Darán valor al cultivo de maíz con fábrica de balanceados

Generar mano de obra, dar valor agregado y abaratar costos, es lo que buscan cerca de 200 socios de la Cooperativa Agropecuaria para Pequeños Productores Ecológicos San Pedro Limitada (Opfal), ubicada en Palmera Boca, sobre ruta nacional 14, a unos 6.000 metros de la zona urbana de San Pedro. Después de varios años, lograron la financiación de 16 millones de pesos para reactivar la entidad que tendrá como fin la producción de alimentos balanceados.

La entidad surgió allá por el 2006, como una fuente de trabajo para las familias de la zona que buscaban darle un valor agregado a la producción de las chacras. En ese proceso aparecieron varias ideas de manufactura y fue el cultivo de granos el que ganó terreno por tratarse de uno de los cultivos anuales con mayor porcentaje de producción entre los socios. Para sacar provecho pensaron en la elaboración de alimentos balanceados tanto para abaratar costos en cuanto a alimentación de animales de los socios como para lograr apertura de mercado.

La poca experiencia y falta de asesoramiento dejó por años el anhelo estancado, hasta hace un tiempo cuando un grupo de vecinos decidió tomar la posta, buscar asistencia económica y formación de recurso humano, con el objetivo de reactivar la cooperativa y darle utilidad a la infraestructura con la que contaban hasta el momento. El impulso tomó fuerza en los meses de pandemia.

Desafíos
Uno de los principales desafíos tuvo que ver con ampliar la capacidad de los silos y construir un nuevo tinglado, además de capacitar a los socios.

Primeramente, presentaron un proyecto ante el programa Pisear de la Secretaría de Agricultura Familiar Campesina e Indígena, que fue aprobado a mediados del 2021 con la financiación de unos 16 millones de pesos.“Nos replanteamos tres ejes principales: ampliar la capacidad, mejorar la infraestructura y los espacios de conservación y principalmente espacios de formación. Planteamos estrategias para que la planta tenga cómo producir el alimento balanceado con espacios para la conservación de los granos con el objetivo de darle valor agregado a la producción local de maíz y al producto final”, indicó, José Gonzalvez Padilla, tesorero de la entidad.

Con la aprobación del proyecto, lograron la compra de dos silos, mejora del espacio físico e implementación de maquinarias para la fabricación de balanceados. En ese mismo año lograron realizar la elección de una nueva comisión directiva. “Tratamos de que sea un consejo amplio y con ideas abiertas. Sumamos a integrantes de varios espacios para que acompañen cada una de las decisiones”, señaló por su parte Flavia Álvez de Olivera, secretaria de la entidad.

Como uno de los objetivos es que los socios puedan comercializar su maíz dentro de la cooperativa, dieron inicio a un ciclo de formación que genere mejor producción y comercialización de la materia prima y la manufactura de calidad y buen precio. El primero de ellos se concretó el último jueves, cuando trataron temas como técnicas de recibo de mercadería y almacenamiento, manejo de aireación en los silos, entre otros. De acá en más, avanzarán en la ejecución del proyecto, que resulta de gran importancia para el municipio por tratarse de una industria que tendrá beneficiarios directos e indirectos.