“Ahora que sea lo que Dios quiera, empezaré mi duelo”

El 11 de diciembre de este año se cumplirán once años del siniestro vial que se llevó la vida de Gisela Lorena Ferreyra (32) y su hijo Cergio Maximiliano (12).

“Se me fue la vida”, había expresado en su declaración testimonial Rosa Ferreyra, la madre de Gisela y abuela de Cergio, durante en la primera jornada del juicio contra Adrián Alberto Krutki (36).

Tras la sentencia del juez Cesar Raúl Jiménez, Rosa manifestó “se ha hecho justicia y esto es para que todo aquel que salga a conducir en esas condiciones tome conciencia de que está poniendo en riesgo su propia vida y la de otras personas como en el caso de Lore y Cergio”.

En relación a las circunstancias que culminaron con el final fatal, la abuela del niño fallecido relató: “Cergio fue a hacer una promesa a la Virgen de Azara porque el lunes tenía un examen y este tipo venía de un club, borracho como una cuba. Hay que hacerse cargo de las cosas que uno hace”. 

Los siniestros viales no paran de sumar víctimas y en este aspecto la mujer, que insistió durante años en la lucha por sus familiares, expresó: “Quiero que esto siente precedente para las personas que salen a conducir en ese estado, hay que respetar la vida del otro”.

La mujer, quien perdió a su única hija, que tenía 32 años, y a su nieto mayor, describió el día en que tuvo que despedir a sus familiares: “Te juro que en ese momento tenía ganas de sacarles del cajón y meterme yo si eso les devolvía la vida. Cergio era un nene de 12 años con toda la vida por delante, Lorena tenía 32”.

Agregó que Ezequiel, el hijo y hermano de las víctimas, que en aquel momento tenía 10 años, “estaba prendido de los cajones, no lo podíamos sacar. Estábamos destruidos. Ahora, que sea lo que Dios quiera, empezaré mi duelo”.

Con respecto al imputado por el doble homicidio, Rosa afirmó: “Es muy fuerte lo que hizo este tipo. No sé si tiene noción del daño que ha hecho. Ahora va a tener el tiempo para pensar lo que hizo”.

Por otro lado, Ezequiel manifestó que a pesar del tiempo,  “tenía una mínima esperanza de que esto iba a terminar así. Era cuestión de tiempo, lastimosamente pasó mucho, pero por suerte llegó”.

En esa línea, agregó: “Después de tantas cosas que pasamos, que sufrimos, navidades, año nuevo, ayer (por el domingo) Día de la Madre.... por fin después de tanto tiempo podemos decir que se hizo justicia y que ellos, seguramente, donde estén puedan descansar en paz”.

“Ahora queda empezar a vivir, yo con todo el dolor pude salir adelante pero mi abuela la tuvo más complicada porque cada uno se lo toma diferente”, confesó.

“Obviamente el dolor siempre va a estar, siempre van a hacer falta en la mesa pero ahora toca vivir, disfrutar un poquito más”.

En relación a la sentencia refirió: “Me parece que es lo que se podía dar. Es un daño muy grande, pero me parece bien lo que determinó el juez”. 

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