Una entidad que aporte a la sociedad

martes 20 de abril de 2021 | 6:00hs.

A las instituciones que nuclean y regulan la profesión de los arquitectos en algunas provincias se las conoce como Consejos y en otras -como sucede en Misiones- son los Colegios profesionales. Cuando consideramos a estas entidades emblemáticas, que reciben una valiosa estima por parte de la comunidad y han construido su prestigio a lo largo de tantos años, es necesario que sus integrantes nos enfoquemos siempre en mantener su vigencia en la sociedad valiéndonos de ideas claras y permitiéndonos revisar las funciones que se realizan, además de las que establece la ley.

En mi opinión, un colegio de arquitectos hoy debe avanzar en tres frentes:

1) El matriculado

Hoy, el día a día de los colegas está atravesado por la realidad del Covid-19, necesitamos un Colegio de Arquitectos que nos acompañe y nos respalde en este nuevo escenario. Ofreciéndonos desde su plataforma online todas las herramientas que estén a su alcance para desenvolvernos de manera eficiente. Modelos de contratos de locación de servicios, información actualizada sobre costos de materiales, valores de mano de obra y precios por metro cuadrado según las diferentes tipologías. Honorarios sugeridos. Y una biblioteca de recursos con material habitual de consulta, como reglamentaciones y códigos.

Además de asesoramiento legal, contable, o facilitar el acceso del colega a diferentes prestaciones tercerizadas, como seguros o prepagas. Superada la pandemia, las sedes del Colegio deberían poder ser un espacio de trabajo o una sala de reuniones eventual para cada matriculado que lo necesite.

Otra actividad fundamental, puertas adentro, es la de generar una variedad de charlas de capacitación, cursos y talleres que aprovechen las posibilidades que nos ofrece este nuevo paradigma en la educación que nos permite interactuar con un formador de manera remota. El Colegio de arquitectos debe propiciar la posibilidad de entrevistarnos con los referentes de diferentes temas, sin necesidad de viajar.

2) La comunidad

-Vecinos: El Colegio profesional se consolida como la garantía ante la ciudadanía del correcto ejercicio de la profesión por parte de todos los arquitectos.

Muchas veces, por exceso de confianza o desconocimiento, las familias depositan sus ahorros en manos de desconocidos, con cierta experiencia en la construcción en el barrio. Lamentablemente, muchos de estos casos terminan mal, esta persona gasta indebidamente el presupuesto, ejecuta incorrectamente las obras o directamente deja de contactarnos una vez que le entregamos cierta suma de dinero en concepto de adelantos. Lo barato termina saliendo caro.

En la universidad, a un arquitecto se lo forma en optimizar los recursos, en gastar lo justo y necesario, y en realizar correctamente cada etapa de una construcción. Desde el diseño, un proyecto, en manos de un colega, ya nace buscando aprovechar al máximo cada metro cuadrado de la obra. Un arquitecto mejora la rentabilidad de cualquier inversión y la institución colegiada por detrás garantiza que esto sea así.

-Comunas: Por la realidad propia de la provincia de Misiones, en constante crecimiento y con un desarrollo siempre pujante, se hace necesaria la presencia fuerte de un Colegio de arquitectos que esté en condiciones de colaborar y orientar a cada municipio en cuestiones de planificación urbana y de vivienda.

Lejos de las metrópolis, muchos intendentes no cuentan con directores de obras o urbanistas que puedan apuntalarlos en el crecimiento ordenado de su ciudad. En primer lugar un Colegio de Arquitectos debe dedicarse a asesorar a los funcionarios en establecer los pasos a seguir para tener un desarrollo sostenible, y en una segunda instancia impulsar y organizar los concursos abiertos y transparentes de proyectos para aquellas obras que cada funcionario defina como oportuna gestionar para su ciudad.

3) La problemática ambiental

Hoy estamos atravesando una crisis climática que no podemos ignorar. Cada ciudad es protagonista en la acción contra el cambio climático y es un compromiso y convicción del colectivo de los arquitectos ayudar a la sociedad a alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible que asumimos como pueblo ante Naciones Unidas.

Lejos de mirar hacia adentro, un Colegio de arquitectos debe ser un actor activo de la realidad y la actualidad del lugar a donde pertenece. Esto pudo verse claramente en tiempos de cuarentena cuando el Colegio de Médicos daba recomendaciones sobre salud o el Colegio de Psicólogos ofrecía pautas para sobrellevar de una manera más sana el eventual encierro. De la misma manera, sin partidismos y con fundamento científico, un Colegio de Arquitectos debe estar en condiciones de ofrecerle a los medios y a la prensa consideraciones de valor que le permitan a los arquitectos enriquecer y aportar a la solución de los problemas ambientales, desde sus conocimientos y formación.

En el caso de Misiones, su colegio de arquitectos es una entidad que cumplió 32 años de trayectoria, y por pertenecer a una provincia que es un buque insignia de la ecología a nivel mundial, debe asumir el desafío de poder estar siempre a la altura de las circunstancias en la defensa de nuestra biodiversidad y en avanzar hacia la reducción de la huella de carbono que la vida contemporánea genera.

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