oficial suministrada por la fuerza indica que inmediato se destacaron patrullas de búsqueda y se dio parte a personal de la Armada Paraguaya, con base Puerto Paraíso, quienes lograron ubicar el bote en la costa del vecino país, aguas abajo de San Ignacio, pero sin el correspondiente motor. En tanto, ante la consulta de El Territorio, una fuente de PNA confirmó que todo el personal del destacamento de San Ignacio fue relevado, como así también los efectivos de la Unidad de Vigilancia Fluvial de PNA) que se hallaban de guardia el día del hecho.

Robos y suspicacias

En paralelo a las medidas administrativas, se puso en conocimiento al Juzgado Federal de Oberá, a cargo de Alejandro Gallandat, quien ordenó las actuaciones de rigor. En tal sentido, un vocero del caso indicó que la investigación en curso incluirá a todos los efectivos de PNA con prestación de servicio en San Ignacio. Al respecto, la sucesión de robos de motores en la zona no es una novedad ni mucho menos y varias voces ya habían mencionado suspicacias en torno al accionar de las fuerzas de seguridad apostadas en la zona.

En tal sentido, el pasado 2 de mayo al menos cinco delincuentes intervinieron en la sustracción de un motor fuera de borda del Club de Pesca San Ignacio, logrando burlar la seguridad del predio, incluida la custodia policial que pagan los socios. “Nos robaron el noveno motor fuera de borda del club, a pesar que tenemos un destacamento de Prefectura a 500 metros, el Escuadrón de Gendarmería en la misma zona y dos policías que cumplen adicionales recorriendo el predio. Con todo eso, de un año a esta parte ya nos robaron nueve motores”, reclamó entonces un socio en diálogo con este diario.

Además aportó las imágenes del último caso. En la secuencia se observa cómo levantaron el motor entre cuatro hombres, mientras un quinto los guiaba, tras lo cual cargaron en un bote de madera que estaba amarrado a la orilla, por lo que se presume que cruzaron al Paraguay.

“Tierra de nadie”

En tal sentido, la misma fuente indicó que “en el video se nota que ya estaban cortados los cables y el motor separado del casco, porque los tipos llegaron y lo alzaron, no cortaron nada. Es decir, previamente alguien cortó caños y cables para los otros se lo lleven”. Por ello, según el consenso entre los socios del club, la banda que roba motores tendría algún colaborador interno o conocedor de los movimientos de la zona.

“El predio está cercado, hay cámaras de seguridad, cuidador y servicio adicional de Policía. No hay forma de robarse un motor al azar, tiene que haber una inteligencia y una logística previa, alguien que aporte datos. Pero Prefectura dice que no tiene jurisdicción, Gendarmería se lava la manos y la Policía no hace nada”, se quejó.

En ese contexto, reclamó que los ocho robos anteriores fueron “calcados” al del pasado 2 de mayo, lo que genera gran impotencia. Por ello, reclamó que “nos roban, hacemos la denuncia y nada, sólo esperar hasta que nos vuelvan a robar. Lo malo es la reiteración abusiva. Es tierra de nadie”.

Alerta máxima

Pero la inseguridad excede al Club de Pesca y avanza sobre diferentes barrios de San Ignacio que están cerca de la costa del río. Según un relevamiento realizado por este medio a fines de mayo, a esa altura del año ya eran más medio centenar los damnificados que sufrieron robos de botes, lanchas, motores de lanchas, motos de agua, kayak y hasta chalecos salvavidas.

Se registraron hechos en el Club del Río, en el barrio privado Cueva del Teyú, en Monte Victoria y en el Parque Provincial Teyú Cuaré, entre otros. “En mi casa ingresaron el 22 de mayo y fue a plena luz del día, porque yo me fui a trabajar a las 6 y cuando volví a las 15 me encontré con mi casa dada vuelta. Se llevaron unas armas familiares, hice la denuncia en la Policía pero no apareció nada”, comentó Jorge Rodríguez Leyrias, quien desde hace dos años vive en la zona del Teyú Cuaré.

Y agregó: “Mi familia tiene la chacra hace 23 años y mi mamá ya no quiere venir más por los constantes robos. Nosotros hace unos cinco meses venimos escuchando los robos y ahora nos tocó a nosotros. San Ignacio era un lugar tranquilo, pero ahora no se aguanta más la situación”.

Por su parte, Gustavo Sandoval sufrió el robo del motor de su lancha que nunca fue recuperado.
“Sabía de algunos amigos que les habían robado, y cuando me robaron a mi empecé a averiguar y somos como 50 los que sufrimos robo de distintos tipos”, detalló.

Según Sandoval, luego del robo se acercó a las autoridades, aunque las respuestas no trajeron soluciones ni tranquilidad, más bien todo lo contrario. Contó que es de Posadas y llegó a San Ignacio “porque era un lugar tranquilo, pero ahora estamos evaluando qué hacer por la inseguridad”.

 

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