Son dos los imputados, quienes fueron excarcelados en 2020

Acusada de matar a su madre por un terreno será juzgada en septiembre

María Yess (63) fue asesinada de un disparo en julio del 2016 en Puerto Rico. Está imputada su hija, Andrea Mieres. Las pruebas de balística y parafina la acorralaron
sábado 22 de abril de 2023 | 12:00hs.
Acusada de matar a su madre por un terreno será juzgada en septiembre
Acusada de matar a su madre por un terreno será juzgada en septiembre

El crimen de María Yess (63), comerciante baleada en julio del 2016 en su vivienda de Puerto Rico, ya tiene fecha de debate luego de que el caso fuera elevado a juicio en tres oportunidades. Según detallaron fuentes judiciales consultadas por El Territorio, el Tribunal Penal Uno de Posadas fijó audiencias para el 14, 15 y 18 de septiembre de este año.

Por el caso se sentarán en el banquillo de los acusados la hija de la víctima, Andrea Elizabeth Mieres (37), y Paulino Ramón Olmedo (30), quien fue pareja de Mieres. Respecto de la mujer, está acusada como autora de homicidio triplemente agravado: por el vínculo, alevosía y codicia. Podría ser condenada a prisión perpetua.

Olmedo, en tanto, está señalado como partícipe necesario de homicidio agravado por alevosía y codicia.

Mieres y Olmedo llegarán al juicio en libertad debido a que en agosto del año pasado el juez Ariel Belda Palomar determinó su excarcelación porque llevaban cuatro años con prisión preventiva sin sentencia. El mismo juez -la instrucción estuvo a cargo de Éctor Acosta- elevó la causa a juicio en diciembre del 2020.

El último pedido de que el caso vaya a juicio oral fue de la fiscal subrogante, Natalia Romina Deffis, quien está a cargo de la Fiscalía del Juzgado Civil, Comercial, Laboral y de Familia de Jardín América. Anteriormente el expediente había sido anulado en dos oportunidades por la Cámara de Apelaciones de Misiones.

El caso
Tal como consta en la instrucción del caso, el asesinato de la comerciante Yess se produjo durante la noche del 24 de julio de 2016, dentro de su vivienda sobre la calle Río Grande, a dos cuadras de la Municipalidad de Puerto Rico. Allí la mujer atendía un kiosco de barrio.

Aquella noche se escucharon dos disparos, de los cuales uno impactó en la cabeza de la víctima. Cuando los efectivos policiales llegaron hasta el lugar, se encontraron con la dueña de casa sin vida y con su hija Mieres en medio de una escena de llantos y desesperación.

Pero lo que en ese momento pareció un estado de shock, en realidad se trató de un montaje, dado que en poco tiempo los investigadores terminaron de descartar la posibilidad de un hecho de inseguridad y se inclinaron por una trama familiar como hipótesis detrás del crimen.

En aquel momento la mujer relató que se escuchó el timbre y que su madre fue hasta la ventana del kiosco que da a la calle y en esas circunstancias se registraron los disparos. Sin embargo, las pericias del personal de Criminalística y las labores de los detectives de la Dirección Homicidios reconstruyeron otra cosa.

Se determinó que uno de los disparos del revólver calibre 22 largo utilizado en el hecho -el cual nunca fue ubicado por la Policía de Misiones- impactó en la heladera del lugar y el otro le había atravesado la cabeza de la víctima.

A partir del análisis de la trayectoria de los tiros los científicos de la Policía llegaron a dos conclusiones determinantes. La primera de ellas era que el disparo que dio en la heladera de ninguna forma pudo haber provenido del exterior de la vivienda, mientras que la siguiente fue que el cuerpo de la víctima nunca pudo haber caído de la forma que lo hizo si el balazo se daba en la dirección aportada por su hija.

Los restos de pólvora en la mujer detectados por la prueba de parafina la terminaron de señalar como principal sospechosa de matricidio. Rápidamente quedó atrás la acusación a un ex convicto del barrio que ella misma había señalado o un hecho de inseguridad como móvil del crimen.

Codicia y alevosía
Durante la pesquisa del hecho, para los investigadores el fin codicioso que tuvo la pareja para llevar a cabo el asesinato estuvo bien determinado. La mujer quería quedarse con un terreno que Yess no cedía. Varias testimoniales aportadas durante la etapa de instrucción fundamentan esta tesis.

Una de ellas tiene que ver con el aporte que dio una mujer que se habría contactado con los imputados con la intención de comprar el inmueble que era propiedad de la víctima.

En su testimonial ante los pesquisas la testigo comentó que luego de una serie de conversaciones estaba todo acordado para que se concrete el negocio entre ambas partes y que restaba un solo detalle que los presuntos vendedores necesitaban finiquitar. Esto último, se cree, era lisa y llanamente hacer desaparecer a Yess.

Por otro lado, la figura de la alevosía también quedó plenamente demostrada durante la investigación del caso. En ese sentido las fuentes consultadas indicaron que la comerciante fue atacada en un total estado de indefensión, mientras se encontraba en su domicilio.

De acuerdo a la reconstrucción policial sobre lo sucedido se sabe que la noche del ataque, en un momento determinado, Olmedo llegó hasta el domicilio de su suegra, tocó el timbre y aguardó expectante a pocos metros de la residencia

Fue allí que Yess, pensando que era un cliente, se dirigió hasta la ventana por donde habitualmente atendía, momento en que su hija aprovechó para efectuar por la espalda los disparos contra su progenitora. De esta manera la sexagenaria jamás imaginó que sería su propia hija quien le dispararía.

Por otra parte, durante las entrevistas que tuvieron con psicólogos del Poder Judicial en Cámara Gessell, las nietas de Yess -quienes también estaban en la vivienda al momento del hecho- expresaron que no vieron a nadie sospechoso ese día. Esto terminó por arrojar por la borda la coartada de un presunto hecho de robo que manifestó ante la Policía la propia Mieres al momento de justificar el ataque que sufrió su mamá.

Esta versión apuntaba a un joven que era conocido en la zona por concretar varios robos, quien tras ser investigado por la Justicia, luego se demostró que no tuvo ningún tipo de participación en el homicidio. Por si fuera poco, otro relato clave para desenmascarar a la pareja fue el de un mecánico que también declaró como testigo en el caso.

Según el relato de este trabajador, horas posteriores al homicidio, Olmedo llegó hasta su taller y pidió que desarmaran su motocicleta para un supuesto arreglo. Las averiguaciones confirmaron después que con este mismo vehículo el acusado se trasladó hasta la vivienda de su suegra durante la noche del 24 de julio de 2016 y una vez cometido el crimen se dirigió al taller.

 

En cifras

$500 milEl terreno del que se quería apropiar Mieres fue ofrecido a medio millón de pesos en las redes sociales por quien entonces era su pareja.

 

La venta que complica a Olmedo

Tres meses antes del crimen, Paulino se ocupó de publicar en la red social Facebook y en los sitios OLX y Alamaula el siguiente aviso: “Vendo un terreno en Puerto Rico, precio $500.000, recibo vehículo de mi interés en parte de pago”, y dejó su teléfono celular.

Eso indicaría que obraron con premeditación, pero lejos de toda sospecha un comprador porteño se contactó y acordó la compra por 450 mil pesos.

El acusado nunca dijo que la propiedad no era suya, es más, mintió diciendo que era de su novia Andrea y que se la iban a reservar. Los compradores viajaron desde Buenos Aires para concretar el negocio llegando el 11 de julio a Puerto Rico.

Fueron recibidos por Mieres, que le mostró el terreno pero la transacción no se pudo hacer porque ese día la escribanía estaba cerrada y dos días después se volvió a truncar porque seguían sin conseguir el permiso de la dueña.

Temas de esta nota
¿Que opinión tenés sobre esta nota?