La víctima cuidaba el vivero municipal de Alem y fue asesinada en su casa del barrio San Martín

“Espero que se llegue a la verdad; lo único que nos queda es pedir justicia”

Mercedes Benítez se refirió al crimen de su hermano Rufino Blanco (79) y comentó que muchas veces le advirtió sobre las personas que lo visitaban en su domicilio
martes 08 de diciembre de 2020 | 5:00hs.
“Espero que se llegue a la verdad; lo único que nos queda es pedir justicia”
“Espero que se llegue a la verdad; lo único que nos queda es pedir justicia”

“Siempre pensé que no iba a terminar bien. Yo le hablaba pero no me daba importancia, decía ‘es mi vida’ y bueno, mirá lo que pasó”. Así recordó con angustia Mercedes Benítez las reiteradas charlas que tuvo con su hermano, Rufino Blanco (79), asesinado la semana pasada en su vivienda del barrio San Martín de la localidad de Leandro N. Alem.

Pese a estar jubilado, el hombre continuaba ejerciendo como cuidador del vivero municipal donde fue degollado en medio de un aparente robo perpetrado por una o más personas que -se presume- eran de su confianza. Y en ese punto el testimonio de Mercedes cobra relevancia.

En un breve diálogo con El Territorio la mujer contó detalles de la vida de Rufino que podrían ser claves para el esclarecimiento del crimen que, por ahora, tiene a dos sospechosos principales: una joven de 19 años y su hermano de 16, por estas horas ligados a un proceso penal que los mantiene privados de la libertad.

Mercedes contó que su hermano era de recibir muchas visitas, lo que siempre le llamó la atención y algunas veces -admitió- trató de persuadirlo para que sea más cuidadoso con las personas que recibía pero “decía que no tenía miedo”.

“Era una persona buena con todos, conocido como cuidador del vivero municipal y mucha gente iba a verlo, comían con él, estaban juntos. Daba asilo a personas que no conocía, les ayudaba con comida. Siempre hacía lo mismo y siempre pensé que no iba a terminar bien”, contextualizó la mujer que recordó haberlo visto “por última vez el sábado previo a su asesinato”.

Sobre ese encuentro recordó que “estaba muy bien, había cobrado su sueldo, me contó”.

El testimonio de Mercedes refuerza la hipótesis de los investigadores de que el crimen fue perpetrado en medio de un robo y que quienes lo cometieron eran conocidos de la víctima, de ahí la explicación a la falta de desorden en la morada y a que las puertas estaban cerradas con candado desde afuera pero faltaban unos 20.000 pesos que había cobrado. Tampoco estaba su teléfono celular.

Sobre los hermanos detenidos, el relevamiento de testimoniales reconstruyó que la joven sospechosa visitaba asiduamente a Blanco, al parecer para brindar servicios sexuales.

La Justicia deberá establecer cuál fue su intervención en el hecho de sangre, además del rol que habría tenido su hermano, a quien los uniformados secuestraron una bermuda y una campera con machas que serían de sangre.  En la casa de ambos además había de siete teléfonos celulares y un cuchillo que fue mandado a peritar.

Blanco tenía un corte que le atravesó la mejilla y le llegó hasta el cuello. Murió sobre la cama.

“Espero que se llegue a la verdad, lo único que nos queda es pedir justicia”, dijo Mercedes.

Sospechosos

Según detallaron fuentes policiales que intervienen en la pesquisa, durante la tarde del miércoles 2 de diciembre, vecinos de Rufino Blanco (79) se acercaron hasta su vivienda de la calle Corrientes, del barrio San Martín, ya que desde hacía varias horas no lo veían en su propiedad.

Fue así que uno de los conocidos del septuagenario se acercó a su ventana y lo encontró tendido en la cama, tapado con una frazada.

Cerca de las 16.30, y luego de no tener respuestas desde adentro, efectivos de la comisaría Primera de Alem entraron por la fuerza al inmueble y lo hallaron sin vida. De acuerdo a fuentes de la causa, en primera instancia se sospechó que el dueño de casa habría muerto por causas naturales, pero al descubrir el cuerpo se toparon con un inmenso charco de sangre.

A simple vista Blanco tenía un corte que le atravesó la mejilla y le llegó hasta el cuello. También tenía signos de que llevaba varias horas fallecido.

En la propiedad los efectivos de la División de Criminalística trabajaron en dos etapas y se secuestraron varios elementos. La primera en horas de la noche, hasta que todo fue cerrado con fajas y custodia policial; y la segunda a la mañana siguiente.

A partir de una serie de averiguaciones, los investigadores demoraron a tres hombres. Dos trabajadores de un vivero lindante y otro con el cual el fallecido tenía inconvenientes personales. A ellos se le tomó declaración, pero horas más tarde fueron liberados por no haber suficientes elementos en su contra.

Al mismo tiempo fue detenida la joven de 19 años, luego de que los efectivos de la Brigada de Investigaciones llegará a ella tras las informaciones recabadas.

Por último, cerca de las 22.30 del jueves, con presencia de la jueza interviniente se procedió a allanar su vivienda, donde dieron con las prendas manchadas con sangre ya mencionadas y procedieron a la detención del menor de edad.

En el lugar también vive la madre de ambos. Se incautaron también siete teléfonos celulares, cuchillos y un trozo de papel blanco que también tenía manchas de sangre.

Dos hermanos, una joven de 19 años y un menor de 16, son los únicos detenidos.
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