Alertan por uso excesivo de pantallas en chicos y exposición a pornografía

En los tiempos que corren el uso de la tecnología y sus derivados es transversal a toda la sociedad. Para estar conectado con otros, informarse, trabajar, estudiar, divertirse y más, los dispositivos tecnológicos son parte de la vida diaria. Pero su uso no siempre es el adecuado y de manera desmedida puede traer serias consecuencias.

Esta semana Unicef Argentina difundió los resultados de la ‘Encuesta Rápida sobre la situación de la niñez y adolescencia 2022’, con indicadores socioeconómicos de cómo la situación financiera que vive el país repercute en las infancias para alimentarse, estudiar o incluso salir al mercado laboral.

Pero, además, el informe dio cuenta de que el uso de pantallas es cada vez más fuerte en los chicos y en consecuencia la exposición a contenido pornográfico y publicaciones violentas o que incitan a ella.

“La mayoría de las y los adolescentes refiere estar más tiempo frente a las pantallas. En los sucesivos relevamientos realizados en el marco de distintas coyunturas de la pandemia, esto se ha mantenido. La encuesta relevó además, en junio de 2022, situaciones de exposición a discriminación o maltrato, ciberbullying, situaciones de violencia o pornografía. Se observa, de ese momento a esta parte, un crecimiento de estas situaciones de exposición”, dice el documento de Unicef Argentina.

En todo el país participaron del relevamiento 1.626 hogares con niños, niñas y adolescentes y en el NEA en particular fueron parte 311 hogares y 1.343 personas.

De esta manera, en octubre del 2021 un 10% de los chicos relevados admitió haber visto en las redes sociales ‘Cosas obscenas/pornográficas’. Ese indicador subió a 12% en junio pasado.

Respecto al ítem ‘Violencia o publicaciones que incitan a la violencia’, eran 11% en octubre de 2021 y 15% dijo haber estado expuesto a este contenido en junio de 2022.

En ese marco, El Territorio consultó al psicólogo y sexólogo clínico Guido Fischer sobre cómo repercute estar expuesto a este tipo de material.

El especialista explicó: “Influye formándolos de manera distorsionada. Los chicos tienen curiosidad y por eso van a ver material de ese tipo. Todo este material también les va a generar curiosidad para ver de qué se trata y claramente los va a formar de determinada manera que justamente es lo contrario a la saludable y la recomendable. Un niño que ve pornografía va a interpretar que esa es la forma de conectarse sexualmente. Lo mismo con la violencia, va a interpretar que así hay que manejarse con otros”.

Sin embargo, Fischer aclaró que el material pornográfico y la violencia tienen raíces distintas y no necesariamente se combinan.

La pornografía, dijo, es un material que se fabrica, comercializa y se consume estrictamente como un excitante sexual.

El contenido violento, por otro lado, tiene la característica de querer ejercer voluntariamente el mal a otro y generar daño.

Que un chico vea porno no sólo lo educa mal, sino que también “puede desencadenar alguna conexión a muy temprana edad con lo sensorial que puede traer consecuencias a largo plazo en términos de psicología o memoria sensorial, que pueden ser negativas en el desarrollo de su sexualidad”.

Diferenciar
En tanto, comentó que un niño está en pleno proceso desarrollo y aún no tiene capacidad para diferenciar entre ficción y realidad.

“El porno es una industria para generar excitación. Por lo tanto, está más del lado de la ficción, de algo que está exagerado, que con la realidad de la sexualidad humana. Eso es muy importante porque el niño no tiene la capacidad de discernir entre lo ficticio y lo real, por eso no debería estar en contacto con este material”, señaló e indicó que, lamentablemente, pese a haber restricciones para que contenidos de este tipo no lleguen a menores de edad, no siempre se cumplen.

“El problema no sería el producto en sí mismo sino quien lo consume y de qué forma. Cuando el consumo es abusivo ya hay un problema. El material pornográfico está tan bien diseñado que puede generar adicción o uso problemático y sí, puede derivar en un adulto adicto al porno o que reproduzca conductas como las que ve porque aprendió eso a temprana edad”, indicó y siguió: “Pero no se da en todos los casos, no siempre termina en un problema”.

También sostuvo que a un chico ver este material le genera un sinfín de preguntas. Así comentó que si un padre ve a su hijo en conexión con estos contenidos, es una excelente oportunidad para hablar.

“Hay que aprovechar la situación para aclararles lo más que se pueda del tema y después controlar lo que los chicos miran, eso es responsabilidad del adulto”, precisó Fischer, que integra la Sociedad Argentina de Sexualidad Humana (Sash), entidad con la que ayer presentó el libro Hablemos de sexo en el que escribió el capítulo ‘Nada en exceso’.

Por último, destacó que muchas culturas confunden pornografía con educación sexual. Pero esta última debe estar siempre basada en conocimientos científicos.

“La educación sexual debe ser formal, integral e inclusiva. Eso es lo que realmente forma personas con una plataforma intelectual más apropiada para hacerles frente a todos estos temas y distinguir lo que es ficción de lo que es realidad. Más que nunca la sociedad debe entender lo que es educación sexual, que tiene que ver con conocimientos basados en ciencia y el respeto por el otro. Es algo que no sólo tiene que estar presente en las escuelas sino también en la población en general”, finalizó.

Algunas claves para filtrar contenidos

• Videos. En el mundo virtual hay diferentes filtros para bloquear contenido. Uno de ellos es configurar www.youtubekids.com para que los chicos sólo accedan a videos aptos para su rango etario.
  
  
• Google. Otra opción es ingresar a www.google.com/preferences y activar el SafeSearch. Una vez realizado esto, se ocultará el contenido explícito, como la pornografía.
  
  
• En el celular. En el Playstore del celular se pueden restringir las descargas y compras en Google Play. Para configurarlo se debe abrir Play Store, tocar el ícono “menú” en la esquina superior, ir a ajustes, control parental, activar el control, crear un código, tocar aplicaciones y juegos y seleccionar nivel de madurez.

Preocupa a los padres el uso abusivo de la tecnología

Una encuesta realizada en 2021 que presentó el Observatorio Provincial de Drogas es lo más cercano que se tiene en Misiones para conocer la realidad del uso de la tecnología en niños y adolescentes. En el trabajo denominado “Estudio exploratorio sobre la percepción de las familias en relación de consumos problemáticos y las adicciones” se informó que el uso de las tecnologías es una de las preocupaciones más significativas para las familias, ya que el 52% observó que su hijo/a mantiene un comportamiento abusivo en relación a las tecnologías. El relevamiento se hizo en 300 familias misioneras.

Entre los consumos más problemáticos se encuentran en primer lugar el celular y videojuegos, seguido de lo que se define como policonsumo, en referencia a tecnologías como ser videojuegos y celulares, celulares y redes sociales y combinación de varios tipos.

Como consecuencias, se destacó que pasar largas horas frente a una pantalla va más allá de la conducta adictiva, también genera problemas visuales, aísla a la persona de su entorno, trastorna el sueño y la alimentación y puede ser la puerta de entrada a estar en contacto con desconocidos que guíen por mal camino al niño o adolescente.