Un revitalizado mercado testigo de los tiempos

Los pasillos angostos y llenos de distintos aromas le dan un toque especial a Souq Waqif. Supo ser el mercado más grande de Qatar y estaba al lado del puerto a orillas del mar Arábigo. El paso del tiempo hizo que quedara un poco más lejos del agua y se convirtiese en uno de los puntos turísticos más importantes de Doha.

El mercado de Souq Waqif nació para el intercambio de animales, telas y comida. Los comerciantes llegaban al puerto, en ese entonces al lado del mercado, y se empezó a edificar lo que terminaría siendo una de las zonas más importantes de Doha.

Caminar por los pasillos del mercado es caminar entre la modernidad y la historia de Souq Waqif y de Doha. Es correrse de los rascacielos del centro para regresar a la antigüedad, signada por las pequeñas calles, el olor a especias e incienso y palpar un poco de la cultura de un país que fue, durante muchos años, el lugar de paso de los comerciantes.

En la feria se puede encontrar todo lo relacionado a la mercadería autóctona.

La modernización de Doha chocó con la tradición del mercado. Ganaron terrenos las construcciones nuevas y en 2003 un incendio destruyó gran parte del mercado. Fue cuando el gobierno qatarí decidió rescatar a Souq Waqif. Comenzó una puesta en valor que duró cinco años y que dejó al mercado con un aspecto como el que había tenido 100 años atrás, pero combinado con los tiempos actuales.

En Souq Waqif todo se puede negociar, es parte del recorrido. El regateo, mal visto en otras culturas, allí es moneda corriente. Es el lugar para comprar algún recuerdo de Qatar, pero si es más de uno también se puede bajar el precio.

Los turistas aprovechan para comprar “lo típico”, que en realidad es más bien lo de Medio Oriente. Qatar no tiene industrias y todo lo que se vende es, en realidad, traído de otros países. Hay comidas típicas de Irán, India y Pakistán. Telas de todo lo que supo ser el imperio persa y especias que llenan de intensos aromas los pasillos de Souq Waqif.

En época de Mundial no pueden faltar las artesanías relacionadas a la pelota.

Pero como todo es un negocio y la Fifa no quiere perderse de ninguno, también están instaladas las pequeñas tiendas de la entidad que maneja el fútbol a nivel mundial. Aprovechar el circuito turístico es una constante de la Fifa, que no pierde ninguna oportunidad para mezclarse con la cultura local para ganar un poco más (como si le hiciese falta) de dinero.

Pero los fanáticos no llegan a Souq Waqif para comprar recuerdos de la Fifa. Llegan a sacarse fotos en los pasillos, a comprar recuerdos y a caminar por el laberinto que implica entrar al mercado. A llevarse, impregnado en la ropa, algunos aromas del viejo Medio Oriente y hacer ese pequeño viaje en el tiempo que propone Souq Waqif. 

Caminar por los pasillos laberínticos es una verdadera odisea para algunos.