El femicida Sergio Kosak (33) ya lleva cinco días prófugo

“Bajó la ventanilla, efectuó los tiros certeros y no falló, fue premeditado”

Rafael Elizalde (20) dio detalles sobre el forcejeo que mantuvo con su cuñado y el ataque a balazos que se cobró la vida de su mamá Gabriela (39) y su hermana Débora (23)
sábado 26 de febrero de 2022 | 7:56hs.
“Bajó la ventanilla, efectuó los tiros certeros y no falló, fue premeditado”
“Bajó la ventanilla, efectuó los tiros certeros y no falló, fue premeditado”

“No sabemos si nos vamos o si nos quedamos, aprender a convivir con el dolor de pisar el mismo lugar donde fallecieron las dos es muy difícil para todos”. La frase sintetiza una triste secuencia que constantemente ronda por la cabeza de Rafael Elizalde, que con 20 años, el último lunes por la madrugada, hizo todo lo que tuvo a su alcance para evitar el asesinato de su mamá Gabriela Agüero (39) y su hermana Débora Elizalde (23).

Incluso forcejeó con Sergio Kozak (33), pareja de la más joven y logró quitarle el arma con la que el comerciante efectuó segundos antes los disparos que finalmente le quitaron la vida a sus dos familiares.

En medio del dolor que aún genera la abrupta partida de las dos mujeres, muy queridas dentro de la comunidad de San Antonio, el joven dialogó con este matutino y expresó la preocupación y la intranquilidad que le genera a él y a todos los suyos la condición de prófugo de Kosak.

Y por ello, considera clave el aporte que pueda dar la comunidad en general con datos, aunque sean los más mínimos, para lograr identificar el escondite del comerciante que hasta hoy lleva cinco días siendo intensamente buscado por la Policía de Misiones y que se cree pudo haber cruzado al Brasil.

Sobre esto último afirmó: “Estamos acá para hablar, para no dejar que esto pase así como si nada, tenemos que hacer ruido donde tenemos que hacer ruido para que esto se haga saber y hallar al culpable. Queremos justicia desde la familia, terminar con este miedo que nos está afectando a todos como familia, mis hermanos, mis abuelos no dejamos de preocuparnos”.

Y añadió: “Aún se siente mucho el dolor, yo vivo a pocos metros de la casa de mi abuela y desde el corredor de mi casa revivo todo el hecho. La familia revive lo que fue el dolor, el momento en que pasó yo revivo todo, a cada paso que doy sigo recordando la escena que vivimos, la caída de mi mamá, la caída de mi hermana, el tipo que se escapa y no poder hacer nada”. 

Secuencia mortal

Para poner en contexto cómo se desarrollaron las horas previas al hecho, Rafael contó que la tarde del domingo su hermana se había comunicado con él con la intención de invitarlo a ir a bailar. Incluso su mamá también insistió para que salieran esa noche a cenar y luego asistir a un conocido salón bailable de la zona.

La reunión fue en un comedor cercano a su vivienda en donde el entrevistado se encontró con Débora, su madre, una amiga de la familia y Kosak. Recordó que la cena se desarrolló con total normalidad y que cerca de las 22 se trasladaron hasta el lugar donde tenían pensado ir a bailar.
Allí en un principio la jornada transcurrió sin sobresaltos hasta que en un determinado momento se generó una discusión por celos entre Débora y su pareja.

Esto hizo que ambos intercambiaran palabras hasta que en un determinado momento intervino un efectivo policial, quien amablemente invitó al comerciante a abandonar el lugar por los gritos que en ese momento vociferaba hacia la joven.

Siempre desde el relato dado por Rafael, ante esta situación, un amigo de la familia conocido como Paulinho se ofreció a llevar a Débora hasta la casa de una amiga de la joven en el barrio Fátima a unas cuantas cuadras de la residencia de la familia, el joven y su mamá acompañaron a su familiar.

Luego de dejarla en el lugar mencionado, el muchacho y la docente decidieron regresar al salón bailable en donde volvieron a encontrarse con Kosak.

Allí, en un momento dado, la docente tuvo un intercambio de palabras con el comerciante, aunque fue en buenos términos y a la distancia que no derivó en ninguna situación de tensión.

Pero el comienzo de la horrenda secuencia se produjo cuando Rafael emprende el retorna a la casa junto a su mamá y pasan por devora en lo de su amiga, luego siguen hasta la casa de su abuela, en donde vivía Débora. Apenas llegaron al lugar vieron a la camioneta Fiat Toro de Kosak que se acercaba al lugar.

“En lo que bajamos del auto, mi mamá se va a buscar a mi hermanita de un año que estaba durmiendo con mi abuela, mi mamá y Débora pasan por enfrente de la Fiat Toro y él intenta atropellarla. En lo que intentó atropellar mi mama golpeo el capot y se escuchó los disparos que le dan a mi mamá y a mi hermana, allí ambas caen al suelo”, revivió el joven el momento en que el femicida atacó a sus familiares.

Acto seguido, Rafael se abalanzó sobre el vehículo y comenzó a forcejear con su cuñado. “Forcejeo con él intentando tomar el arma, incluso el auto desciende, agarra un cordón cuneta, yo creo que Sergio planeaba bajarse del auto y terminar de hacer lo que estaba haciendo, porque la puerta se abrió y caímos los dos al suelo, comenzamos a forcejear en el suelo. En lo que Sergio cambia de mano para volver a tomar posesión del arma consigo quitarle el arma y tiro hacia donde estaban unas malezas y él me tira contra el auto. Yo le gritaba para que se dé cuenta lo que había hecho, ahí él me deja y me dice que no vaya detrás de él porque tenía otra arma de fuego, entonces yo no voy detrás de él, más que nada para ver por mi hermana y mi mamá si tenían alguna señal de vida”, contó el entrevistado.

Pero al intentar asistir a sus familiares, advirtió que ambas estaban ya muy mal. Incluso realizó maniobras de RCP sin éxito alguno y por ello decidió ir en busca de su abuela para que esta pida ayuda a su tío Fabio y a otros vecinos de la zona.

Episodios de acoso

Al ser consultado sobre si existieron antecedentes violentos previos al hecho, el joven indicó que nunca se enteraron de algún episodio en donde Débora haya sido golpeada por Kosak.

Y que la joven nunca hizo mención a hechos de agresiones físicas, sino a discusiones y peleas que luego derivaron en una medida cautelar en contra del comerciante.

“En su momento se fijó la prohibición de acercamiento que ella denunció por acoso, ella ya no quería estar más con él, Sergio siempre estaba en el barrio o pasaba por la casa. A nosotros siempre nos hizo saber que fue por el acoso, de algún tipo de violencia física ella nunca nos hizo saber, tampoco vimos. Incluso el día del hecho no hubo agresiones físicas, sino verbal”, comentó Rafael.

Además sostuvo que toda la familia coincide que “el tipo ya tenía planeado el crimen, es un psicópata, los viernes (en el telecentro) siempre se hacen depósitos y ese viernes no se hizo ninguno, nos comentó el dueño del local que faltó plata, se ve que el tipo ya había guardado plata, entonces fue premeditado. Como que el tipo tuvo tiempo de hacer todas sus cosas antes para después cometer el crimen”.

Por último, el muchacho transmitió sus miedos ante lo que pueda pasar en las próximas horas con el femicida en libertad. Al respecto dijo: “Cuando un tipo así está libre no se sabe qué puede llegar a pasar, que venga detrás mio porque soy el único testigo, o de mi hermano, de mis abuelos. El tipo es un psicópata y no le cuesta nada, mató a dos a sangre fría. Bajó la ventana, efectuó los tiros certeros y no falló, fue premeditado porque el tipo planeó todo y calculo que ya planeaba matarme a mí también”.

Doble marcha por Justicia

Según pudo averiguar este matutino, está previsto que el próximo lunes frente al polideportivo de San Antonio se realice una manifestación pacífica para pedir justicia por Débora y Gabriela.

Además se prevé que en Puerto Iguazú, el mismo día, se haga una movilización similar que está impulsada por colectivos feministas de esa ciudad.

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