Jordan Hummel

viernes 28 de enero de 2022 | 6:05hs.

Misiones, esta que disfrutamos hoy, es el resultado de un mestizaje único durante cinco siglos y medio, lo conocemos y de ahí surgimos; cientos, miles de personas han pasado por estas tierras y con su aporte cotidiano han tallado este presente, en general la mayoría de sus nombres son presa del tiempo y su mejor amigo el olvido, pero de vez en cuando, uno de ellos resurge en la memoria de alguno, desde las hojas de un libro, en el nombre de una calle o la breve reseña histórica de una ciudad.

Así reapareció Jordán Hummel por acá, un pionero de la navegación del Ato Paraná.

En diciembre de 1861 nació en Buenos Aires, hijo del alemán Jordán Hummel y de Cristina Deumel – aunque para la mayoría de los historiadores el apellido de la madre era Paunero – fue el mayor de tres hermanos, Berta llegó un año más tarde y Augusto en 1867; nada sabemos aún de su infancia, sin embargo, parece ser que alrededor de 1876 ó 1877 Jordán fue parte de la tripulación comandada por César A. del Vasco, quien contratado por el gobierno correntino atracó en Corpus para fundar la Colonia Marcos Avellaneda, con casi 100 colonos italianos, franceses, suizos y españoles, el emprendimiento no prosperó, sin embrago, sirvió para despertar el “vicio” de la navegación en Jordán.

Poco después de cumplir 20 años llegó a Misiones, al parecer contratado por Rudecindo Roca como administrador, encargado o capataz del Ingenio Azucarero San Juan, en inmediaciones de Santa Ana, donde trabajó algunos años.

Muchas “rebeliones” se suscitaron en el Ingenio, sostenido por mano de obra esclava producto de la “Campaña al Desierto” de los Roca–que generó miles de prisioneros nativos -, una de ellas, en el año1888 estuvo encabezada por el Cacique Yancamil y tuvo en jaque a Hummel, lo sabemos porque una copia del expediente judicial tomó estado público, su compañera de entonces y un hijo fueron tomados prisioneros por varias horas.

Estando en el Ingenio, un día, a finales de 1892, fue visitado por el Aviso A.R.A. “El Vigilante”, a bordo iba una “expedición científica” financiada por Lezama, propietario de un gran campo en la zona de Cataratas, encabezada por Gustavo Niederlein–reconocido naturalista alemán radicado en nuestro país–y comandada por Carlos Bosetti, su objetivo era localizar tierras adecuadas para crear una colonia germana, invitaron a Hummel a acompañarlos, dos días después en la barra del río Iguazú se complicó la navegación.

A bordo de un barquito de Juan Congost, llamado “Celedonia”, con el apoyo de los botes de El Vigilante pudieron acercarse a las Cataratas…por primera vez; colocaron en una de las islas, una bandera argentina pintada sobre una chapa de zinc montada en un improvisado mástil de hierro; la expedición tardó un mes y medio más o menos y costeando el Iguazú llegaron hasta San Antonio, una proeza que extendió la ruta fluvial del Alto Paraná de entonces.

En 1896 como Capitán de “El Cometa” fue invitado por el Director de la Colonia Militar de Foz do Iguazú a conocer las Cataratas del lado brasileño, tal fue su impresión que entusiasmó a Pedro Núñez para realizar un viaje con amigos y familiares, también al Gobernador Lanusse con otro grupo de personas, finalmente consiguieron el apoyo del gobierno nacional y en 1901 realizaron la Primera Excursión Turística a Cataratas, a borde del “España” y bajo las órdenes de Hummel; el resto es historia conocida, no pudieron llegar hasta los saltos por agua, tal fue la sensación de frustración que una de las invitadas, Victoria Aguirre, donó una suma de dinero para abrir una picada que permitiera llegar a la zona por tierra.

En 1902 con el mismo barco, Jordán llegó a 50 kilómetros aguas abajo de los Saltos del Guayrá – o Sete Quedas, hoy cubiertos por el lago de Itaipú – marcando otro hito importantísimo para la navegación del río Paraná.

Durante décadas fue “embarcadizo” y su conocimiento del río sumado a la inigualable experiencia lo hicieron referente valioso de la actividad fluvial.

Jordán Hummel se casó con Casimira Fleitas, oriunda de Ituzaingó y tuvieron una hija en 1914 llamada Adelaida Benicia que nació en Santo Tomé y fue anotada recién en el año 1926 por oficio judicial, vivieron en una casona frente a la actual Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales, por la calle Tucumán; su hermana Berta se casó con Gregorio Paciano Pomar, se instalaron en Santa Ana, fueron padres de 3 hijos entre ellos Gregorio (h) que encabezara la revolución radical de los años ´30 en favor del depuesto Irigoyen, no se descarta que haya colaborado con su sobrino en esta causa.

Entre los años 1927 y 1929 vivió en Eldorado y se cree que tuvo dos hijos Adolfo y José, aunque no se encuentran registros fidedignos todavía.

Dicen que cuando regresaba de un viaje tenía la costumbre de alquilar un galpón cerca de la Usina en Posadas y realizar un gran baile para el vecindario; trabajó como Capitán del ferry Roque Sáenz Peña, fue Presidente del Club Social en 1927 cuando la sede estaba en San Martin entre Félix de Azara y Buenos Aires y parece que fue quien donó el terreno de San Martín y San Lorenzo al Club Social para construir la sede definitiva, según sus descendientes también donó un terreno para sede del Club Independiente.

Murió en Posadas el 5 de noviembre de 1942 fue sepultado en el Cementerio La Piedad, la Municipalidad capitalina cedió la tumba por 99 años a modo de homenaje por los servicios que le brindara a la navegación misionera.

Gracias a la memoria de Luz María Carvallo de Borches, que lo conoció de niña, tenemos una descripción de Jordán cuando visitaba la casa familiar en Candelaria entre 1938 y 39, las interminables charlas con su padre, siempre “bien vestido”, de gorra, afable con los niños y de risa inconfundible, plasmado en un relato del texto “Los duendes de la Memoria” y gracias al libro “99 Personajes + 1 que hicieron Historia en Misiones” de Rolando Kegler, su vida y trayectoria es accesible.

Una calle en inmediaciones de la sede de este diario lleva su nombre, lejos del río.

¡Hasta el próximo viernes!

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