Marcando el camino

La perversa campaña antivacunación contra el Covid-19 agitada desde algunos sectores se derrumbó en estos días por segunda vez.

La masiva respuesta de los mayores de 75 años de edad a la convocatoria para que se vacunen, desbordando todas las previsiones, colapsando líneas telefónicas y agotando el cupo en menos de un día y medio, habla por sí sola. 

Y es que si bien la campaña del temor contra las vacunas, en especial contra la Sputnik V, caló en parte de la sociedad, una muy amplia mayoría tiene todas sus esperanzas depositadas en hacer lo que los que saben dicen que hay que hacer: vacunarse.

Y los que saben son los infectólogos, inmunólogos, la comunidad científica en general, de donde se propinó el anterior derrumbe a la campaña antivacuna, con la publicación en The Lancet del contundente informe sobre la Sputnik V, confirmando una eficacia tan alta como la que casi ninguna otra vacuna contra ninguna otra enfermedad tuvo hasta el momento.

Así, los disparates como que nos iban a envenenar a todos con la Sputnik se ven arrasados por el deseo de la gente de vacunarse, lo que es una apuesta a la vida, y también una apuesta a la responsabilidad frente a los demás, a una felicidad más plena y a una vida con más libertades, como la que teníamos antes de la pandemia.

Es de esperar ahora que la vacuna -la Sputnik V, la de Oxford o cualquier otra con los avales científicos necesarios- llegue lo más rápido posible a la mayor cantidad de gente posible. Y que se terminen de despejar todas las dudas en quienes aún  no están convencidos.

Hoy muchos adultos mayores comenzarán a vacunarse en Misiones, algunos de muy avanzada edad; ellos, tal como hicieron décadas atrás en otros aspectos de la vida, volverán a marcarnos el camino.