“Pasé de llorar de susto a hacerlo por alegría”

La atleta eldoradense Danna Jazmín relató el día de gloria que tuvo el domingo al ser oro en salto en alto en el torneo APB en el Cepard, un capítulo soñado e inesperado
martes 25 de abril de 2023 | 4:00hs.
“Pasé de llorar de susto a hacerlo por alegría”
“Pasé de llorar de susto a hacerlo por alegría”

Danna Jazmín fue protagonista el domingo de una película que pasó por varios géneros: aventura,  drama, luego suspenso y finalmente a un documental con final feliz. La atleta del Alto Paraná se colgó el oro para Argentina en el Torneo APB de Atletismo U20 en el Cepard, en Posadas, y compartió sus sensaciones únicas de estar en lo más alto en la prueba de salto en alto, que fue una coronación al mérito para ella y sus entrenadores que le hacen frente a las adversidades, incluso la eldoradense entrena saltando sobre un elástico ya que su varilla se rompió.

“No me esperaba primero en ser llamada a competir con las mejores del país y después menos me esperaba ganar la prueba”, dijo feliz la eldoradense, pupila de los reconocidos profes Liliana Ortega y José Luis Alé.

Es que para Danna el atletismo también llegó a su vida por sorpresa en el inicio del colegio secundario, hoy tiene 17 años y cursa quinto, gracias al ojo entrenado de Liliana, quien fue su profe de educación física, y luego su trabajo y su empeño fueron formando a la atleta de alto rendimiento que explotó sus condiciones el domingo en la pista local frente a equipos de Brasil y Paraguay.

Sin bien el final de la película ya está escrito, hubo escenas que Danna las describe cargadas de risas con su frescura.

“Fui la que primero saltó y tumbé la varilla. Bueno, ahí intenté relajarme y mis entrenadores me guiaron, pero en el segundo intento fallé me empecé a descontrolar de una manera increíble -risas-, me bloqueé, me largué a llorar porque me quedaba un intento a todo o nada”, describió.

La campeona entrena saltando sobre un elástico ya que le falta la vara.

Y su relato siguió tentada de risa ya en el día después de su consagración: “Mis entrenadores me intentaban calmar, me decían que no era nada, que era una altura que salto todos los días, así que me tranquilicé salté y pasé. Y en los 1,60 en el primer intento pude hacerlo y pasé de llorar de susto a llorar de alegría. Fue mucha realmente la adrenalina”.

A 24 horas de que su sangre fluyera a borbotones, Danna habla rápido, se emociona y contagia con su alegría, ya que este oro es un motorcito en marcha para su carrera que tiene altibajos emocionales, como la de todos los deportistas de alto rendimiento que a veces quieren tirar la toalla hasta que se da la el esperado salto, para ella literal, que necesitan en su camino.

“Fue un fin de semana emocionante y emotivo. Era mi primer torneo internacional y me convocaron a la selección argentina por primera vez. Cuando me enteré que iba a ser una de las seis de la provincia fue hermoso y un logro impensado el integrar el equipo nacional junto a las dos mejores de argentina. No podía creer que estaba a ese nivel y me decía ‘¿de verdad a mí me fueron a convocar’?, señaló risueña.

Y no sólo estaba al nivel sino que estuvo al más escalón más alto, ya que igualó su mejor marca del provincial en febrero, ganó la prueba y superó lo que llamó sentirse “intimidada” por sus pares en la previa.

“Son chicas geniales -Abril Okon que fue 2° y Nayla López 3°- que ganan torneos argentinos, son  las dos mejores de argentina y a la hora de la competencia me intimidaba eso porque al inicio de la prueba me dijeron que la altura mínima era 1,50 metro y nunca empecé a saltar desde estatura”, explicó.

Liliana Ortega y José Luis Alé, los profes que forman a una alumna ejemplar.

Su relato siguió con lo que terminó emulando la escena final de la película ‘En busca de la felicidad,’ “Pasé esa marca, después subieron la vara y pasé el 1,55”. Allí ya no logró pasar López, y hubo un mano a mano entre Danna y Okon que terminó ganando la eldoradense al pasar el 1,60 en el primer intento, relegando a su rival al segundo lugar.

“Fue un salto como si nada y entendí que cada proceso tiene su tiempo. Vengo entrenando atletismo hace más de cuatro años y siempre trabajé y soñé con la medalla dorada que se dio ahora. Pero tuve golpes muy duros, ganas de dejar, pasé por muchas cosas y gracias Dios hoy puedo decir que soy campeona”.

La atleta de la Tierra Roja hace hincapié en que hay que valorar y esperar con paciencia el proceso y el trabajo tendrá su recompensa, porque a veces sólo se ve la cima del podio cuando hay mucha pelea interna y externa detrás de escena. “Muchísimas veces estuve desganada, tuve ganas de abandonar, me frustré otras tantas veces, porque las cosas no me salían y también hay veces que pensás no sos bueno en eso. El alto rendimiento no es fácil, pero haber ganado me motiva muchísimo, estoy re contenta”.

Cotiza doble

El valor de esta ansiada medalla claramente cotiza en el metal más preciado para la saltadora misionera que, pese a no tener muchas veces la infraestructura que necesita, aún así se destaca ante atletas de las grandes urbes.

“En Eldorado entreno en pista de ripio, que no está en las mejores condiciones, además tengo colchonetas que están medio viejas y gastadas, y la varilla de alto se rompió hace un par de meses y estoy entrenando y saltando sobre un elástico; así nos vamos arreglando… pero siempre con ganas de seguir y de mejorar”, resaltó esta atleta, que junto a sus profes, sortean las condiciones no del todo óptimas y crean desde abajo una campeona que enorgullece a toda una provincia. 

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