El paso del tiempo engrandece la figura de Eliana Krawczyk

El recuerdo de la familia de la oficial obereña que pide saber la verdad. No se anunciaron homenajes en la provincia
sábado 14 de noviembre de 2020 | 22:02hs.
El paso del tiempo engrandece la figura de Eliana Krawczyk
El paso del tiempo engrandece la figura de Eliana Krawczyk

A tres años del hundimiento del submarino ARA San Juan, tripulado por 44 marinos, entre ellos la obereña Eliana Krawczyk (35), reconocida como la primera submarinista de Sudamérica, el dolor y pedido para conocer la verdad sigue intacto.

“Tu luz rompió las frías tinieblas de los mares del Sur. Teñiste sus aguas de celeste y blanco para cubrirte de honor y gloria”, reza una de las placas que la recuerda en el monumento de plazoleta Armada Argentina de Oberá.

Si bien la figura de Eliana despierta admiración, hasta el momento no se concretó el proyecto de homenajearla con el nombre de una calle o concretar un busto que la recuerde en su ciudad natal.

Incluso, desde el ámbito municipal no se informó sobre la organización de ningún acto al cumplirse tres años del hundimiento.

De todas formas, más allá de los hasta ahora escasos reconocimientos, lo cierto es que la submarinista ya ostenta la estatura de héroe y su recuerdo perdurará por siempre.

“Es un faro a seguir y en Eliana quiero reivindicar a todas las mujeres que visten un uniforme, que con profundo amor a la patria hacen de Argentina un país mejor”, destacó su hermana Silvina Krawczyk.

Y agregó: “Eliana rompió con la historia de la Armada Argentina, que tiene submarinos desde 1933. Pasaron 79 años hasta que ella, en el 2012, recibió su grado de primera mujer oficial Submarinista en la República Argentina y la responsabilidad de ser jefe de Armas del Submarino ARA San Juan”.

“Lo más lindo de Eliana era la fuerza de voluntad y la capacidad de convertir las adversidades en oportunidades, así logró todo lo que logró y si no hubiese sido truncada su carrera por este hecho ella hubiese llegado a comandante”, la recordó Silvina en diálogo con El Territorio.

Luego señaló que lo que viven “es muy doloroso, sobre todo por la forma en que ocurrió, ellos adentro del submarino y con una emergencia… Saber que mi hermana estaba ahí adentro con los 43 tripulantes, pero a su vez sola porque ella era la única mujer”.

Además reconoció que no pierde la esperanza de conocer la verdad de lo ocurrido. “Parecía que encontrar al submarino era el broche, pero ahora queremos saber la verdad y con esa verdad viene algo de paz”, dijo.

Una pionera

Tal como la misma Eliana reconoció en entrevistas previas, hasta los 21 años ni siquiera había salido de Misiones ni conocía el mar. Tras finalizar la secundaria comenzó a estudiar en la Facultad Ingeniería de Oberá, pero las muertes de su hermano y su mamá produjeron un quiebre y decidió cambiar de rumbo.

En 2002 la Armada abrió sus puertas a las mujeres y Eliana tomó conocimiento de la convocatoria a través de una publicidad.

“Fui corriendo a la delegación de Posadas y me inscribí. Dejé todo y viajé a la Escuela Naval Militar de Ensenada. Llevé una foto de mamá en la billetera”, contó en una entrevista. En 2004 ingresó al primer año de la Escuela Naval.

Al llegar a Mar del Plata, base de los submarinos, empezaría su carrera para convertirse en la primera submarinista de la historia de la Armada Argentina.

En 2009 se convirtió en oficial y tres años después ingresó a la Escuela de Submarinos, una fuerza que en 71 años nunca había sumado mujeres a sus filas.

Pero no sólo eso, en 2012 se convirtió en la primera submarinista de Sudamérica y al momento de la desaparición del ARA era la jefa de armas del submarino.

En sucesivas entrevistas habló sobre su vida embarcada y la relación con sus camaradas.

“Lo viví siempre bien, y siempre me gustó. No tuve ningún freno ni intervención de nadie y nunca tuve ningún problema. Duermo con dos compañeros en el mismo camarote. Soy la única mujer abordo y me siento bien, contenta y feliz”, contó alguna vez.

Nacida el 5 de marzo de 1982, fue teniente de navío, llegando al grado de capitán de corbeta (post mortem). Sus tareas y misiones en el ARA San Juan previas fueron una navegación de adiestramiento en 2016 y como jefa del Departamento de Armamento en su última misión en 2017.

Su primera residencia en la carrera militar fue en la corbeta ARA Robinson en Puerto Belgrano.

Su primer contacto con el ARA San Juan fue el 21 de diciembre 2016, durante una navegación de adiestramiento, como dotación complementaria en la Base Naval Mar Del Plata.

Hoy un tramo de la ruta 103 en Oberá lleva su nombre y un busto con su rostro se erige en el puerto de Posadas. 

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