Fretes murió de un puntazo que dañó su corazón y no tenía otras lesiones

En la jornada de ayer empezó a juzgarse a Ramón “Totito” Elizandro Cruz (25), acusado por el homicidio de Ramón Fretes (63), el dueño de una olería en el barrio El Porvenir de Posadas para quien trabajaba. Los hechos ocurrieron la noche del 20 de agosto del 2020, cuando apenas iban cediendo las restricciones por la pandemia por coronavirus.

La primera audiencia estuvo marcada por idas y vueltas del Tribunal Penal II, compuesto por los jueces César Yaya - presidente-, Carlos Giménez y Gregorio Busse, y las partes. En la defensa se encuentra el defensor oficial Miguel Ángel Varela, mientras que el Ministerio Público Fiscal está representado por Vladimir Glinka.

Más allá de eso, declararon distintos profesionales del Cuerpo Médico Forense que intervinieron con pericias y dos efectivos de la Policía de Misiones.

En primera instancia se leyó el auto de elevación a juicio bajo la carátula homicidio simple confeccionado por el titular de la Fiscalía de Instrucción Seis de Posadas a cargo del fiscal René Casals.

En el documento dejó en claro que Fretes murió de una certera y profunda puñalada en el corazón y para el magistrado - y así coincidió el juez Ricardo Balor- lo reconstruido no reveló atenuantes en esa acción.

También se leyó el rechazo de la apelación a esa elevación interpuesto por Varela, quien entonces había solicitado también la excarcelación. En esta instancia se registró el primer “cortocircuito”, debido a que antes se había establecido que se lea la apelación, algo que Varela reclamó y el fiscal consideró innecesario.

Lanzos dio detalles de la lesión que causó la muerte. FotoS: Damián Molina

Luego de un breve análisis, los jueces decidieron pasar a un cuarto intermedio de diez minutos. Allí decidieron que la lectura correspondía porque se había pactado antes, pero remarcaron que se trataba de algo innecesario porque eran cuestiones que se podrían abordar en el debate propiamente dicho.

En el documento leído quedó marcada la estrategia de la defensa, que buscará comprobar que Cruz se defendió de una agresión de Fretes. Se transcribieron varios testimonios en los que se definía a la víctima como una persona alcohólica, violenta, que tenía mala reputación con los vecinos y que se negaba a pagar a sus jornaleros.

Al respecto, según declaró Cruz en julio del 2021, la pelea empezó porque él le pidió que le pague y éste reaccionó golpeándolo con una madera  - era manco del lado diestro -.

Marginalidad

Salvado este ruido inicial, el imputado Cruz se sentó en el banquillo cerca de las 10.40. Dijo que entonces no declararía sobre lo sucedido - tal vez lo haga más adelante-, pero reveló una historia de vida marcada por la marginalidad.

Mediante las consultas de rigor de Yaya se reconstruyó que creció sin padre y es la única persona que cuida a su mamá enferma, ya que todos sus hermanos están en Buenos Aires. Fue solo hasta tercer grado “porque tenía que trabajar”, por lo que es analfabeto. Además del trabajo en la olería, también hacía changas de campo, como el rozado o incluso carneado de animales.

No tiene antecedentes, según se confirmó por secretaria.

Testigos

La primera en declarar fue Silvia Carolina Lanzos, perito del Cuerpo Médico Forense que estuvo a cargo de la autopsia. La profesional contó que entonces la pericia se realizó en el Hospital Madariaga por la pandemia y reafirmó que Fretes “presentaba una herida en el tórax que llegaba hasta el área cardíaca”.

Precisó que tenía 16 centímetros de profundidad y era monocortante. El olero falleció a causa de la pérdida de sangre.

El debate va a continuar hoy a partir de las 8.30 en el TP2.

Ante las consultas del fiscal expresó que era la única herida del cuerpo y que se produjo de abajo hacia arriba, lo que la llevó a inferir que Fretes estaba parado al momento de recibir la estocada. Añadió que se necesita mucha fuerza para generar la lesión y detalló incluso que el arma blanca “quedó marcada” en la costilla del fallecido.

Asimismo, si bien la mujer no se encargó de revisar al imputado, el defensor Varela le exhibió una fotografía en alta calidad que fue tomada momentos después de su detención. Lanzos la vio y dijo que notaba excoriaciones - una herida superficial - e hinchazón, considerando que podrían demandar 21 días de recuperación.

Luego el bioquímico Carlos Oscar González expresó que la víctima tenía 3,21 gramos de alcohol por litro de sangre lo que representa “una ebriedad completa”, más allá de cualquier característica de la persona. La defensa cuestionó el método del procedimiento y él expresó que la extracción de sangre por vena femoral era las más fiable.

Luego fue el turno de dos efectivos policiales: Fernando Vargas y Marcelo López, el primer funcionario en llegar a la escena y quien detuvo al sospechoso, respectivamente. Ambos coincidieron, ante la pregunta del defensor, que cuando llegaron cerca de las 22 el horno estaba prendido, que se trataba de un lugar oscuro, sin alumbrado público y que cerca del cuerpo se hallaron varias cajas de vino y palos para mantener las llamas.

Vargas expresó que cuando llegó había una ambulancia y que el enfermero en el lugar le confirmó que la víctima no tenía signos vitales. Entonces procedió a notificarle a sus jefes y preservar el lugar hasta la llegada del juez y los profesionales de Científica.

López es jefe de la Mini Brigada de la Comisaría Decimoquinta y esa misma noche hizo las averiguaciones que permitieron la rápida detención de “Totito”. Dijo que primero estableció quienes habían presenciado la pelea y fue hasta la casa de uno de ellos, a quien conocía por el apellido.

Esta persona le señaló quién había “hincado” a Fretes y lo subió al patrullero para que lo lleve a la casa del mismo Cruz. “Yo llegó al lugar y me atendió la madre. Le conté lo que había pasado y ella le convenció y salió. No ofreció ninguna resistencia”.

El debate continuará hoy a las 8.30 con la comparecencia de más testigos.