Iniciativa para cautivar pequeños lectores

El mágico baúl de la lectura

El mágico baúl de la lectura
lunes 09 de agosto de 2021 | 2:32hs.
El mágico baúl  de la lectura
El mágico baúl de la lectura

El Baúl Viajero comenzó a recorrer los barrios más carenciados de San Pedro y en su primera intervención dejó en evidencia que la pelota puede resultar una aliada de los libros. En una cancha de fútbol, fueron más de 30 los niños que compartieron un momento de lectura apuntando tanto a generar el hábito de leer como demostrar que lo que ofrece la Biblioteca Thay Morgenstern está al alcance de todos.

La propuesta está a cargo de la biblioteca local, a fin de motivar a la lectura, el mágico encuentro con los libros pero también gestionando actividades para revalorizar distintos aspectos culturales.

El Baúl Viajero resulta muy interesante, sobre todo por el acercamiento a niños que difícilmente tengan acceso a este tipo de material bibliográfico.

En esta ocasión son seis los barrios donde tienen pensado realizar la actividad, que consiste en compartir en algún espacio del barrio, una tarde con los libros donde primero se lee un cuento, luego los niños deben, así sea con un dibujo o relato, describir su interpretación de la historia. Así, cada pequeño es parte de un momento donde la ilusión, los sueños, paisajes y personajes increíbles, se materializan en mágicas historias.

La primera intervención se realizó en una de las prácticas de la escuela de fútbol Cristo Junior, llevada adelante de forma voluntaria por Fernando Silva, familia y colaboradores, que entrenan a 140 niños de uno de los barrios más extensos de la localidad. En ese campo de juego, fue sensacional ver la perfecta fusión de la pelota y los libros, ya que los niños disfrutaron de ambas actividades con la misma pasión, alegría y predisposición.

“Realmente superó nuestras expectativas, tuvimos que salir a comprar material a último momento porque nos quedamos cortos. La predisposición, curiosidad e interés de los niños por saber qué libros trajimos fue sorprendente, tornando la jornada más que agradable y enriquecedora. Llegamos a los lugares más periféricos del ejido urbano para incentivar la lectura y mostrar lo que somos como biblioteca”, indicó José Núñez, bibliotecario que, junto a Susana Torrente, también bibliotecaria, está a cargo de la propuesta.

La llegada a los barrios se concreta mediante la colaboración de algún referente, como en este caso Silva, que no dudó en sumarse al proyecto porque, según remarcó, no sólo apuntan a perfeccionar las técnicas de fútbol, sino a cultivar valores.

En este caso, les pareció muy importante sembrar la semilla de la lectura e investigación en los libros como un aspecto fundamental para la formación y educación.

“Nos parece una propuesta ideal, nosotros siempre queremos que nuestros alumnos entiendan que para avanzar en una carrera deportiva, estudiar es un pilar fundamental y con la presencia de estas personas, muy profesionales, ellos sin duda se llevan un buen mensaje”, comenzó explicando Silva.

“La lectura es la base para avanzar en el aprendizaje escolar, tenemos que apoyar este tipo de iniciativas porque los niños son los beneficiados”, destacó el responsable de la escuela de fútbol Cristo Junior.

Precisamente, la predisposición de los niños denota que a diferencia de lo que por ahí se cree, los chicos se ven motivados con la presencia de un libro, tanto como con la de una pelota. Como en muchos casos, los escasos recursos económicos de sus familias y las urgencias les impiden comprar un libro, uno de los objetivos de la Thay Morgenstern al salir a los barrios carenciados es mostrar que es muy accesible llegar a la biblioteca y disfrutar de los materiales disponibles allí.

“Por ahí vemos que pasan los niños por la biblioteca y piensan que ingresar a ese espacio es algo inaccesible, por eso la idea de llegar a estos lugares, porque la biblioteca es un lugar donde todos pueden compartir lectura, independiente de que residan en la periferia o en la zona céntrica”, aclaró Núñez.

El proyecto, que se ejecuta con recursos propios de la biblioteca, permitió un momento de distensión, una actividad diferente y recreativa donde los más de 30 niños que estuvieron en la cancha, se mostraron felices con la iniciativa.

Terminaron el dibujo poslectura del cuento, dibujos en los cuales supieron demostrar que entendieron de qué se trataba el relato y luego todos eligieron un libro para leer o en el caso de los más pequeños, dejar volar la imaginación con las fabulosas ilustraciones de algunas ediciones. 

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