Paternar desde la igualdad

En constante construcción y deconstrucción, quienes deciden criar hoy asumen desafíos educacionales en medio de un cambio necesario para crear una sociedad igualitaria
domingo 19 de junio de 2022 | 6:05hs.
Paternar desde la igualdad
Paternar desde la igualdad

No hay una sola forma de ser padre, no se encasilla en una palabra todo el significado de paternar y por eso hoy celebramos la diversidad. Quienes asumen la real responsabilidad de criar se sienten cada vez más interpelados a repensar la masculinidad.

Es claro que el machismo genera las desigualdades y las estructuras tradicionales que asignan roles por género violentan a las mujeres y disidencias, pero también limitan a los varones, los encorsetan y enfocan una sola vía, un solo modo de ser. Poco a poco la conciencia se fue abriendo y se prioriza la idea de que otras formas no sólo son factibles sino necesarias.

Dentro de las expresiones que cuestionamos está la de paternar y muchos buscan que ese proceso de ayudar a crecer a un otro sea de la manera más amorosa y libre posible.

Muchas veces el paternar responde a un despertar y se asume una construcción constante. Se hace padre al andar, se crece día a día.

Rodrigo Montiel paterna a Gianna, Lorenzo y Joaquín.

‘‘Más que un cambio, ser padre es un proceso de cambio en el que uno va cambiando como persona, su personalidad, gustos,intereses... va cambiando en torno al desarrollo del niño sobre todo cuando participamos en educaciones en las que ponen al niño como centro. Uno como papá va experimentando también un cambio interior y eso hace que la vivencia de la paternidad sea realmente maravillosa’’, arrancó expresando Rodrigo Montiel, ingeniero en telecomunicaciones y papá, junto a Giovanna, de Gianna (10), Lorenzo (8) y Joaquín (3 meses y medio).

Considerándose también un papá en obra, Javier Cassettai estimó que ‘‘uno va viviendo y aprendiendo. Poniendo muchas ganas, mucha fuerza mucho amor, mucha fe en ese proceso de ir acompañando a esa alma que le fue confiada para que vaya creciendo y encuentre su propio camino en su vida”.

“Creo que cada uno tiene sus propios dones y entiendo que es mi responsabilidad acompañar con el máximo amor ese proceso de crecimiento para que hagan brillar cada vez más su luz, que crezcan en paz y libertad y mejoren el entorno en que se van desenvolviendo’’, agregó el papá de Iara (10) y Yannick (7).

Así, con dudas y repreguntas constantes, revisiones de qué mandatos y costos se reconocen en el proceso de hacerse varones, padres actuales como Javier y Rodrigo avizoran un horizonte más igualitario.

‘‘La única forma de que nuestras nuevas generaciones puedan hacer un mundo mejor es educando desde la igualdad y desde una conciencia de respeto’’, priorizó Javier.

Como avance en las últimas décadas, reconoció el hecho de poner al niño en lugar de sujeto de derechos, de la búsqueda de acompañarlos más, ser padres más cariñosos y presentes, pero sin dudas queda mucho camino por andar y desandar.

‘‘Hombres y mujeres tenemos las mismas capacidades y el mismo potencial y eso hoy no se debería ni siquiera poner en duda. Considero fundamental para el desarrollo del ser humano criarnos en la igualdad de género’’, alegó Rodrigo que recuerda en su infancia y adolescencia estar rodeado de las típicas creencias de roles de género que asignan actividades disímiles para nenas y nenes.

Estereotipos que lamentablemente aún se perpetúan y no hacen más que cercenar, crear versiones acotadas de todo lo que puede desplegar el ser y que por eso desde la paternidad es necesario cambiarlar.

La nueva masculinidad permite una forma más sana e igualitaria de relacionarse y en ese sentido los papás que siguen la pedagogía Waldorf resaltaron la idea del contacto estrecho y sincero como clave. Además, entre los desafíos de mapaternar incluyeron el educar en el contexto de hiperconectividad.

Origen y evolución
El Día del Padre que celebramos hoy surgió en Estados Unidos a principios del siglo XX, cuando Sonora Smart Dodd decidió homenajear a su padre, William Smart, un veterano de la guerra civil, que enviudó luego de que su esposa muriera tras dar a luz a su sexto hijo y se encargó de la crianza de ellos, solo, en una granja rural y con valores vanguardistas.

Ni héroes ni salvadores, hoy los varones tienen la misión, también como compañeros y padres, de asumir su parte, hacerse cargo de las violencias visibles y las que se invisibilizan. Y no basta con horrorizarse o empatizar, es tiempo de accionar.

Deconstruir la masculinidad hegemónica implica cuestionar privilegios que sostienen desigualdades, crear espacios que desafíen el machismo desde las acciones cotidianas, desde los lugares que se presumen netamente masculinos, desde vínculos entre pares y desde lo que dejamos como herencia social y educativa.

Es posible un mundo sin violencias sexistas y los más chicos son actores indiscutibles en esta evolución. Más despiertos, exigen padres mejores, mejorar como personas.

‘‘Siento que me liberé de eso del papá que siempre tiene la razón y la obediencia ciega y no me creo dueño de ninguna verdad absoluta y tampoco me ofende que me cuestionen comportamientos o incoherencias, que los chicos de hoy -al sentirse en un plano de igualdad con los adultos- abiertamente y de manera sincera nos cuestionan’’, alegó Javier.

Los cambios culturales que transitamos hoy son trascendentales y reclaman apertura.

‘‘El lenguaje inclusivo, por ejemplo, es revolucionario y necesario. A mí me cuesta, no me sale naturalmente, pero entiendo que es necesario como parte de los cambios culturales que se vienen y que son positivos’’, resumió Javier.

La mente es como un paracaídas… Sólo funciona si la tenemos abierta, graficó Einstein. En distintos contextos, con métodos disímiles y cientos de incertidumbres, los padres abiertos, expanden la evolución social humana tan imprescindible y en esa lucha mancomunada, en la coresponsabilidad, celebran su día aprendiendo y desaprendiendo.

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