Acusado de matar a balazos a sus padres será juzgado desde mañana en juicio oral

Se trata de Alejandro (24), acusado del doble parricidio de Hilario Kirschner (61) y Mirta Sachser (54). Serán cinco jornadas y la sentencia se conocería el próximo jueves 23 de febrero
lunes 13 de febrero de 2023 | 10:40hs.
Acusado de matar a balazos a sus padres será juzgado desde mañana en juicio oral
Acusado de matar a balazos a sus padres será juzgado desde mañana en juicio oral

A casi dos años del requerimiento formal de elevación a juicio por parte de la fiscalía del Juzgado de Instrucción Tres de Puerto Iguazú, finalmente el doble parricidio de Comandante Andresito, que sacudió a los habitantes de esa localidad a finales de septiembre del 2019, comenzará a ser ventilado en instancia de debate oral y público en Eldorado. Justamente, el Tribunal Penal de la Capital del Trabajo sentará desde mañana y durante cinco jornadas a Alejandro Daniel Kirschner, un joven de 24 años como el único responsable del asesinato a balazos de sus padres Hilario Kirschner (61) y su esposa Mirta Sachser (54).

Tal como solicitó la fiscalía que intervino durante la etapa de instrucción del expediente por el caso, el joven deberá responder por “doble homicidio agravado por el vínculo y por el uso de arma de fuego, en concurso real con portación de arma de fuego de uso civil, sin la debida autorización legal”, acusación que prevé una pena de prisión perpetua en caso de ser hallado responsable en un futuro debate oral.

Según detallaron voceros judiciales consultados por este matutino, el debate comenzará desde las 8.30 de mañana y si el proceso se desarrolla sin ningún contratiempo está previsto que culmine el próximo jueves 23 de febrero.

El doble parricidio de Kirschner y su esposa Sachser, ambos productores de yerba y ganaderos en la zona Norte de la provincia, fue descubierto durante la madrugada del 22 de septiembre de 2019.

El caso fue alertado por un hombre de 44 años que llamó a la Policía porque su sobrino le había dicho que al llegar a su casa encontró a sus padres muertos.

El sobrino del que hablaba no era otro que Alejandro Kirschner, el hijo menor de la pareja y quien hasta allí parecía una víctima más de la situación, pero pronto terminó quedando bajo la lupa como posible autor de la masacre.

La Policía intervino de inmediato. Acudió a la vivienda ubicada en medio de una extensa propiedad localizada en el kilómetro 9, lote 62, sección C, de Andresito. La escena fue la siguiente: goteo de sangre por diversos puntos de la propiedad, ambientes revueltos dentro de la casa y la pareja sin vida sobre la cama matrimonial.

Todo hacía presumir que pudo haberse tratado de un asalto, pero pronto los indicios hicieron cambiar el enfoque de la investigación encabezada por los detectives de la Dirección Homicidios de la fuerza provincial.

Lo que comenzó a poner en dudas esa hipótesis inicial fue que en el lugar no se constataron faltantes de valor y, casualidad o no hasta ese momento, el único lugar que no estaba revuelto era la habitación de Alejandro, que vivía en la misma propiedad.

El doble crimen se descubrió el 21 de septiembre de 2019 en el lote 62, sección C de Comandante Andresito. Foto: polmis

A partir de ahí, la lupa comenzó a posarse sobre la figura del hijo menor de la pareja. Las declaraciones de otros familiares y las incongruencias de su relato vertido ante los pesquisas lo terminaron de ubicar como sospechoso.

Parientes de los fallecidos no dudaron en contar ante la Policía que la relación entre Hilario y su hijo menor se había tornado conflictiva a raíz de los problemas de adicción que el muchacho padecía.

Lo recabado indicó que en el último tiempo el hombre había cortado suministros económicos y le había restringido el uso de la camioneta Toyota Hilux a su hijo como castigo, pero también como medida para alejarlo de los estupefacientes.

Estas situaciones no hicieron más que tensar la relación e incluso ya había generado encontronazos en los cuales Alejandro golpeó y hasta amenazó con matar a su padre durante una charla con un tío que quiso interceder en la situación.

Luego, los investigadores entonces buscaron reconstruir los últimos movimientos del joven para corroborar si su relato tenía asidero.

La versión que el ahora imputado contó en ese momento fue que él salió de su casa el sábado 21 de septiembre a las 17 y que regresó cerca de la medianoche, topándose con sus padres asesinados en su casa.

Además, narró que mientras salía de la casa arrolló con la camioneta al perro salchicha de la familia y que cuando intentó socorrer al animal, éste lo mordió en la mano. Con eso intentó justificar el vendaje que tenía y las manchas de sangre halladas en la escena.

La Policía siguió averiguando y nunca pudo dar con elementos que acreditaran su versión. Se buscó a sus amigos y conocidos y ellos aseguraron que ese sábado recién vieron a Alejandro a las 22, por lo que nadie pudo saber qué hizo o dónde estuvo el joven entre las 17 y esa hora.

Se cree, entonces, que en realidad estaba en su casa y en ese lapso cometió el crimen.

El último registro con vida de las víctimas se tiene a las 20.05, cuando Sachser le envió un mensaje a su prima contando que estaba cocinando panes.

Toda la pesquisa fue llevaba con cautela, dada la sensibilidad del caso, pero al cabo de una semana los indicios fueron tan fuertes que la Policía pidió la detención del joven y el juez Martín Brites, titular del Juzgado de Instrucción Tres de Puerto Iguazú, autorizó.

La continuidad de la instrucción terminó acorralando más y más al implicado, que en indagatoria eligió abstenerse de declarar. Al pasar por el juzgado todos los testigos ratificaron sus declaraciones vertidas en la etapa de investigación policial y el resultado de las pericias ordenadas a realizar allanaron el camino de la pesquisa.

Pruebas contundentes

Las autopsias realizadas determinaron que ambas víctimas fueron asesinadas de dos disparos en distintas partes del cuerpo, mientras que la mujer además presentaba fractura de cráneo.

Los indicios hacían presumir que dichos disparos habían sido ejecutados con el rifle calibre 22 que Hilario guardaba dentro de su habitación, presumiblemente debajo de la cama, pero el arma nunca fue hallada.

La situación pudo significar una complejidad para la pesquisa, pero las autoridades al frente del caso encontraron la forma de certificar que la masacre fue cometida con el arma de la víctima.

¿Cómo lo hicieron? La respuesta indica que los forenses extrajeron los plomos encontrados en los cadáveres y los policías rastrillaron una zona del campo donde testigos señalaron que Hilario había utilizado el arma para matar un animal tiempo antes. Allí encontraron vainas servidas que fueron cotejadas con los plomos y la pericia balística marcó coincidencias.

Otra medida clave fueron los estudios científicos realizados sobre las muestras genéticas halladas en la escena, donde no se encontró ADN de un tercero.

Es más, sobre la cama de la pareja se halló un perfil compatible con Alejandro.

Con todo eso incorporado al expediente, la fiscalía consideró que no había elementos que puedan dar pie a una hipótesis alternativa y que todo lo recolectado compromete severamente al hijo de la víctimas, por lo que pidió que vaya a juicio para responder ante la Justicia.

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