De jugador a DT y formador. Hace varias décadas que Carlos Boede recorre las canchas y vive pegado al fútbol, lo que lo convirtió en una referencia en toda la provincia, sobre todo a la hora de hablar de las inferiores de los clubes.

Hoy, Tuty Boede tomó la decisión de volver a Guaraní para hacerse cargo de las divisiones inferiores y tratar de potenciar primero al club, pero también con la idea de potenciar la llegada de más chicos al fútbol de elite en Argentina.

Claro que la experiencia durante estos años fue creciendo y hoy le permite al profe hacer una comparación entre lo que sucedía hace un tiempo y el desembarco de muchos misioneros en la Primera.

“Cambió el acompañamiento institucional, de los profesionales que están dentro de cada club. Los psicólogos deportivos, los nutricionistas, psicopedagogos, que acompañan al desarrollo integral del jugador en el club”, arrancó Boede en referencia a lo que pasa en la mayoría de los clubes.

“Supongamos que en Guaraní arranca un pibe de 5 años y llega a Primera con 17 o 18 años y de pronto está jugando en Buenos Aires. Allá cambió el acompañamiento profesional que tienen a comparación de 10 o15 años atrás”, ejemplificó.

“Salvo los clubes grandes, que ahí el chico tenía acompañamiento, en el resto era perder la identidad, el desarraigo que sufrían los chicos. Eso, por suerte para los chicos del interior que van a Buenos Aires (el centro de la atención del fútbol), cambió. Todo ese acompañamiento se da en casi todos los clubes y eso nos permite hoy tener a muchos chicos en Primera o en distintos clubes en Buenos Aires”, explicó el formador.

Antes conseguir una prueba en un club era casi una utopía y las chances de que los ojeadores vengan a ver a algún chico eran muy pocas. Afortunadamente para una provincia periférica, en cuanto a la geografía argentina, eso cambió con la tecnología.

“Otro de los pilares fundamentales del crecimiento futbolístico a nivel país es la tecnología. Hoy a través de un video, de distintos acompañamientos que los chicos tienen en el club de origen, se pueda llegar a un club de Buenos Aires, Córdoba o Rosario. Esa tecnología nos permite el gran crecimiento que tenemos. Hoy un chico de 17 o 18 años ya está en Buenos Aires y antes iban a los 22 o 23 años y con edad tenías que ser muy bueno para quedarte”, comparó Boede.

Pero para que la cantidad de jugadores misioneros en la elite aumente deberían cambiar cuestiones estructurales para el profesor: “Tendría que ser una política de Estado”.

“Creo que el gobierno debería apoyar más a los clubes en todo sentido. Si el club no tiene un profesional adecuado para el desarrollo de una actividad, el Estado debería ver cómo subvencionarlo y ni hablar de la parte económica. Estamos muy lejos los clubes de recibir apoyo, en general, y eso se hace sentir, sobre todo a comparación con otras provincias del NEA”, expresó Boede.

“Creo que habría que reformular, a través del Ministerio de Deportes, un acompañamiento general a los clubes de toda la provincia y no solamente entregando pelotas, sino subvencionando actividades. La sociedad va cambiando, hay muchos problemas en general que hacen que el pibe deje el fútbol o el deporte en general. Vale más un nutricionista en un club que 10 pelotas”, aseguró.

“Hay cosas que cambian para bien y me parece que tenemos que darle las herramientas a los jugadores para que se conforme una representatividad provincial, y que no pase tanto tiempo para volver al fútbol de AFA”, cerró Boede. 

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