El fondo del río Paraná plasmado a la vera de la ruta

Ingresar a Posadas por la ruta 12 tiene su nuevo atractivo: colores y peces se mezclan para mostrar el fondo del río Paraná pero a la altura de los humanos, que pueden sacarse una selfie pisando un espacio preparado para este fin y pensado para plasmar el arte en fotos.
Apostando al crecimiento de Itaembe Guazú, el jueves 23 Petrovalle inauguró una estación de servicio “del futuro” en el reconocido barrio posadeño. Se la denominó de esta manera por la modernidad de sus instalaciones, basadas en las nuevas tecnologías y el cuidado medioambiental.
En este marco, la empresa busca embellecer sus estaciones de servicio incorporando obras de arte de autores misioneros, hechas exclusivamente para dicho espacio. Silvana Kelm fue la encargada de pensar cómo hacer lucir la estación y, teniendo en cuenta el nombre del barrio, pensó en una piedra central encima de donde los peces misioneros circulan con sus características físicas a la vista.
En el idioma Mbyá Guaraní, Itaembé Guazú significa Gran piedra plana (Ita: piedra. Embe: plana o chata y Guazú: gran o grande). “Como estamos cerca del Paraná dije: voy a trabajar con peces, y en la sensación de estar caminando en el agua, en el fondo, y que los peces pasan nadando por al lado. Los peces son los que los pescadores mas sacaban -pero en épocas anteriores- y el único que está sólo porque es fachero es el Pirá Yaguá y cada uno está más o menos en las alturas en las que nadan”, explicó la autora, que convocó a su vez a otros artistas para completar el objetivo.
La realización de los peces llevaron un mes y la empresa donó hierros y chatarras para reciclar. Gabriel Bykowich, creador de las esculturas explicó: “el objetivo era buscar una forma de expresar la idea de reciclar y ellos propusieron utilizar materiales que fueron descartados de otras obras. El mes de trabajo en sí es el de cortar y soldar pero se trabajó un mes previo que fue el de diseño, el de dibujar, porque inicialmente es una pila de chapa la que se tiene enfrente y hay que empezar a cortar, a darle la forma. Silvana fue la que propuso hacer esos peces específicamente y lo mío fue agarrar el dibujo y transformarlo en 3D”.
A los peces le faltaba un espacio colorido para nadar, un lugar donde se sienta el agua y las plantas acuáticas en movimiento. Liliana Berger, arquitecta encargada de la obra de la estación de servicio pensó que hacía falta un mural, y es ahí cuando Silvana se comunica con Darío Nuñez, quien estuvo en tres jornadas de días enteros dando vida al fondo del río. “Y como gustó tanto su obra también hizo el mural del otro lado, que se ve desde el avión cuando se llega a Posadas”, dijo Kelm.