Ayer en Posadas

La contracultura grita ¡Ya estoy aquí!

El festival Tadaima reunió concursos de cosplay, videojuegos, tatuaje de animé y mucho más en un Club Alemán repleto de aficionados.
domingo 12 de junio de 2022 | 5:30hs.
La contracultura grita ¡Ya estoy aquí!
La contracultura grita ¡Ya estoy aquí!

Creatividad y talentos particulares dispuestos para un amor en común. Costura, canto, cerámica, baile, escultura, dibujo, estrategia y más se desplegaron ayer en el Festival Tadaima, un evento que celebra la cultura asiática y el fandom de cosplay, videojuegos y películas épicas, entre otras aristas.

Tadaima es una expresión japonesa que cual saludo de llegada a un lugar, enuncia algo así como un ‘ya estoy aquí’, ‘ya volví’. Por eso, la convocatoria de ayer en el Club Alemán de Posadas fue contundente, ya que habiéndose iniciado en 2018, la fiesta con tendencia ‘friki y geek’ volvió con fuerza y afirmando su vigencia en este 2022.

Convertidos en personajes de animé, películas, superhéroes, videojuegos y otros, el público de todas las edades fue llenando poco a poco el club y sumándose a stands comerciales, concursos, sorteos, coreografías, combates, juegos y distintas atracciones.

Como una de las novedades de este año, hubo Concurso de ramen picante. Quien primero mostrara su bowl completamente vacío, se erigía ganador.

La idea no es al azar, ya que Maximiliano Ojeda, uno de los organizadores, es cocinero y especialista en comida asiática.

Desde el primer evento decidió ofrecer gratis el platillo que hoy es furor en las cocinas de todo el mundo, y esta edición subió la vara con el concurso específico.

Por otro lado, también ambientando desde la gastronomía, Sabaidee food deleitó los paladares más intrigados y avezados con kimchi, empanaditas de cerdo al vapor, arrolladitos de carne, arroz thai y otros manjares que bien podrían destronar al restó palermitano más de moda.

Tal como relató Comsa Sipone, al frente del stand, la familia se dedica al comercio, pero encuentra la oportunidad de transmitir su herencia culinaria cuando los invitan a cocinar para actividades o pedidos particulares.

Oriunda de Tailandia, Comsa llegó de chica a Argentina y tras su paso por Río Negro se instaló en Misiones, donde construyó su familia y donde elige hoy quedarse a pesar de que muchos familiares hayan vuelto al continente de origen.

Para completar la experiencia, cerca de la cantina, Sakura té artesanal ofrecía distintos blends fríos y calientes. Té misionero en hebras saborizado con flores, frutos y hierbas sin conservantes dispuesto como práctica oriental en plena Tierra Colorada.

El arte del cosplay

Dina y Lucy son de Posadas y optaron por transformarse en Monokuma (de la serie Danganronpa) y de Madoka (del animé y manga Puella Magi Madoka Magica).

Tal como graficó Dina, el hecho de hacer cosplay les permite ver las cosas de otra manera y aprender de una cultura diferente, que hasta tiene una manera distinta de pensar.

Expertos en el mundo del cosplay, los integrantes de Base Echo también dijeron presente y una de sus nuevas incorporaciones fue la que más orgullo y curiosidad despertó. Emma, con cinco años ya es parte no sólo de la asociación misionera que nuclea a fans de Star Wars, sino también de la Academia Galáctica, la que rige el fandom infantil de esta saga a nivel global.

Ataviada como una verdadera Darth Vader, Emma llegó de la mano de su mamá Florencia y su hermana Lina que le inculcaron este fanatismo y posó con grandes y chicos para las fotos.

A pocos pasos, se disputaban concursos de karaoke, con exponentes cantando en japonés o éxitos populares como El poder nuestro es de Dragon Ball e incluso Cuan lejos voy de Moana. También juegos de cartas, videojuegos y coreografías de K-pop completaban algunos torneos. En el patio, el tiempo parecía ir hacia atrás y armas medievales eran protagonistas en el soft combat mientras algunos se probaban en el arte del arco y flecha, todo bajo la tutela del grupo La guardia del sol.

Comercio y pasión

Con sus habilidades dispuestas a su afición, Sofía Fonseca y Cecilia Salas, por ejemplo, fueron algunas artistas que llegaron a Tadaima. Eldoradense estudiante de psicología, Sofía comenzó a coser polleras para ella misma y algunas amigas que se lo pedían. Sin saber cómo hilvanar una aguja en un principio, hoy confecciona todo tipo de vestimenta y accesorios que define acorde a su estilo Lolita y que más allá del amor por el cosplay, le permite costear sus gastos a través de @Eien _store.

Cecilia en tanto, llegó desde Oberá con sus elementos confeccionados en cerámica (@Kokoro cerámicas). Alumna de tecnología cerámica de la Facultad de artes de la Capital del Monte, el animé también se evidenció en sus creaciones con toque personal.

Mención aparte merece Mayra Gutiérrez y sus esculturas realistas de gremlins, dinosaurios y hasta ET.

Por otra parte, también aunando talentos e interés, un grupo de amigos posadeños se congregó bajo el emprendimiento @Trica 3D. Pos que sorprendió con sus creaciones completamente en 3D. De material ecológico, derivado de un residuo de maíz, llaveros, máscaras y todo tipo de adornos se extendían en su mesa con una calidad impoluta y pintados prolijamente a mano por una de sus expertas integrantes. Con foco en las redes sociales, como la mayoría de los emprendedores, el equipo arrancó a trabajar en marzo, ya tiene tres impresoras 3D y logró un premio en un concurso nacional por una escultura de Messi.

Un lugar otaku

‘‘Durante muchos años a todo fanático de la cultura japonesa, principalmente a los del animé o el cosplay se los estigmatizó viendolo como algo infantil cuando en realidad todos somos libres de interpretar a los personajes que querramos. Entonces buscamos un ambiente donde nos sintamos cómodos. Se busca que los chicos puedan venir, participar, pasarla bien y conocer gente con la que se lleve mejor’’, resumió Ojeda sobre el espíritu de la fiesta.

La confluencia de culturas nos enriquece. Aprendemos del séptimo arte, admiramos la paciencia china, la destreza marcial, nos deleitamos en el manga y saboreamos el ramen como una sopa casera. Todos en algún punto somos otakus, enamorados de nuestra afición.

Sin dudas el Tadaima y los festivales que celebran esta contracultura fandom incluyen cada vez más público y abren un multiverso increíble en tierra roja.

La contracultura grita ¡Ya estoy aquí!
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