Buscan a changarín que según testigo fue arrojado al río luego de un ataque

La desaparición de Julio Melo, un hombre en situación de calle  que desde hace varios días dejó de ser visto por sus más cercanos,  sumó entre el lunes y ayer novedades escalofriantes y que apuntaría a un supuesto final desagradable para el vecino de Garupá. Esto tiene que ver con la declaración que aportó a la Policía un testigo que aseguró haber escuchado a dos compañeros de trago del changarín dar detalles de cómo asesinaron y descartaron el cuerpo de Melo en el río Paraná. 

Más allá de esta versión, hasta el cierre de esta edición no se había podido encontrar elementos que afianzaran dicha hipótesis. Tampoco se logró ubicar al desaparecido, ni rastros de su paradero y el caso está rodeado de misterio y de mucha cautela por parte de los investigadores que intervienen en el caso. 

De acuerdo a los datos recabados por este matutino, el martes por la tarde un vecino de 35 años de Garupá alertó a un suboficial de la Policía de Misiones que ese mismo mediodía, mientras compartía una ronda de bebidas con Juan Alberto C. (63) y Eduardo Ramón V. (45), escuchó un relato que lo paralizó.

Según el aporte del denunciante, el menor de sus compañeros de trago confesó que Juan Alberto había asesinado el último domingo 7 a otro changarín de la zona: Julio Melo. 

Los dos sospechosos quedaron a disposición del Juzgado de Instrucción Dos.

El supuesto hecho de sangre se habría producido dentro del predio de la arenera Cristo Rey, en una zona costera cercana al arroyo Garupá.

Según la propia confesión de uno de los changarines, a Melo lo habrían atacado con un cuchillo para luego arrojarlo en el medio del Paraná. 

Fuentes del caso indicaron que el relato escalofriante que habrían dado en medio de los tragos los dos changarines indicaba que al ahora desaparecido lo habrían trasladado en una canoa hasta un punto determinado del río. Y que luego de introducirle piedras en el abdomen lo arrojaron al agua para que no flotara. 

Detención 

Con la declaración del testigo, entre la tarde y noche del martes efectivos policiales comenzaron con la búsqueda de Melo por los distintos lugares en los que solía ser visto, aunque se les aclaró que por estar en situación de calle el hombre no se quedaba mucho tiempo en un solo lugar y eso complicó las tareas de los uniformados.  

Luego, se estableció que el desaparecido había construido una improvisada casilla en un predio cercano a la ex comisaría Quinta de Garupá. Aunque vecinos de esa zona indicaron que Melo llevaba varios días sin ser visto por el vecindario. 

Otro aporte importante que se recolectó en el caso fue el del encargado de la arenera en la que tanto Melo como sus dos supuestos agresores solían juntarse. Y en donde presuntamente ocurrió el crimen.

En ese contexto, el entrevistado comentó que no advirtió nada extraño durante los últimos días en su arenera y que tampoco vio al desaparecido por el lugar. 

Por otro lado, una comisión policial ubicó la canoa que el testigo refirió que fue utilizada por Juan Alberto y Eduardo Ramón para trasladar el cadáver. Aunque no se detectó ningún vestigio de sangre o mancha que podría referir a un ataque. 

En tanto que ayer a primera hora, con la colaboración de buzos tácticos de la Prefectura Naval Argentina (PNA), las tareas de búsqueda de Melo continuaron y por disposición del Juzgado de Instrucción Dos se ordenó la demora de los dos changarines apuntados como presuntos atacantes.